La británica Tannoy es una compañía con personalidad. Durante sus casi 90 años de existencia (es uno de los fabricantes de productos de audio más veteranos del mercado) ha conseguido colocar en la calle decenas de cajas acústicas de gran calidad, lo que le ha permitido granjearse una legión de seguidores incondicionales. Pero la característica que realmente dota de personalidad a sus cajas es la presencia de sus altavoces coaxiales.
Todos estamos acostumbrados a las cajas acústicas electrodinámicas que incorporan varios altavoces claramente separados. Las más pequeñas tienen, al menos, un tweeter y un altavoz de medios/graves, pero otras pueden llegar a integrar hasta cinco o seis altavoces en un recinto de gran tamaño. Lo interesante de la mayor parte de los modelos de Tannoy es que usan altavoces coaxiales, por lo que, como podéis ver en la fotografía que abre el post, los altavoces de agudos y medios/graves comparten un mismo eje, lo que provoca que algunas personas crean que solo incorporan un altavoz.
Las fotografías que tenéis en este post pertenecen al modelo Revolution XT 6, unos monitores de auténtica alta fidelidad muy recientes que incorporan los últimos refinamientos de Tannoy, pero que, aun así, tienen un precio razonable que orbita alrededor de los 800 euros la pareja. En cualquier caso, lo realmente interesante es que este fabricante apuesta por los altavoces coaxiales porque su diseño los aproxima al ideal de fuente sonora puntual.
Según Tannoy, sus altavoces coaxiales ofrecen una dispersión totalmente coherente en todo el espectro de frecuencias, una alineación de la fase exacta y una gran precisión. Yo he tenido la ocasión de escuchar varios modelos top de esta marca en tres o cuatro ocasiones, y la verdad es que suenan muy bien, aunque reconozco que lo que a mí más me atrae es la estética retro de algunas de sus propuestas.
Antes de concluir el post, ahí van algunas pinceladas acerca de las Revolution XT 6. Su respuesta en frecuencia se extiende en el rango que va desde los 46 Hz hasta los 32 kHz; tienen una impedancia nominal de 8 ohmios, una sensibilidad de 89 dB y pueden ser atacadas con amplificadores cuya potencia oscile entre 25 y 120 vatios. El puerto bass reflex está alojado en la base, como en algunos subwoofers, lo que facilita mucho su ubicación. No pintan nada mal, ¿verdad?
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