Con un miniPC tienes la posibilidad de ver tus servicios de streaming favoritos en tu televisor, pero también te sirve para trabajar, jugar (en ambos casos con accesorios pertinentes como un teclado, ratón o mando) o como servidor. Sin embargo y pese a su gran versatilidad en formato reducido, en la era del streaming lo normal es ver dongles como el Fire TV o el Google Chromecast en las traseras del electrodoméstico rey del salón... y ni siquiera los modelos más premium: lo normal es que el económico Fire TV Stick Lite aparezca como lo más vendido de Amazon. ¿Por qué dongles baratos y no todo el músculo de un ordenador en miniatura?
Cuando ser básico es una inesperada virtud
Que sí, que con un miniPC puedes hacer muchas más cosas, pero la realidad es que así como en general la versatilidad es una fortaleza, delante del televisor lo más probable es que queramos ver series, películas y documentales. En este escenario un dongle estilo Fire TV cumple a la perfección ofreciendo una interfaz amigable, ágil e intuitiva y un elemento para su control tan cómodo como un mando a distancia.
Por otro lado no debemos olvidar que se trata de una interfaz específicamente diseñada para este tipo de dispositivos, por lo que pese a contar con un hardware más modesto que incluso los miniPC de gama de entrada, ofrecen una buena experiencia de uso. En el caso de Amazon, que tenga tanto hardware (los Fire TV) como la plataforma (Prime Video) se traduce en un especial mimo al ecosistema a nivel de funciones, diseño y actualizaciones.
¿Y jugar? Pues también, pero para eso la mayoría optamos por la consola, otro dispositivo que es muy bueno en su misión principal pero que también permite instalar aplicaciones de streaming sustituyendo a los dongles. Por supuesto, hay otras personas que jugarán solo en PC y otras que combinarán consola y PC. Pero es que incluso si solo juegas en ordenador, es probable que también prefieras disfrutarlos desde un monitor gaming en lugar de frente a la tele.
Uso intuitivo
En el punto anterior hemos hablado de la simplicidad como una virtud y atisbado esa sencillez de uso, especialmente si la comparamos con un ordenador. Sin que instalar una aplicación como Netflix suponga especial dificultad o habilidades técnicas en un miniPC, piensa en los segundos transcurridos y los pasos que hay que dar para entrar al contenido, como por ejemplo la serie Sky Rojo.
Y eso sin entrar en actualizaciones y otros elementos del ordenador propios de ofrecer más opciones de uso que inevitablemente se traducen en una interfaz más recargada. Al otro lado, un dispositivo que aunque sea más modesto en su planteamiento, está especialmente optimizado para sistemas operativos de TV y sus aplicaciones.
Lo quiero todo
Más arriba hemos comentado la necesidad de comprarse otros dispositivos accesorios para sacar partido a tu miniPC y eso también actúa como una piedra en el zapato: un teclado, un ratón, un mando... todo suma y más si además los quieres de calidad.
Lo bueno de los Fire TV, Google Chromecast y otros set top box es que en la caja tienes todo lo que necesitas para funcionar, que esencialmente se resume en un par de cables y fundamental: un mando específicamente diseñado para este escenario de uso y completamente compatible. Aunque no vas a tener mucho problema con un teclado o un ratón Bluetooth, con mandos a distancia como el que tenemos más abajo el diseño y funciones están a años luz de los mandos por defecto. Y para muestra, un botón (irónicamente, una cantidad de botones):
Sin discusión en el precio
Es momento de ponernos a echar cuentas, aunque como verás van a ser muy sencillas: si la meta principal del dispositivo que voy a conectar a la tele es disfrutar de contenido en streaming, a la hora de comprar un dongle o set top box para tu TV vas a encontrar opciones muy solventes a partir de 30 euros. Si nos vamos a comprar un miniPC verás que el precio de partida de los más básicos supera holgadamente los 150 euros. A eso añádele los complementos. No hay discusión.
Nos vamos a ir a un caso específico que nos sirva como advertencia: apostar por un dispositivo premium como el Apple TV o el NVIDIA Shield, lo que se traduce en tener que desembolsar unos 200 euros. Sobre el papel en este caso los miniPCs ganarían la batalla del precio frente a los dongles/set top box, ¿no?
Ojo porque en el hardware de los miniPC más económicos vas a encontrar procesadores, RAMs y unidades de almacenamiento extremadamente básicas y en algunos casos hasta veteranas. ¿Qué significa que esto? Que aunque en teoría tienes un ordenador que te sirve para muchas cosas, en la práctica está lastrado por sus componentes. Vamos, que olvídate de instalar un juego (ni cabe, ni tiene gráfica ni podrá moverlo) ni para usarlo más que de forma puntual para ofimática de tu trabajo. Otra cosa sería invertir en un buen MSI Cubic o en un Zotac Magnus con gráfica. Pero esos ya te adelanto que 200 euros no cuestan.
La era dorada del streaming juega a su favor
Aunque la subida de cuotas generalizada por un lado y las medidas para tratar de evitar que la gente comparta cuenta por otro van a pasar factura a las plataformas de streaming de forma inmediata, la realidad es que también en el consumo de contenido la comodidad es una gran virtud: las series y películas que dan que hablar están en plataformas como HBO, Disney+, Prime Video, etc.
(De momento) preferimos pagar unos euros al mes por tener contenido de calidad (¡de calidad!, os miro a vosotros, planes básicos de Netflix) a la carta desde la tele sin esfuerzo que tener que andar rebuscando por internet hasta dar con los últimos éxitos grabados con la pantalla torcida o con los subtítulos incrustados en ruso de fondo.
Los más jóvenes del lugar quizás no saben de qué hablo, pero la época universitaria de servidora fueron tiempos de eMule, Torrent y Descarga Directa. Para eso tener un ordenador para descargarlo era mano de santo. Ojo, que ahora también lo puedes hacer sin necesidad de un miniPC: usa tu ordenador para la descarga y luego úsalo como servidor para reproducirlo en tu tele desde tu dongle con aplicaciones como Kodi o Plex. O si prefieres algo más clásico, tira de un disco duro externo como intermediario.
Portada | Jose Antonio Carmona para Xataka Home