Hace unos cuantos meses os hablaba de Sense Hat, un periférico oficial para la Raspberry Pi y que gracias a sus múltiples sensores y a tener un pequeño joystick y un display led 8x8 ha viajado a la Estación Espacial Internacional para realizar los experimentos propuestos desde todas las partes del mundo en el proyecto Astro Pi. He tenido la oportunidad de probar un Sense Hat y aquí van mis experiencias con esta completa placa.
Sense Hat, un diez en diseño
Aunque la caja de la Sense Hat se asemeja bastante en tamaño a la de la Raspberry Pi, de hecho podemos meter ambas en la caja de la Sense Hat, no debemos llevarmos a engaños. La Sense Hat es una plaquita minúscula en tamaño y con un diseño excelente, en la que podemos ver en la propia placa los componentes y su función. Un diez en cuanto a diseño.
Lo único que no me ha gustado es que en la caja de la Sense Hat no se incluyan los típicos soportes y tornillo para asegurar que la Sense Hat no se mueva sobre la Raspberry Pi. Y es algo necesario, ya que la conexión a través del puerto GPIO no sujeta bien esta placa al igual que ocurre con otros "sombreros" para la Raspberry. Pero bueno, algo solucionable si los adquirimos por separado.
Así que apagamos nuestra Raspberry Pi, conectamos la Sense Hat al GPIO y volvemos a dar alimentación a la Raspberry Pi. La Sense Hat despertará con un despliegue de colores en la matriz de 8x8, indicando un correcto funcionamiento de la placa.
Manos a la obra: ¿Qué podemos hacer con la Sense Hat?
Bueno, lo mejor es recurrir a la página oficial de la Sense Hat, que se encuentra aquí. En ella veremos que a partir de Raspbian podemos actualizar la librería y descargar tanto la librería de Python que nos permite acceder a los sensores y al joystick de la Sense Hat y también a la matriz LED 8x8 como Pillow, otra librería dedicada a gráficos y que nos va ayudar sobremanera a mostrar información en la matriz LED.
No voy a hacer una lista exhaustiva de todo lo que podemos lograr con la Sense Hat, entre otras cosas porque los acelerómetros, giroscopio, detección de campo magnético, sensor de humedad, temperatura, presión atmosférica, joystick y matriz LED de 8x8 en un espacio tan reducido pueden dar tanto juego como queramos.
Lo que sí os voy a contar son las cosas que he probado. Tan simple como mostrar un texto que se vaya desplazando en la matriz, mostrar una foto de un disco (mi idea era hacer visualizaciones de baja resolución de los discos que estoy escuchando con un DAC USB, sigo trabajando en la idea y ahora Moode lo pone todavía más sencillo), mostrar la temperatura y humedad. Ver dónde está el norte, aunque esto requiere una calibración especial del sensor de campo magnético.
Sí que necesitaremos saber programar en Python, al menos para entender qué hace cada uno de los programas de ejemplo y modificarlos para aprender. Python no es un lenguaje de programación complicado así que si siempre has querido aprender a programar puede ser una buena opción. Además de saber programar en Python debemos tener unos conocimientos básicos sobre el API de la misma.
Valoración final de la Sense Hat
La Sense Hat es un dispositivo que nos sirve para aprender y hacer proyectos con ella. No esperéis enchufarlo y que os sirva para algo en concreto, salvo que en la tienda de aplicaciones de la Raspberry Pi alguien haga software para ella y que sea directamente lo que necesitáis. Es una buena excusa para aprender Python, algo que necesitaba para meterme a trastear con la Raspberry Pi.
También es una buena entrada a la internet de las cosas gracias a sus sensores, y si vísteis la entrada que escribí sobre IFTTT y The Maker Channel puede ser una gozada poder lanzar una acción IFTTT gracias a sus sensores con un par de líneas de código. ¿Quieres saber si ha entrado alguien por la puerta y recibir un correo? Ya puedes hacerlo.
Vamos ahora con los temas que se han quedado un poco pendientes de resolver. El sensor de temperatura es preciso, pero al estar cerca de la matriz de LED y sobre todo de la Raspberry Pi indicará una temperatura incorrecta por el calor que desprenden las mismas. La única solución es utilizar un cable alargador y no conectar directamente la Sense Hat a la Raspberry Pi y no usar la matriz de LED. Una pena que el sensor de temperatura no se encuentre en un cable conectable a la plaquita. Por lo demás todos los sensores y el joystick, y en especial el display funcionan estupendamente y dan mucho juego a la hora de hacer cosas con la Raspberry Pi.
Podéis adquirir una placa Sense Hat por algo menos de cuarenta euros (IVA incluido).
Agradecemos a Raspipc.es el habernos cedido una placa Sense Hat y una Raspberry Pi B model 2 para la prueba. Puedes consultar la política de relaciones con empresas aquí.
Más información | Raspberry Pi
En Xataka Smart Home | Sense Hat, ahora ya puedes comprar la placa que acompañará a la Raspberry Pi al espacio