A la hora de conectar nuestros equipos multimedia los cables HDMI se han convertido en unos complementos indispensables que nos permiten enviar imagen y sonido a las pantallas.
Sin embargo, no todos los cables HDMI son iguales y, aunque no hace falta gastarse una pequeña fortuna al comprar uno, si escatimas mucho te puedes encontrar con sorpresas desagradables como las que veremos a continuación.
Problemas más frecuentes si usas un cable HDMI demasiado barato
- Cables sin la suficiente certificación: uno de los primeros inconvenientes es que el cable no cuente con la certificación adecuada, lo que implica que dependiendo del uso que quieras darle te quedes sin poder usar ciertas funcionalidades. Así, hoy en día es fácil encontrar modelos que van desde la versión HDMI 1.3 pasando por la HDMI 1.4 hasta la HDMI 2.0 y la más moderna HDMI 2.1, siendo la primera adecuada para resoluciones de hasta 2560 × 1440 a 60 Hz, la segunda para Full HD, la tercera para 4K a 60 Hz y la última con 8K y hasta 120 Hz. Por ello, dependiendo de lo que le pidamos al cable nos convendrá contar con una certificación un otra, como vimos en este artículo.
- Interferencias en la señal: un cable barato en general estará peor apantallado que uno de más calidad y esto puede hacer que tengamos interferencias que se cuelen a través de él deteriorando la señal digital que transportan y produciendo problemas en la imagen y el sonido. En cables cortos de menos de 2 metros quizá no lo notes mucho pero en cables más largos pueden aparecer diferentes efectos extraños como puntitos de colores en partes de la imagen, microcortes en los vídeos, desfases en el sonido, o incluso pantallazos negros ocasionales.
- Problemas mecánicos: otra de las grandes diferencias entre cables baratos y caros suele estar en su construcción externa, generalmente más robusta en los de mayor precio, con mejores plásticos y materiales protectores de calidad. No es extraño que en cables de poca calidad el cabezal protector se acabe dañando al quitarlo y ponerlo con cierta frecuencia. Incluso el recubrimiento de dicho cabezal puede sufrir dilataciones con el calor acumulado tras los muebles y su uso diario haciendo que pierda adherencia con respecto al conductor interno y un día al tirar te puedes quedar con él en la mano (me ha pasado).
- Problemas de ajuste y pérdida de la señal: otro problema es el relacionado con las tolerancias de fabricación de los conectores. Los fabricantes tienen que cumplir con una serie de medidas del conector para que puedas enchufarlo en los diferentes equipos de forma que entre bien, justo, haciendo contacto y sin aplicar mucha fuerza pero sin quedar suelto. Pero puede que cueste mucho introducirlos en la ranura de la tele teniendo que hacer mucha fuerza o todo lo contrario, que entre muy fácil quedando con cierta holgura y dando así problemas de desconexiones totales o parciales a la menor vibración en el mueble.
- Problemas con dilataciones por el calor: también puede suceder en los modelos baratos que la aleación utilizada para fabricar el conector dilate o encoja con la temperatura ambiente, solo un poquito, unas décimas de milímetro, pero lo justo como para que produzcan estas holguras que causan fallos ocasionales en la imagen, el sonido o incluso pantallazos negros de vez en cuando.
Para finalizar, dos consideraciones que merece tener en mente al ir a comprar un cable HDMI en función del uso que le vayamos a dar y la ubicación de los dispositivos:
- La calidad de fabricación conviene que sea directamente proporcional al uso que le demos, ya que su degradación va a depender en gran medida de la utilización que hagamos de él y de cómo lo tengamos puesto tras la tele o monitor. Si lo sacas de la caja, lo instalas y no lo vuelves a mover en años probablemente no tenga mucha influencia ni notes nada. Pero si eres de los que lo quita y lo pone de vez en cuando para instalar diferentes aparatos, entonces pueden surgir problemas mecánicos.
- La calidad del cable debe ser directamente proporcional a la distancia del mismo: cuanto más largo sea, mejor calidad deberá tener el cable. Puede que en tu casa no los notes porque no haya interferencias a tu alrededor que se cuelen en el cable, pero en otras localizaciones sí pueden llegar a estar muy presentes sobre todo en modelos de más de 3 y 5 metros colocados junto a otros cables eléctricos o que pasen cerca de electrodomésticos con motores como ventiladores, sistemas de calefacción antiguos, etc.
Imagen portada | LG OLED C2, análisis de Xataka
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