Ha transcurrido escasamente una semana desde la clausura de la cuarta edición de Elitexpo, la única feria de carácter internacional especializada en Alta Fidelidad que se celebra en España. Después de poner en orden el amplio archivo fotográfico que pudimos tomar en el inmenso hotel Auditorium de la capital, que es el marco en el que se desarrolló este evento, y madurar todo lo que pudimos ver y escuchar allí, solo podemos llegar a una conclusión: esta edición ha sido todo un éxito.
En Elitexpo 2013 pudimos ver y escuchar buena parte de los mejores equipos de Alta Fidelidad disponibles en nuestro país. Aunque echamos de menos algunas firmas y tiendas veteranas, la oferta española estuvo muy bien representada gracias a la presencia de más de 20 empresas y más de dos centenares de productos de la más alta calidad.
Gran poder de convocatoria
Pero el éxito de esta feria reside, por supuesto, en su poder de convocatoria. Aunque no disponemos de cifras oficiales que nos ayuden a contabilizar cuántas personas pasaron por las salas de audiciones durante los tres días de celebración del evento, cualquiera que haya asistido a las tres ediciones anteriores se habrá percatado de que esta ha sido probablemente la que más público ha convocado.
Muchas de las caras que se dieron cita en el hotel Auditorium pertenecen a melómanos y audiófilos de «largo recorrido», a los que hemos podido ver en otras ocasiones en eventos de esta naturaleza. Sin embargo, la mejor noticia que podemos extraer de la edición de este año es que fue capaz de atraer a «caras nuevas», personas no necesariamente audiófilas y buena parte de ellas muy jóvenes, pero muy interesadas en descubrir cómo pueden disfrutar con la máxima intensidad posible su música favorita. Precisamente, «savia nueva» que garantiza la pervivencia de una maravillosa afición.
Porque, no nos engañemos, el fin último de la Alta Fidelidad no es recopilar aparatos bien construidos, bonitos y pesados. El «hardware» es capaz de alimentar nuestro apetito audiófilo, pero lo que realmente nos hace disfrutar a la inmensa mayoría de las personas que nos congregamos en el hotel Auditorium es la música, y no tanto los dispositivos que empleamos para reproducirla.
La auténtica esencia de esta afición
La música es una forma de expresión artística dotada de una cualidad que la hace única: es capaz de incidir en la sensibilidad de la mayor parte de las personas de una manera determinante. Además, puede ser disfrutada de una forma muy plena sin necesidad de tener ningún conocimiento formal acerca de este medio de expresión. Algunos géneros, como la música clásica y el jazz, pueden comprenderse con mayor plenitud si se tienen unos conocimientos mínimos, pero, en mi modesta opinión, este bagaje musical no es estrictamente imprescindible.
Cuando asistimos a un acontecimiento musical «en vivo» experimentamos una embriaguez de emoción a la que, afortunadamente, muy pocas personas son inmunes. Y es que la música nos hace sentir bien, nos emociona y altera nuestro estado de ánimo con una rotundidad al alcance de muy pocas formas de expresión artística.
Cada uno de nosotros puede intentar identificar las razones por las que presenciar un acontecimiento musical en vivo representa casi siempre una experiencia inolvidable, al margen del tipo de música que se interprete y la solvencia de los músicos. Lo realmente importante es que esa experiencia nos enriquece. Precisamente, la Alta Fidelidad es un medio para alcanzar un fin muy importante: permitirnos disfrutar en la intimidad de nuestro hogar la música de la forma más parecida posible a la que nos ofrece un concierto en vivo.
Un equipo de reproducción musical capaz de recrear en nuestro propio salón nuestro concierto favorito, y ofrecernos una experiencia emocional similar a la de un evento en directo, suele ser caro. Nuestra intención en este post no es reflexionar acerca de si merece o no la pena la inversión que conlleva un equipo de Alta Fidelidad de alto nivel; de hecho, se trata de una decisión muy personal.
Lo que pretendemos es recoger los productos y los equipos que, a nuestro juicio, merecen una mención especial de cuantos pudimos escuchar en Elitexpo. Por supuesto, esta elección es subjetiva, y reconozco que es injusto dejar fuera equipos que, probablemente, habrían encandilado a otro aficionado. Pero, al menos, esperamos que esta selección os anime a descubrir una feria muy apetecible que cada año está mejor organizada.
Y, lo que es más importante, si aún no se han despertado la audiofilia y la melomanía en vosotros, es probable que Elitexpo os permita sumergiros de lleno en esta maravillosa afición. Confiamos en que, si se os ha escapado este año, la lectura de este post, que dividiremos en dos entregas, os anime a asistir a la próxima edición.
Un último apunte antes de «meternos en harina»: a lo largo de los tres días durante los que se prolongó este evento tuvimos ocasión de conocer en persona a algunos miembros ilustres de esta industria, que tuvieron el detalle de viajar a Madrid para departir con numerosos aficionados. Flemming E. Rasmussen, de la firma danesa Gryphon; Roland Gauder, de Isophon; Andreas Hofmann, de la alemana Octave y Franc Kuzma, de la compañía eslovena Kuzma Ltd., son solo algunos de ellos. Una razón más para no perderse la próxima edición de Elitexpo.
Kiso HB-X1, la joya de Cosmos Hi-Fi
Las pequeñas cajas acústicas HB-X1 de la firma japonesa Kiso Acoustic me depararon, sin lugar a dudas, una de las experiencias musicales más impactantes del evento. Durante las tres ediciones anteriores tuve la oportunidad de escuchar la versión anterior de estos monitores, las HB-1, y ya entonces me dejaron muy buen sabor de boca. A pesar de esto, las novísimas cajas acústicas HB-X1 me dejaron, literalmente, boquiabierto.
La amplitud de la escena sonora que son capaces de restituir y su pegada al reproducir las bajas frecuencias rivalizan con las proporcionadas por cajas acústicas mucho más voluminosas y caras. Además, su fidedigno timbre y elevada transparencia les permiten reproducir con una naturalidad epatante composiciones complejas de música clásica y jazz, aunque también demostraron una gran soltura con el rock y el reggae.
El secreto de las Kiso reside en su peculiar filosofía de diseño. A diferencia de cualquier otra caja acústica del mercado, permiten que su recinto vibre y produzca sonido. Pero lo hace de una forma totalmente controlada, igual que los mejores instrumentos musicales. De hecho, las HB-X1 tienen más en común con estos últimos que con otras cajas. Esta peculiar estrategia les permite restituir una escena sonora mucho más amplia que la entregada por la mayor parte de las cajas acústicas del mercado.
Para permitir a las HB-X1 expresarse con total libertad, los responsables de Cosmos Hi-Fi las acompañaron por una electrónica a su altura, en la que destacaron un sofisticado giradiscos Omega Point 5 de Fletcher Audio con una cápsula fonocaptora EMT, así como un previo PST-100 MKII y dos etapas híbridas Aelius de la firma griega Ypsilon. Un auténtico equipazo que, a buen seguro, será muy caro, pero que nos permite deleitarnos con prácticamente cualquier género musical.
Las danesas Raidho D-1 son… asombrosas
Las siguientes protagonistas de esta crónica son, por méritos propios, las cajas acústicas D-1 de la compañía danesa Raidho Acoustics. Aunque su filosofía de funcionamiento es mucho más tradicional, brillaron casi tanto como las Kiso HB-X1 de las que hemos hablado antes. Y lo hicieron gracias a su principal arma: sus altavoces. La complejidad de los transductores y del sistema de propulsión magnética que incorporan es abrumadora.
De hecho, incorporan un sofisticado tweeter de cinta y un woofer para medios y graves con un diámetro de 115 mm. El diafragma de este último transductor tiene una estructura de tipo sándwich que combina una lámina de carbono revestida por unas finísimas capas de partículas de diamante que consiguen desplazar la frecuencia de resonancia de la membrana fuera de la banda pasante. ¿El resultado? Un sonido prístino, con un nivel de detalle y una naturalidad asombrosos, y, cómo no, una escena sonora amplia y muy creíble.
Los responsables de Stradivari Audio Élite, que es la empresa que importa los productos de Raidho Acoustics, decidieron que las D-1 estuviesen acompañadas por un previo y una etapa estereofónica, ambos a válvulas, de la estadounidense Cary Audio. Las fuentes utilizadas durante las pruebas fueron un magnífico giradiscos de Hanss Acoustics, el modelo T-30, y un lector de CD de la propia Cary Audio. Otro equipazo capaz de quitar el hipo a cualquiera.
Kuzma Stabi XL4, un giradiscos de otra galaxia
Así es. Basta echar un vistazo al giradiscos tope de gama de la compañía eslovena Kuzma Ltd. para percatarse de que su creador, Franc Kuzma, es una persona «inspirada». La belleza de este producto es embriagadora, y la tecnología que ha permitido ponerlo a punto muy impactante. El mecanizado de su eje, del plinto, del plato y de los cuatro motores independientes que garantizan una rotación absolutamente estable, es sencillamente perfecto. Pero lo más importante, que no es otra cosa que su sonido, es capaz de impactar al más escéptico.
El XL4, y también la versión XL2, equipada con dos motores, proporciona un sonido cálido, detallado y repleto de microinformación. Lo más curioso es que no es imprescindible afrontar la inversión que conlleva el mejor giradiscos de Kuzma para hacerse con un producto de auténtica referencia. Su «hermano pequeño», el modelo Stabi M, que también estuvo presente en Elitexpo, presume de buena parte de los atributos de las versiones XL a un precio que, aunque es elevado, resulta algo más contenido que el del modelo de referencia absoluta.
Durante las audiciones, los giradiscos de Kuzma estuvieron acompañados por electrónicas a válvulas de la firma germana Octave, así como por unas cajas acústicas de la también alemana Isophon, concretamente el modelo Berlina RC7. Toda la electrónica residía en un mueble audiófilo y bases de la reputada empresa española Artesanía Audio. Semejante despliegue de material de la más alta calidad demuestra que los responsables de Audio Pasión saben muy bien qué se traen entre manos, pues han sido capaces de hacerse con algunas de las marcas más atractivas del mercado mundial de la Alta Fidelidad.
En la próxima entrega de esta crónica cederemos el testigo a otros productos y equipos que, al igual que los que protagonizan este post, merecen nuestro reconocimiento. Si os gusta la música con mayúsculas y el «hardware» que nos permite disfrutarla en toda su plenitud, no os lo perdáis.
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