El autoconsumo y las viviendas sostenibles son dos conceptos que suelen ir de la mano. Hace poco vimos una casa que tenía la particularidad de poder llevarse de un sitio a otro y además contar con sistemas para aprovechar la energía solar. Esta otra casa que veremos ahora, es otra variante más sofisticada.
Se trata de un proyecto de Freehand Arquitectura, dónde han apostado por un sistema de vivienda bajo el estándar Passivhaus que además puede generar su propia energía lo que la convierte en casa autosuficiente.
Pequeña, por módulos y sostenible
Freehand Arquitectura, el estudio Boutique fundado por la arquitecta Lourdes Treviño Quirós, certificada como Passivhaus Designer, quiere apostar por un sistema para una vivienda que genera la propia energía que luego va a consumir.
La construcción tiene lugar en Madrid, más en concreto en Torrelodones, el lugar en el que han levantado lo que han dado en llamar la "Casa Toblerone" (su forma es inconfundible). Es un tipo de vivienda sostenible, compacta y autosuficiente.
Esta casa apuesta por el estándar Passivhaus y busca integrar la edificación en el ambiente y el paisaje que la rodea. Han buscado que esta casa pueda aprovechar mejor el entorno y por ejemplo han cuidado aspectos como aislamiento o el aprovechamiento de la circulación del aire. A todo esto se suma que han instalado placas solares y baterías para generar energía y almacenar el sobrante y consumirlo en los momentos en los que no se puede obtener energía del sol.
El proyecto busca reducir el consumo energético, lo que se traduce en una menor contaminación y usan el tipo de construcción modular de forma que cada módulo aporta una estancia distinta.
Uno por ejemplo ofrece un dormitorio y una zona de trabajo a modo de despacho mientras que otro añade la cocina, en la que la domótica es protagonista. A estas estancias se suma un salón comedor y una terraza exterior con vistas a una piscina y un salón exterior excavado en la ladera de la montaña.
Buscando la sostenibilidad también en los materiales usados, estas casas emplean tapizados que emitan la piel en sillas y sofás. Además apuestan por el empleo de materiales reciclados como el plástico, vidrio, azulejos antiguos... que sirven de base para elementos que se usan en la construcción como tarimas, placas o encimeras que imitan piedra natural, azulejos o barro... incluso usan ladrillos orgánicos que según el estudio Freehand Arquitectura, se fabrican a partir de material orgánico.
En cuanto a las medidas para aprovechar mejor el potencial del entorno, en estas casas se ha vigilado el flujo de corrientes de aire, pero además se han añadido sistemas de aislamiento, vidrios de control térmico y paneles solares. Además, han cuidado la orientación y así la casa está orientada al sureste, con vistas a Madrid capital.
Estas viviendas, al ser pasivas, son herméticas, no permiten las infiltraciones no deseadas del exterior, lo que hace que la calidad del aire sea mejor. El aire circula por el hogar, se filtra y calienta de manera eficiente, controlando la humedad y renovando el aire, dando una sensación de frescor a toda la casa. No obstante, también se pueden abrir sus ventanas y ventilar de manera tradicional.
Más información | Freehand Arquitectura
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