En la primera parte del especial vimos qué eran las redes PLC domésticas, para qué servían y cuáles son sus principales ventajas e inconvenientes.
En esta segunda parte vamos a centrarnos en cómo podemos usar la tecnología en casa, qué debemos tener en cuenta al instalar los adaptadores y en trucos para sacarles el máximo partido.
Redes PLC: Casos de uso
La principal situación en la que nos conviene usar PLC es cuando no podemos desplegar un cable de red en casa desde el router al equipo que deseamos conectar (por motivos físicos o por motivos estéticos), ni tampoco podemos o queremos usar tecnologías inalámbricas como WiFi. En estos casos las redes PLC son la solución más sencilla.
Para empezar necesitamos hacernos con un kit de adaptadores PLC, típicamente dos dispositivos que se conectan directamente a un enchufe eléctrico y que vienen con un puerto Ethernet al que conectaremos un cable de red.
El primero de los adaptadores estará situado cerca del router y se conectará mediante el cable de red directamente a uno de sus puertos libres. El segundo adaptador lo colocaremos en la habitación en la que tengamos el dispositivo que necesite conectividad (por ejemplo un televisor) y también se conectará con éste mediante el típico cable de red.
De este modo, podemos ir conectando varios adaptadores por toda la casa para dar conectividad en cada habitación de forma rápida y sencilla. Y dichos adaptadores no tienen por qué quedarse instalados ahí de por vida, sino que son fácilmente desmontables y transportables a otra habitación (basta con desenchufarlos de la pared) si necesitamos darles un nuevo uso.
Este sería el caso de uso más habitual, aunque existen en el mercado alternativas que permiten variaciones. Por ejemplo venden adaptadores que en vez de tener un solo puerto Ethernet tienen varios (los hay de hasta 4 puertos), de forma que podemos conectar en la "habitación destino" varios equipos al mismo adaptador.
También venden adaptadores PLC que incorporan una interfaz WiFi, de forma que sirven para extender la red inalámbrica de casa o bien para crear una en una habitación a la que no llega la cobertura del router.
Hay que destacar que en la mayoría de los casos y salvo funcionalidades especiales como la de cifrado de red o creación de redes inalámbricas el funcionamiento y la configuración de estos adaptadores PLC son transparentes para el usuario. Basta con enchufar el equipo y listo, no hay que andar metiendo datos de direcciones IP ni nada parecido.
Cómo exprimir el potencial de nuestra red PLC
A pesar de esta sencilla instalación y de que cada vez nos venden adaptadores con mejores prestaciones (de los primeros modelos de 80 Mbps hemos pasado a 200 e incluso 500 Mbps), puede que nos encontremos con situaciones en las que llegamos a casa, enchufamos el equipo y la velocidad obtenida es muy baja, o por lo menos no todo lo buena que debería. ¿Por qué?
Existen múltiples causas, aunque las dos más comunes son la mala calidad del cableado eléctrico y las interferencias con otros electrodomésticos del hogar.
En cuanto a la primera, señalar que si nuestra vivienda tiene un cableado muy antiguo, con un mal aislamiento, la velocidad obtenida puede llegar a disminuir considerablemente. A esto hay que sumarle que para que todo funcione correctamente es necesario que los dos adaptadores PLC se encuentren dentro del mismo circuito eléctrico de nuestra casa.
Es decir, deberán estar conectados a la misma fase y a ser posible sin pasar por elementos que perjudiquen la transmisión de la señal como por ejemplo los típicos diferenciales que nos protegen de sobretensiones. Esto es fácilmente comprobable conectando los adaptadores PLC en diferentes enchufes y bajando las palancas eléctricas hasta dar con un enlace "directo" entre ambos.
De este modo deberíamos obtener la máxima velocidad de nuestros adaptadores. Sin embargo puede que nos encontremos con problemas de interferencias electromagnéticas que perjudiquen la conexión.
Estas interferencias son principalmente causadas por electrodomésticos que incorporan partes móviles como motores. Por ejemplo la lavadora, el lavavajillas e incluso ventiladores o sistemas de calefacción por aire. Siempre que podamos debemos tratar de evitar enchufar el adaptador PLC cerca de uno de estos aparatos, ya que cuanto más cerca mayor será su influencia y mayores las interferencias.
También conviene que el adaptador PLC se enchufe él solo en la toma eléctrica. Es decir, nada de regletas ni los típicos "ladrones" que solemos usar en casa para conectar varios dispositivos a un mismo enchufe.
En caso de que andemos escasos de tomas eléctricas en casa y necesitemos usar una de estas regletas, lo mejor es que nuestro adaptador PLC incorpore una toma de enchufe. De este modo conectaremos el adaptador directamente a la pared y la regleta o ladrón al PLC (en estos casos no conviene enchufar equipos ni electrodomésticos que necesiten mucha potencia, como por ejemplo receptores A/V de alto consumo, planchas, radiadores, etc.)
Finalmente, comentar que los adaptadores PLC no se llevan bien con los Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAIs), ya que éstos suelen incorporar filtros de la señal eléctrica que reducen o destruyen por completo la señal de datos transportada por la red. Así que nunca deberíamos conectar un adaptador PLC a una SAI o regleta que lleve filtros de la señal eléctrica.
Un ejemplo práctico
Para ver las diferencias de rendimiento y cómo influye el enchufe al que conectemos el adaptador PLC os voy a contar un ejemplo de la instalación que tengo en casa.
El escenario de pruebas es el siguiente: una vivienda de unos 100 metros cuadrados en la que queremos conectar dos habitaciones separadas en línea recta unos 10 metros. En la primera habitación (el salón) tenemos el router que nos da acceso a Internet y en la segunda queremos instalar un ordenador que también pueda conectarse a Internet.
Nos decidimos por un kit de adaptadores PLC de la marca D-Link modelo DHP-P307AV que en teoría son capaces de proporcionar hasta 200 Mbps. Vamos a verlo.
En primer lugar conectamos los adaptadores ellos solos a sendos enchufes eléctricos (uno en cada habitación) y con todos los electrodomésticos de la casa apagados (menos el frigorífico). Gracias a una aplicación proporcionada en el kit medimos la velocidad del enlace que se ha establecido y obtenemos un muy buen resultado que supera los 170 Mbps, casi cerca del máximo teórico.
A continuación empezamos a encender electrodomésticos por toda la casa, como por ejemplo la lavadora, el lavavajillas, un radiador, un sistema de calefacción que funciona mediante un extractor de aire caliente, el televisor y el equipo de música del salón.
Volvemos a medir la capacidad del enlace y observamos que ha descendido a unos 153 Mbps, todavía bastante bueno aunque ya por debajo del límite teórico.
Por último probamos a conectar el adaptador en una regleta que lleva un sistema de protección contra sobretensiones junto con un ordenador, unos altavoces autoamplificados y un monitor. En esta ocasión la capacidad desciende hasta entre 70 y 80 Mbps, menos de la mitad del máximo teórico.
Como vemos, el enchufe al que conectemos los adaptadores y los electrodomésticos que tengamos en uso influyen notablemente en el rendimiento de nuestra red PLC. Sin embargo, siguiendo los sencillos consejos que os he comentado y teniendo un poco de cuidado deberíamos ser capaces de poder exprimir nuestra red PLC al máximo.
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