En muchas ocasiones, hemos hablado en esta página de factores como la higiene postural o la limpieza para crear un hogar agradable para vivir y que al mismo tiempo fuese un sitio que reuniera las condiciones necesarias para que sirva como punto para recuperar y cuidar nuestra salud.
Pero además, hay un elemento que influye en nuestra calidad de vida en casa y que muchas veces podemos pasar por alto. Se trata de la luz que usamos que además de por estética es un factor del que depende nuestro descanso y por lo tanto el que seamos luego más productivos. Y en este sentido voy a detallar como he configurado las luces en casa para intentar conseguirlo.
La importancia de la iluminación
Seguramente a estas alturas ya has escuchado y leído sobre como la luz que emiten las pantallas es perjudicial para el descanso y para nuestro sueño ya que la exposición a la luz artificial en la noche puede suprimir la producción de melatonina, una hormona que regula el ciclo del sueño. Pero no solo las pantallas y la luminosidad que desprenden influyen en nuestra salud. Una simple bombilla puede ayudarnos a descansar mejor o a ser más productivos.
De entrada lo que hago es intentar aprovechar todo lo que puedo la luz natural durante el día, puesto que es un elemento que según los especialistas, sirve para regular el ritmo circadiano y mejorar la calidad del sueño. Y aunque el solo directo solo llega durante unas horas del día, trato de tener abiertos los estores y persianas para dejar entrar la luz del sol.
Por eso en casa, he optado por instalar las luces según la estancia. No todas las luminarias son iguales y en algunos casos he puesto sistemas de iluminación adaptables que pueden cambiar de tono según cada momento o en función de mis intereses.
De entrada, en los dormitorios y zonas de descanso he decidido usar luces más cálidas, tanto en el techo como en las mesitas de noche. Incluso en el cabecero de la cama he instalado un sistema de iluminación ambiental que uso a baja potencia lumínica casi siempre.
El objetivo es aprovechar las luces tenues en el dormitorio para señalar al cuerpo que es hora de dormir. La tira LED con regulador de intensidad (pueden ser útiles también bombillas) sirve para ajustar la cantidad de luz y que no sea molesta. Y es que los tonos amarillos, los más cálidos, favorecen el descanso y la relajación, mientras que los más fríos lo que hacen es activar nuestro organismo.
Y aunque no depende de mi, al vivir en un entorno urbano es imposible no tener restos de iluminación nocturna de las calles por la noche, por lo que siempre que puedo (en verano es más difícil) uso las cortinas y persianas para bloquear la entrada de luz exterior y así mantener un ambiente oscuro y propicio para dormir.
En el salón por ejemplo, he adoptado luces neutras para las actividades diarias, cuando por ejemplo vamos a comer o tenemos una reunión, aunque también he usado bombillas regulables en tonalidades para poder cambiar en un momento determinado la calidez y crear otro tipo de ambiente. De esta forma lo que trato es de crear un ambiente relajado.
Cuando hicimos la reforma y tras muchas lecturas decidimos instalar luces empotradas en el techo y usar algunas de ellas para iluminar las paredes, creando una iluminación indirecta a la vez que suave y eficaz
Además, he distribuido por todo el salón puntos de luz en forma de lámparas, tiras LED, focos de mesa para crear luz ambiental que me ayude a conciliar el sueño antes de dormir y que no resulten molestas.
Para ser más productivo
Cuando quiero trabajar lo ideal es aprovechar la luz natural. Es un factor que sirve para aumentar la productividad al mejorar el estado de ánimo, la concentración y la energía... pero claro, no siempre se puede aprovechar al máximo la luz natural.
Por eso lo que hago es usar una luz de toque menos cálido, por lo que en el sitio en el que trabajo de casa he colocado bombillas y sistemas de iluminación que buscan imitar a la luz del día. Según los expertos de esta forma se puede ayudar a mantener la alerta y la concentración, algo que además resulta especialmente útil durante las horas de la mañana para despertar el cuerpo y aumentar la energía.
Por su parte, la cocina y los baños también tienen su cuota de importancia lumínica. En la cocina he "pasado" de usar lámparas fluorescentes y he optado por focos LED pero en este caso con una luz más fría que además ilumine bien las zonas de trabajo poder cocinar sin problemas. Ahora lo que quiero hacer es usar e instalar un sistema de luces más suaves para esos momentos en los que no es necesaria tanta luz.
Por su parte en los baños he optado por sistemas de luces neutras y que sirvan para iluminar tanto la estancia como a las personas. He colocado una luz LED gigante con forma de claraboya para iluminar todo el espacio y además puntos de luz extra sobre el espejo para mejorar la visión.
Se trata por lo tanto y según lo entiendo, es muy personal, no de tener el mismo tipo de iluminación en toda la casa, sino de adaptar en casa estancia las luces para la actividad que vamos a llevar a cabo.
Foto de portada | Binyamin Mellish
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