Utilizar y depender de energías renovables es una de las mejores maneras para intentar frenar el cambio climático, y una de las más populares entre los consumidores es aprovechar la energía solar por medio de instalaciones fotovoltaicas. Durante los últimos años la demanda de este tipo de instalaciones ha crecido exponencialmente, aunque no todo el mundo cuenta con el espacio necesario para acoplar la instalación, ya que en España, la mayor parte de su población vive en edificios y sin tejado propio como para querer plantearse colocar módulos fotovoltaicos.
Sin embargo, en los últimos años hemos visto todo tipo de propuestas muy versátiles para seguir aprovechando la energía solar sin tener que decantarse por una instalación fotovoltaica total. Hablamos de los kits fotovoltaicos para incorporar en fachadas, balcones o cualquier sitio en el que las condiciones sean óptimas para su funcionamiento.
Es importante legalizar la instalación y recomendable que la haga un técnico
Estos kits suelen venir en potencias de entre 300 W y 1.200 W, y si bien no son una solución para alcanzar la independencia eléctrica, sí pueden ser una gran alternativa para ahorrar costes en nuestra factura. Sin embargo, para la instalación de este tipo de dispositivos tenemos que tener en cuenta una serie de aspectos, sobre todo en lo que respecta a normativas y protocolos.
Una de las grandes ventajas de este tipo de kits fotovoltaicos es su facilidad de uso. Y es que una vez hayamos pensado el sitio en el que queramos añadir los módulos, su puesta en marcha depende prácticamente de conectar los módulos al sistema de acumulación y éste a su vez a una toma eléctrica de casa.
No obstante, para contar con este tipo de instalaciones en casa, es necesario legalizarla en base al RD 244/2019, además de que este proceso pasa por el hecho de que un técnico profesional tenga que venir al hogar para realizar la instalación y podamos certificarlo. Junto a ello, hay que tener en cuenta que aunque podamos poner en funcionamiento el sistema con tan solo enchufarlo a una toma eléctrica, la instalación debe ir acoplada a una línea independiente con sus propias protecciones.
Aunque los kits fotovoltaicos suelan ser de potencias menores, se deben seguir todas las medidas de seguridad pertinentes para llevar a cabo la instalación. Estas medidas son las mismas que las de una instalación fotovoltaica propiamente dicha, es decir, un técnico debe de acudir al hogar para adecuar el cuadro eléctrico a la instalación y poder conectar el sistema en nuestro balcón.
Documentación y aviso a la comunidad de vecinos
En España existen empresas que, además de ofrecer kits fotovoltaicos, también ayudan al usuario a realizar todo el papeleo para legalizar la instalación por medio de una consultora. De esta manera, el usuario que vaya a adquirir uno de estos módulos se preocupará únicamente de poner el sistema en funcionamiento. La documentación que se tenga que presentar difiere entre cada una de las comunidades autónomas del país, por lo que es importante atenerse al reglamento de nuestra región.
Si queremos además realizar la instalación en la fachada de nuestro edificio, es importante además avisar a la comunidad de vecinos, pues estaríamos realizando modificaciones en el diseño del edificio. Aquí la clave es si la ubicación de los módulos afecta o no a la fachada. En caso de que no, podremos proceder sin ningún tipo de problema. De esta manera, se evita lo que ocurrió hace décadas con la instalación de los equipos de aire acondicionado, haciendo que el aspecto del edificio se haya visto afectado en gran medida.
Un mercado con numerosas propuestas
Entre los kits fotovoltaicos que podemos encontrar en el mercado encontramos opciones para autoconsumo conectado a la red, e incluso alternativas híbridas por medio de microinversores y baterías. En caso de que queramos verter excedentes a la red tendremos que ponernos en contacto con nuestra comercializadora para iniciar los trámites de compensación de excedentes si así lo deseamos.
Además, si vives de alquiler o planeas mudarte en un futuro, este tipo de instalaciones son fáciles de desmontar para poder llevárnoslas a otro lugar. Dependiendo del kit podremos además llevarnos la batería a cualquier lugar, como a una acampada, y disfrutar de electricidad en cualquier sitio.
En un primer momento este tipo de instalaciones estaban pensadas para el consumo diurno, aunque con la incorporación de las baterías se ha conseguido extender su funcionamiento para cualquier momento del día. No nos bastará para alimentar todo nuestro hogar, pero sí lograremos depender menos de la red eléctrica para poner en marcha todo tipo de iluminación y dispositivos que tengamos.
Tal y como hemos podido comprobar, cualquier usuario puede instalar este tipo de kits fotovoltaicos y aportar su granito de arena hacia el uso de energías renovables para así intentar frenar el cambio climático, y de paso ahorrar en la factura de la luz. Y es que dependiendo de la instalación y condiciones, es posible tener un ahorro de hasta el 30%.
Imagen | Tornasol Energy
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