Los televisores inteligentes tienen cada vez más opciones de configuración disponibles en sus sistemas operativos, lo que por una parte nos da más posibilidades para ajustar todo al mínimo detalle, pero también nos complica la vida si no tenemos mucha experiencia.
Si somos del tipo de usuarios que lo deja todo como viene de fábrica, puede que ni siquiera nos planteemos entrar en los menús de configuración para modificar nada, lo que dependiendo del modelo que hayamos comprado puede tener como resultado una calidad de imagen pobre y artificial que no representará lo que puede dar de sí la pantalla.
Es el caso por ejemplo de personas mayores sin mucha experiencia en tecnología o directamente de algunos más jóvenes pero que no quieren andar trasteando con la tele por si estropean algo y luego no saben cómo dejarlo como estaba.
Afortunadamente tiene solución, sobre todo si vamos a ir a visitarlos estas fiestas navideñas, ya que en poco menos de 10 minutos podemos dejarles la tele ajustada para que tengan la mejor calidad de imagen posible. ¿Qué conviene comprobar de forma rápida para lograrlo?
Seleccionar un modo de visualización adecuado
Lo habitual en algunos modelos es que, por defecto, se active al encender la por primera vez el aparato un modo de funcionamiento llamado "estándar" o "dinámico", ambos pensados para resultar llamativos, con colores muy vivos y saturados que nos agradarán en un primer vistazo, pero a la larga, cuando ya llevemos unos minutos u horas con la tele nos acabarán cansando.
Estos modos suelen poner todas las funciones de la tele a trabajar, con brillos, colores y contrastes al máximo, así como con un procesado de la imagen que puede resultar vistoso pero también artificial. Por ello, lo primero que podemos hacer es cambiar a un modo que represente la imagen y el sonido de forma más fiel a la señal original.
Es el caso por ejemplo del modo "cine", "película" o el más moderno "cineasta o filmmaker". El modo "cine" suele ser el más equilibrado de todos, y algo más vistoso que el cineasta, permitiendo colores más saturados y aplicando cierto postprocesado a las imágenes para mejorar su contraste y nitidez, pero sin pasarse. También suele añadir algo de suavizado de movimiento, función que como veremos más abajo es algo que también conviene ajustar.
A partir de ese modo luego ya es posible comenzar, si es que queremos afinar más, con el proceso de calibración, ajustando otros parámetros para dejarlo todo a nuestro gusto. Es el caso del contraste y el brillo, los dos más importantes en cuanto a calidad de imagen percibida que podemos ajustar fácilmente siguiendo estos vídeos de YouTube.
Configurar la luz de fondo de la tele
En los televisores LCD-LED y todas sus variantes como QLED, así como en los modelos OLED y QD-OLED, hay un parámetro en el menú de ajuste de la imagen que conviene tener bien presente: la luz emitida por la pantalla, función que controla directamente la intensidad luminosa que el panel es capaz de proporcionar.
¿En qué se diferencia entonces la luz de fondo y el brillo? Pues en que la luz de fondo controla directamente la potencia luminosa de los diodos OLED o de la luz de fondo LED del panel LCD, mientras que el "brillo" es el ajuste encargado de manejar la profundidad de los negros y los detalles en las zonas oscuras para un valor de la luz de fondo ya seleccionado.
Es decir, son dos ajustes independientes aunque pueda parecer que son lo mismo e incluso algunos fabricantes inducen a errores al nombrar como "brillo OLED" o "brillo del panel" al valor de la luz de fondo, siendo dos cosas completamente distintas.
En salas muy luminosas y para uso de la tele durante el día, conviene subir este parámetro "todo lo que podamos" para mostrar el máximo potencial que el panel sea capaz de ofrecernos, sobre todo si queremos utilizar contenidos con alto rango dinámico o HDR.
Este "todo lo que podamos" entre comillas tiene varias contrapartidas. Para empezar un mayor consumo eléctrico, ya que estaremos forzando a los LED y OLED a utilizar una mayor potencia eléctrica. Pero además, en el caso de que nuestra tele sea OLED estaremos acortando la vida útil de sus píxeles e incrementando el riesgo de retenciones y quemados.
De ahí que debamos valorar en qué situaciones y para qué contenidos merece la pena este esfuerzo extra de los píxeles. Por ejemplo, si el uso habitual es ver las noticias o un programa de concursos lleno de logotipos, quizá nos resulte suficiente con poner la luz OLED a entre un tercio y la mitad de su potencia máxima, reservando recursos.
En salas oscuras y si el uso es por la tarde-noche, entonces podemos optar por valores de la luz de fondo más bajos con los que ahorraremos energía y alargaremos la vida útil de los paneles.
Podemos reproducir algún patrón de calibración con zonas oscuras, comenzar por un valor muy bajo del nivel de luz del panel e ir subiendo hasta que podamos apreciar los detalles que correspondan en cada caso y con el que nos sintamos cómodos.
Configurar la interpolación de movimientos
El suavizado de movimientos es una función que incluyen la mayoría de televisores modernos y cuya misión en teoría es mejorar la calidad percibida en secuencias de acción donde hay objetos o escenarios moviéndose en pantalla.
Tiene muchos nombres, ya que cada fabricante la denomina de una forma como por ejemplo "True Motion", "Auto Motion", "Motion smoothing", "Motion Flow", "Intelligent Frame Creation", etc.
¿Por qué apagarla? Pues porque para realizar su tarea hace uso de lo que se conoce como interpolación de fotogramas, una técnica de postprocesado de la imagen que "inventa" fotogramas nuevos entre varios ya existentes, lo que puede tener consecuencias negativas para la calidad de imagen además de añadir un cierto toque a "telenovela".
Es cierto que la función añade mayor suavidad en movimientos de objetos lentos por la pantalla, siendo especialmente destacable en los paisajes que se mueven de fondo con personajes en primer plano, en panorámicas lentas laterales y verticales. Y también aporta más nitidez y definición de los textos y objetos aislados que se desplazan por la pantalla lentamente.
Sin embargo, como ya vimos aquí no todo es positivo, ya que lo más probable es que nos dé la sensación de que la imagen está grabada con una cámara de baja calidad o muchas veces rodado como si lo estuviésemos pasando a cámara rápida.
Además, también se crean artefactos digitales muy molestos que empeoran la calidad de imagen. Por ejemplo, aparecen como "nubes de píxeles" alrededor de objetos que se mueven con rapidez de una parte a otra de la pantalla. Es especialmente visible en escenas que cambian muy rápido con giros de objetos y desplazamientos de un punto a otro sobre fondos también en movimiento.
La intensidad de la percepción de estos efectos negativos dependerá de cada usuario. En mi caso, me resultan muy molestos y por ello siempre que puedo apago por completo la función o como mucho la dejo al mínimo en el caso de ver deportes o documentales.
Imagen portada | Jonas Leupe
En Xataka Smart Home | La "luz de fondo" de tu tele: qué es, en qué se diferencia del "brillo" y cómo ajustarla correctamente