Los enchufes inteligentes son una de las soluciones más asequibles, fáciles de usar y efectivas para ahorrar en tu factura de la luz, ya sean modelos estándar o con medición de consumo eléctrico o no. También constituyen una forma barata de convertir ciertos aparatos "tontos" en conectados (aunque con bastantes limitaciones, como veremos más adelante). Eso sí, los enchufes inteligentes no son la panacea: ni tienen sentido en todos los aparatos, ni sirven y es más, en algunas ocasiones su colocación puede resultar hasta peligrosa.
Si no tienes claro cuándo utilizar un enchufe eléctrico, en este artículo te ayudamos a descubrirlo y elegir qué aparatos son los candidatos idóneos para colocarles uno delante.
De amperajes y potencias
Antes de nada, es importante saber que los enchufes inteligentes requieren una toma de tierra. Aunque por ley esta medida de seguridad está implantada en edificaciones actuales, si vives en una casa vieja podrías no tenerla.
Al margen de cuestiones importantes como su compatibilidad con ecosistemas, diseños y funciones, lo habitual en las fichas técnicas de un enchufe inteligente es que se detalle cuál es la intensidad de corriente máxima tolerada. O en su defecto, la potencia máxima del aparato que vamos a conectarle.
En realidad, de una puedes obtener la otra, habida cuenta que la potencia es el producto de la intensidad por el voltaje (en este caso, la doméstica de 230V).
Potencia (W) = voltaje (V) x intensidad(A)
Lo habitual es que el rango de intensidad soportado por los enchufes inteligentes sea de entre 10 hasta 16 Amperios. Ahora echa un vistazo a la potencia del aparato (como antes, la vas a encontrar en la ficha técnica del aparato, o si no, en la clavija del enchufe) que vas a colocar al otro lado.
En algunos casos, por ejemplo con aparatos pequeños y que sabemos que gastan poco como el ventilador, no hay fallo. Pero si son aparatos que sospechamos que son potentes, por ejemplo la calefacción, la vitrocerámica o el horno, sí. Ojo, cuidado con confundir cuáles son los aparatos más potentes con los electrodomésticos que más electricidad gastan.
Lo vemos mejor con un ejemplo. Uno de los enchufes inteligentes que tengo en mi casa (y que he usado durante años para optimizar el tiempo de funcionamiento de mi anterior calentador eléctrico) es el Xiaomi Mi Smart Power Plug (12,39 euros).
Xiaomi GMR4015GL - Regleta
De acuerdo con sus especificaciones, su funcionamiento está diseñado para un rango de voltajes 220 - 240 V, intensidad máxima de 16 A y potencia máxima de 3680 W. Si ahora quiero conectarle al otro lado por ejemplo este termo eléctrico de 30L de 1200W, podré hacerlo sin poner en riesgo el enchufe y otros elementos de la instalación.
En caso de duda y si el electrodoméstico que vas a colocar al otro lado es caro, no te la juegues. O consulta una segunda opinión, la del servicio técnico del fabricante.
¿Tiene sentido poner un enchufe inteligente?
Si bien es cierto que colocando un enchufe inteligente a un aparato podemos realizar tareas como monitorizar su consumo (obvio, el enchufe ha de disponer de esa función) y apagarlo y encenderlo para evitar el stand by, en la práctica estamos añadiendo un aparato más a la instalación eléctrico que va a estar siempre activado y que también consume, con lo que quizás sea peor el remedio que la enfermedad. En general no es una buena idea, pero siempre puedes descubrir cuánto consumen los aparatos en stand by y echar cuentas.
Asimismo, ten en cuenta que colocar un enchufe inteligente o una regleta tradicional antes de una TV es interesante para reducir el consumo fantasma, pero que algunos modelos de televisores hacen ciclos de compensación (por ejemplo los OLED de LG, tras 4 horas de uso, se quedan "encendidos" refrescando el panel para evitar quemados). Del mismo modo, hay aparatos a los que apagarlos de cuajo no es lo mejor del mundo.
Las funciones habituales de un enchufe inteligente suelen incluir la programación, en algunos casos un modo away que en la práctica consiste en permitir el paso de la corriente para que se encienda lo que está al otro lado de forma aleatoria (esto es ideal para una lámpara, por ejemplo, de modo que simule que hay alguien en casa) y por supuesto, lo básico, que es permitir que pase o que no pase la corriente al otro lado para que llegue hasta el aparato colocado al otro lado.
¿Y ahora qué? Pues depende. En la práctica, solo podremos sacarle partido real si el aparato que está en la salida cuenta con controladores simples mecánicos, por ejemplo un interruptor, botones físicos o una ruleta. Nada de botones táctiles, displays o similar. Y hoy en día hasta las cafeteras eléctricas más básicas están abandonando el clásico interruptor en favor de controles más sofisticados.
Tres ejemplos perfectos donde colocar un enchufe conectado (no son los únicos): la clásica lámpara de mesita de noche, las luces del árbol de Navidad y el ventilador que veis sobre estas líneas, que es el mío. Basta con dejar el botón con la velocidad 1 apretado para que, previa conexión a un enchufe inteligente, pueda apagarlo y encenderlo a conveniencia. Eso sí, si quiero cambiar de velocidad me va a tocar levantarme.