Hace unos días, repasamos algunos trucos o formas de uso que aplico en casa para tratar de consumir menos electricidad, pero también el gas, con los electrodomésticos de la cocina. Y es que este último, el gas, es un elemento que también está viendo como se incrementa el precio, por lo que no está demás repasar algunos consejos prácticos a la hora de controlar el gasto que hacemos de este combustible.
El gas, ha pasado a ser un elemento de primera necesidad en nuestras vidas. Por su relación con la electricidad, o como fuente energética que usamos para usar en casa, la subida de precios que está experimentando obliga a tirar de imaginación y aplicar una serie de consejos en el día día que buscan que nuestro bolsillo no se vea tan resentido cuando por ejemplo, cocinamos.
Gas natural, bombona o GLP
Ya uses la clásica bombona de gas, gas licuado del petróleo (GLP) o gas natural, si en casa tienes una cocina de gas, puedes aplicar una serie de pasos con los que intentar reducir el consumo de esta valiosa fuente energética. Trucos que van desde elegir el tipo de utensilio en el que cocinar, hasta realizar un buen mantenimiento de los fogones y quemadores.
Si en casa usas una caldera, lo más normal es que el uso que hagas del gas se destine por una parte a cocinar y por otra para obtener agua caliente sanitaria con la que ducharte, o fregar los platos. En este artículo nos detendremos en cómo mejorar el rendimiento del gas que gastamos cuando cocinamos.
La importancia de los materiales y mucho más
El primer paso que tenemos que vigilar es el tipo de utensilio en el que vamos a cocinar nuestros platos. En este punto, es muy interesante lo que comentan nuestros compañeros de Directo al Paladar, estableciendo una clasificación de los utensilios de cocina en la que el acero inoxidable pasa por ser el material ideal con el que lograr un mejor rendimiento.
Frente a las cazuelas de barro, o la sartenes de hierro fundido, el acero inoxidable es el material ideal, puesto que se calienta antes que los otros dos materiales, y transmite mejor el calor. Frente al acero, los utensilios de hierro fundido ofrecen una mayor durabilidad, y distribuyen mejor el calor a cambio de necesitar más tiempo para alcanzar la temperatura óptima. Por su parte, las cazuelas de barro son ideales para cocciones lentas en gas de potajes, sopas y estofados. Su principal inconveniente sería su fragilidad y su peso.
Una opción interesante puede ser la de usar una olla presión, un tipo de cacerola que ofrece entre sus beneficios el que permite cocinar los alimentos mucho más rápido y por lo tanto, ahorrar en el consumo de gas. Ganas tu y gana tu bolsillo.
Vista la importancia del material de nuestras ollas, sartenes y cacerolas, también es importante tener en cuenta que estos requieren un mínimo de mantenimiento. Es importante que las ollas y sartenes estén en buen estado, con una base y una superficie limpia que facilite una buena distribución del calor con un mínimo consumo de gas.
Además, y ya comentamos algo el otro día, es interesante que mientras estás cocinando y en la medida que el plato lo permita, tengas la olla o cacerola tapada, para así aprovechar mejor el calor generado dentro de la misma.
En este sentido, también puedes hacer algo similar a lo que explicamos con los hornos, como es el hecho de apagar los fuegos cuando quede poco tiempo para que la preparación del plato concluya, pues en ese caso bastará con aprovechar el calor residual durante los últimos minutos.
Igualmente es importante controlar la temperatura y así puedes iniciar la preparación de tus platos a más temperatura con fuego alto y luego, según avance, bajar a fuego lento o incluso apagarlo minutos antes para que se terminen de preparar con el calor restante.
No debes pasar por alto el tamaño de las cacerolas y ollas que vas a usar, pues lo ideal es que estas tengan el mismo diámetro que los fuegos en los que vas a usarlas o incluso que sean un poco mayores. El objetivo es que no se desperdicie calor al escapar la llama por los lados algo que sucede si usamos un utensilio más pequeño que el fuego que vamos a emplear.
El color es importante
En lo que se refiere al mantenimiento de los fogones y quemadores, es importante que observes el color de la llamas. Lo interesante es que ésta tenga un color azul, pues esto lo que hace es que indica que se está produciendo una correcta combustión del gas. Si por el contrario es amarilla o anaranjada, significa que el quemado no es todo lo correcto que debiese y por lo tanto no se está aprovechando bien el gas que estamos consumiendo.
Mantener limpios y en buen estado los quemadores es algo relativamente fácil, pues basta con desarmarlos, y luego dejarlos una hora en agua caliente para reblandecer la suciedad y eliminarla frotando. Otro punto distinto es el del punto por el que sale el gas, el cual debe estar limpio y libre de suciedad. En mi caso, hace poco el servicio técnico en la revisión lo dejo limpio y me dijo que lo podía limpiar yo mismo con un alfiler, si bien en este punto recomiendo tener mucho cuidado.
Otros consejos prácticos pasan por por ejemplo, descongelar los alimentos antes de cocinarlos, pues de esta forma no será necesario que los tengamos tanto tiempo en preparación. Lo mejor es descongelarlos la noche de antes en el frigorífico. Además, para optimizar el uso de los fuegos, es interesante que tengamos todos los ingredientes preparados antes de empezar a guisar.
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