Qué son los RAEE. Los generamos en casa: cómo se pueden reciclar y por qué es fundamental hacerlo

Qué son los RAEE. Los generamos en casa: cómo se pueden reciclar y por qué es fundamental hacerlo

  • Todos los dispositivos electrónicos, pasan a convertirse en RAEE cuando dejan de funcionar y van al vertedero

  • Tratarlos adecuadamente y reciclarlos, es fundamental para cuidar la naturaleza, optimizar recursos y mejorar la economía

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Gary Chan Yzszn3qvheo Unsplash

En la era digital, la obsolescencia tecnológica avanza a pasos agigantados, generando una cantidad creciente de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Estamos muy mal acostumbrados a cambiar de móvil de forma frecuente, aunque si lo pensamos fríamente no nos haga falta, pero también renovar dispositivos en casa sin que sea estrictamente necesario y muchas veces sin optar (por precio o por imposibilidad) a la reparación.

Y aquí entran los comúnmente conocidos como RAEE o basura electrónica. Son los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (de ahí las siglas) e incluyen una amplia gama de dispositivos que funcionan con electricidad o baterías y que han llegado al final de su vida útil. Estos residuos abarcan desde grandes electrodomésticos hasta pequeños dispositivos de uso cotidiano, y su gestión adecuada se ha convertido en un desafío ambiental de primer orden.

¿Qué son los RAEE?

Pexels Ola Dapo 1754561 3345882 Foto de Ola Dapo

Toda la basura electrónica que generamos pasa a convertirse en un problema medioambiental, que además puede afectar a nuestra salud. Un problema que ha ido en crecimiento constante favorecido sobre todo por la obsolescencia programada, y, aunque hay normativa que intenta corregir este desfase, favoreciendo la reparación de los dispositivos electrónicos, sigue siendo un problema muy presente en nuestra sociedad.

Los RAEE incluyen una amplia gama de productos que dependen de la electricidad para funcionar, ya sea mediante corriente eléctrica o baterías. Entre estos aparatos hay una enorme cantidad de equipos electrónicos que usamos en nuestro día a día. Ya sean electrodomésticos grandes y pequeños como neveras, lavadoras, aspiradoras y secadores de pelo, pero también equipos de informática y telefonía, aparatos de consumo como televisores, radios o cámaras, juguetes como consolas de videojuegos y hasta bicicletas y patinetes eléctricos, dispositivos médicos, instrumentos de vigilancia y control... la lista como ves es inabarcable.

Y muchos de estos aparatos tienen una características común: una vez que dejan de ser útiles o funcionales, se convierten en desechos que pasan a ser residuos que requieren una gestión específica debido a los materiales que contienen.

Por lo tanto, podríamos decir que RAEE engloba cualquier aparato que funcione con corriente eléctrica o con batería y que una vez ha dejado de funcionar pasa a convertirse en un desecho que ha de ser tratado y reciclado convenientemente.

Rivage Ai4rj Mw4i Unsplash Foto Rivage en Unsplash

Los RAEE además se califican en función de distintas categorías. Ha sido el Real Decreto 110/2015 el que establece como se clasifican los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE). Hay 7 categorías que se establecen en el Anexo 3 y que son válidas a partir del año 2018:

1  Aparatos de intercambio de temperatura con excepción de 1.1, 1.2 y 1.3.

1.1 Aparato eléctrico de intercambio de temperatura clorofluorocarburos (CFC), hidroclorofluorocarburos (HCFC), hidrofluorocarburos (HFC), hidrocarburos (HC) o amoníaco (NH3).

1.2 Aparato eléctrico de aire acondicionado.

1.3 Aparato eléctrico con aceite en circuitos o condensadores.

2. Monitores, pantallas, y aparatos con pantallas de superficie superior a los 100 cm2.

2.1 Monitores y pantallas LED.

2.2 Otros monitores y pantallas.

3. Lámparas.

3.1 Lámparas de descarga (mercurio) y lámparas fluorescentes.

3.2 Lámparas LED.

4. Grandes aparatos (con una dimensión exterior superior a 50 cm).

Están incluidos, entre otros: Electrodomésticos, aparatos de consumo, equipos de informática y telecomunicaciones, luminarias, aparatos de reproducción de sonido o imagen, equipos de música, herramientas eléctricas y electrónicas, juguetes, equipos deportivos y de ocio, productos sanitarios, instrumentos de vigilancia y control, máquinas expendedoras y equipos para la generación de corriente eléctrica. Esta categoría no incluye los aparatos contemplados en las categorías 1 a 3 ni 7.

5. Pequeños aparatos (sin ninguna dimensión exterior superior a 50 cm).

Están incluidos, entre otros: electrodomésticos, aparatos de consumo, luminarias, aparatos de reproducción de sonido o imagen, equipos de música, herramientas eléctricas y electrónicas, juguetes, equipos deportivos y de ocio, productos sanitarios, instrumentos de vigilancia y control, máquinas expendedoras y equipos para la generación de corriente eléctrica. Esta categoría no incluye los aparatos contemplados en las categorías 3 y 6.

6. Equipos de informática y telecomunicaciones pequeños (sin ninguna dimensión exterior superior a los 50 cm).

7. Paneles fotovoltaicos grandes (con una dimensión exterior superior a 50 cm).

7.1 Paneles fotovoltaicos con silicio.

7.2 Paneles fotovoltaicos con teluro de cadmio.

El objetivo de este listado no es otro que facilitar la clasificación para mejorar la gestión y el reciclaje correcto de estos productos.

¿Por qué es adecuado reciclar los RAEE?

John Cameron Z7pqai0klbg Unsplash Imagen John Cameron en Unsplash

En este sentido, hay países responsables en gran medida de una gran parte de la basura electrónica que se acumula en el planeta. Estados Unidos y China están a la cabeza, siendo responsables del 32% de la basura electrónica que se genera. En Europa es Noruega, con una media de 28,4 kg de RAEE generados por cada habitante al año, la principal generadora de residuos electrónicos, seguida de Suiza con 26,3 kg e Islandia con 26,1 kg. Unas cifras que dejan claro la importancia del tratamiento y reciclaje.

Y es que como define la web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, "si el RAEE ha podido ser preparado para la reutilización, el residuo pasará a ser un AEE o un componente recuperado".

Esto es lo que dice el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico sobre como debe ser el tratamiento de los RAEE:

Todos los RAEE deberán de ser sometidos a un tratamiento específico de manera previa a cualquier tipo de procedimiento destinado a su reciclado o valorización. El tratamiento específico como mínimo, consistirá en la retirada de todos los fluidos incluidos aceites, lubricantes u otros y el tratamiento selectivo de materiales y componentes , de conformidad con lo recogido en el anexo XIII del Real Decreto 110/2015.
Durante el proceso de retirada de componentes o materiales, según lo dispuesto en el diagrama de proceso establecido por línea de tratamiento que estará  incluido en la autorización de actividad de la instalación, no se dañarán ni destruirán componentes que puedan liberar sustancias peligrosas al medio ambiente o que puedan diluirse entre el resto de las fracciones y contaminarlas.
Los materiales y fracciones se obtienen, normalmente a través de procesos manuales, mecánicos, de fragmentación o de triturado, de manera que puedan valorizarse o en último caso, eliminarse . Las fracciones y materiales se identificarán mediante códigos LER, se contabilizarán y se indicará su destino para calcular los objetivos de valorización.
Pexels Cottonbro 4874408 Foto de cottonbro studio

La correcta gestión y reciclaje de los RAEE es esencial por varias razones que podemos agrupar en beneficios para el medioambiente, pero también en la optimización de los recursos que terminarán beneficiando finalmente a nuestro bolsillo.

Primero por una reducción del impacto ambiental. Los RAEE contienen sustancias peligrosas que, si no se manejan adecuadamente, pueden contaminar el suelo y el agua, afectando la salud humana y los ecosistemas. El reciclaje adecuado reduce significativamente este riesgo.

Al mismo tiempo, el reciclaje lo que hace es reducir la cantidad de basura que llega a los vertederos, mitigando la presión sobre estos espacios y contribuyendo a una gestión más sostenible de los residuos. Las enormes extensiones de basura electrónica se pueden reducir con un tratamiento adecuado.

El reciclaje además favorece que se puedan recuperar recursos. Muchos aparatos electrónicos contienen materiales valiosos como oro, plata, cobre y platino y el reciclaje permite recuperar estos materiales, disminuyendo la necesidad de extraer materias primas vírgenes y reduciendo el impacto ambiental asociado a la minería.

Esto a su vez se convierte en una apuesta por reforzar la economía circular, un modelo que busca reutilizar y reciclar materiales de manera continua, reduciendo la generación de residuos y promoviendo un uso más eficiente de los recursos. Además, de esta forma, países que tradicionalmente son destino de basura electrónica, como pueden ver, aparecen nuevas empresas destinadas a la recolección y reciclaje de estos materiales, fomentando la creación de empleo.

Foto de portada | Gary Chan en Unsplash

Vía | Ecolec

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