Por qué hay gente poniendo sal en diferentes partes de la casa y cómo hacerlo correctamente

Su función va más allá de las limpiezas esotéricas y puede ser útil para varios tipos de problemas domésticos

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La sal es un ingrediente básico en nuestras cocinas, un elemento que da sabor y realza los naturalmente presentes en los alimentos pero que también tiene otras utilidades variadas en nuestras viviendas además de las gastronómicas.

De ahí que haya gente que esté usándola para diferentes fines dentro del hogar que van más allá de los místicos como la limpieza espiritual y evitar los malos espíritus. Hay toda una serie de posibles usos prácticos de este ingrediente que vamos a repasar a continuación.

Poniendo sal en los rincones de casa

La sal es un gran absorbente de humedad y un neutralizador natural de ciertos olores no deseados gracias a sus capacidades antibacterianas. Esto hace que sea un elemento ideal para lograr un ambiente más fresco en algunas estancias de la casa.

Es el caso de los cuatros de baño y las cocinas, sobre todo en zonas muy húmedas, aunque tiene el problema de que los granos deben ser renovados de forma periódica para que no pierdan efectividad.

Así, podemos colocar pequeños recipientes abiertos con sal dentro de los armarios de la cocina o del cuarto de baño, y si queremos más potencia de absorción y eliminación de olores podemos mezclar con bicarbonato sódico e incluso colocar un poco dentro de la nevera para absorber el típico olor a frigorífico.

Otro uso de la sal lo encontramos en las plantas como ahuyentador de plagas. Por regla general echar sal en los vegetales puede ser perjudicial para su salud, ya que deshidrata las células y afecta su capacidad para absorber agua y nutrientes del suelo. Pero sí es factible esparcir sal gruesa alrededor de la planta de forma que evitemos las plagas de hormigas, babosas y caracoles.

También se usa en invierno si hay riesgo de muy bajas temperaturas para evitar la formación de hielo en las zonas de paso de la vivienda, como entradas, porches, zonas de aparcamiento de los vehículos, escaleras exteriores, etc.

La sal como limpiador del baño

Otro uso de la sal en casa lo encontramos a la hora de aprovechar su poder como agente abrasivo para eliminar depósitos minerales, manchas de sarro u óxido que se forman en el interior del inodoro, dándole con el tiempo un aspecto oscuro y desagradable.

Al dejar actuar la sal durante la noche, esta puede ayudar a retirar la suciedad adherida, facilitando su limpieza al día siguiente. Además, aunque no se compara  con un desinfectante comercial, la sal tiene propiedades antibacterianas que pueden contribuir a reducir las bacterias en el inodoro.

Puedes potenciar este truco añadiendo bicarbonato de sodio y aceite esencial. En este caso, necesitarás 250 gramos de bicarbonato de sodio, 250 gramos de sal gruesa y 25 gotas del aceite esencial de tu preferencia (lavanda, cítricos, menta, etc.).

Mezclamos todos los ingredientes en un recipiente y los vertemos en la taza del inodoro antes de dormir. A la mañana siguiente, echamos agua caliente y tiramos de la cadena para que haga efecto.

Imagen portada |  Castorly Stock 

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