El proceso no es complicado, pero en mi caso no ha estado exento de algún que otro imprevisto en la instalación
Llevaba tiempo en el que la curiosidad estaba rondando mi cabeza. Tenía interés por comprobar cómo funciona una mirilla conectada o lo que es lo mismo timbre conectado. Y ha coincidido con una buena oferta y un momento en el que la mirilla que tenía había comenzado a fallar. La combinación perfecta para lanzarme a por este "gadget".
Así que, tras estudiar todas las ventajas y problemas que podía tener, y determinar que la conectividad WiFi de la casa llegaba a la puerta sin ningún tipo de problema, decidí comprar uno de estos timbres inteligentes y sustituir la mirilla que tenía. Un proceso que aunque no es complicado, me ha revelado un pequeño susto.
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Preparación
Para empezar en mi caso encontré este modelo de Ezviz, la DP2C a un precio de unos 90 euros. No llegan a tener las prestaciones de resolución y personalización de otros modelos más caros, pero a mí con esta calidad me iba de sobra. Además me interesaba esta marca porque ya tengo en casa distintas cámaras y dispositivos Ezviz que puedo integrar directamente con el portero timbre conectado y así crear automatizaciones.
Antes de realizar la compra hice dos cosas. Por un lado informé al resto de vecinos, reunión mediante para la aprobación y aunque no es un dispositivo que grabe, lo consideré oportuno. De hecho como somos muy pocos y todos nos conocemos, no hubo mayor problema.
Además me aseguré que al sitio en el que iba a colocar la mirilla, la puerta del piso, llegaba la cobertura de red WiFi. Como funciona en la banda de 2.4 GHz usé el móvil para confirmar que llegaba sin problema y sin tener que usar un amplificador de señal.
Dicho esto llega a ver el momento de ponerme manos a la obra y comenzar la instalación y lo primero que tenía que hacer era desmontar la mirilla con pantalla que tenía antes. Con pantalla que no conectada, puesto que se trataba de una simple mirilla electrónica.
El proceso era tan sencillo como desenroscar la pantalla de la estructura de la mirilla y desconectar la conexión con el suficiente cuidado para no dañar el cable. El proceso así no presentaba ningún tipo de problema.
Con la antigua ya en la mano, solo quedaba por instalar la que había comprado y aquí es donde llego el problema que he tenido durante la instalación.
Instalación
Me había asegurado que el diámetro del agujero en el que tenía que colocarla era lo suficientemente ancho para albergar el nuevo timbre (me he cansado de decir mirilla) pero con lo que no contaba era con el hecho de que cuando pusimos la puerta en su momento, el carpintero fue tan torpe (por decirlo suavemente) como para hacer el agujero torcido.
En resumen, y como no tenía un taladro a mano, me tuve que hacer con una pequeña lima con la que raspar lo suficiente, como para que la nueva abertura permitiese que la mirilla entrase derecha y no quedarse ninguna parte de la superficie exterior de la puerta despegada. Algo de esfuerzo sí que costó... pero lo logré.
A partir de ahí solo me quedó por introducir el nuevo modelo por el agujero, de forma que quedara totalmente derecho y como se puede ver en la imagen sobre estas líneas, ya se quedaba totalmente pegado a la puerta. Para mejorar la fijación en la zona trasera tiene una adhesivo que permite que se adhiera mejor.
Por el interior de la puerta sale el cable conector y para fijar el timbre totalmente viene una pequeña placa metálica con indicaciones para ayudar en la colocación y distintos tornillos con varias longitudes que permiten anclar el timbre que da al exterior.
Bajo estas líneas se puede ver como los dos tornillos se enroscan en la mirilla para que quede bien sujeta y sirve de complemento al adhesivo que lleva en el exterior.
Lo que si hay que tener en cuenta es que no funciona con pilas, como mi anterior modelo, por lo que cuando se gaste la batería tendré que quitarla y cargarla por medio de una toma Micro USB (habría agradecido que fuese USB C pero no hay problema porque viene un cable, muy corto eso sí, para hacerlo). Lo malo es que el tiempo que dure la carga no habrá mirilla o mejor dicho, visor de la mirilla puesto.
Con el anclaje ya fijado, tan solo queda por conectar la mirilla a la conexión, teniendo la precaución de no doblar el cable de forma que pueda dañarse. En este caso sobra un poco por la parte superior, pero no es algo que lo afee o resulte antiestético.
En este modelo la pantalla es de 4,3 pulgadas con resolución Full HD y cuenta con sistema de iluminación IR de hasta 5 metros para momentos en los que no hay luz en el exterior, algo normal en en el rellano (antes por la noche si no encendían la luz no se veía nada).
Además cuenta con un sensor de movimiento térmico (PIR) con un alcance de hasta 6 metros y 110 ° que hace que sólo se active cuando detecta la presencia de alguna persona. Este modelo tiene un ángulo de visión de 155° y conectividad WiFi IEEE802.11b/g/n o lo que es lo mismo, funciona en la red de 2.4 GHz.
Configuración
El proceso de configuración es muy rápido y no tiene complicaciones. Todo se realiza por medio de una aplicación que se instala en el móvil y en la que ya tengo añadidas las distintas cámaras que tengo en casa.
La mirilla conectada permite ver en directo todo lo que ocurre al otro lado de la puerta, pero también que me llegue un aviso al móvil (incluso en formato de llamada) cuando alguien toca el timbre o si alguien permanece un tiempo que yo he determinado junto a la puerta.
En este caso para optimizar el rendimiento de la batería, he desactivado algunas funciones, como es el caso del encendido de la pantalla cuando detecta alguien cerca y he ajustado también la sensibilidad para que no se encienda con movimientos que se encuentren lejos de la puerta. De hecho he realizado las pruebas y sólo se activa cuando se sitúa a muy pocos centímetros de la mirilla.
En este caso he marcado 12 segundos como el tiempo tras el cual el sistema manda un aviso al móvil si alguien está más de ese tiempo junto a la puerta. Además he comprobado como sólo funciona cuando alguien está junto a la puerta, por lo que evito falsos positivos con los vecinos.
Para no realizar grabaciones de ningún tipo, ni en la nube, que además requiere una suscripción, ni en local, he optado por no usar una tarjeta de memoria, puesto que lo que quiero es que la mirilla/timbre me avise al móvil cuando alguien llama a la puerta o llega a casa.
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