Como diría mi abuela, los tiempos avanzan que es una barbaridad. Recientemente la diseñadora Amanda Ghassaei ha conseguido reproducir música en un disco creado con una impresora 3D, poniendo de manifiesto la increíble resolución que pueden llegar a lograr estas impresoras y las posibilidades que eso abre en el mundo del diseño.
Para este ejercicio de demostración técnica --porque como se puede ver en el vídeo, la calidad está muy lejos de lo aceptable-- Amanda ha transformado pistas digitales en un modelo tridimensional que puede interpretar la impresora gracias a un programa que ella misma ha creado, y que traduce la onda sonora en datos de la profundidad del surco del disco, que es lo que interpreta la aguja de un tocadiscos tradicional.
Como he dicho antes, utilidad práctica ninguna, pero me parece un trabajo de investigación muy interesante el de explorar los límites de la tecnología de la que disponemos, en este caso una impresora 3D Objet Connex500 con 600 dpi de resolución en los ejes X e Y, así como 16 micras en el Z, mucho mejor que otras que hemos mostrado como la 3D form 1 o la Replicator 2, que tienen 25 y 100 respectivamente.
¿Qué opináis vosotros? ¿Una investigación relevante o una pérdida de tiempo?
Vía | Instructables En Xataka Smart Home | El día que imprimamos nuestros propios paneles solares
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