Cuando hablamos de la limpieza de la lavadora, lo más habitual es que muchos piensen (y yo me incluyo) en elementos como el tambor o el filtro, ese lugar escondido bajo una misteriosa tapa. Pero hay una zona que suele pasar desapercibida y que es igual de importante.
Se trata de las juntas de la lavadora, una zona en la que se suele acumular la suciedad y también la humedad, posibilitando la aparición de moho y bacterias, que incluso pueden terminar repercutiendo en la efectividad de los lavados. Sin embargo es muy fácil mantener esta zona limpia y esta experta nos da la clave.
Evitar el moho y las bacterias
Limpiar las juntas de la lavadora es una parte importante del mantenimiento regular para garantizar su buen funcionamiento, prevenir olores desagradables, evitar el crecimiento de moho y hongos, pero además es algo que puede influir en la vida útil de la lavadora prolongándola.
Las juntas de goma o sellado en las lavadoras son propensas a acumular residuos de detergente, suciedad y restos de ropa. Esto es algo que suele suceder sobre todo en los modelos de carga frontal, que son los más habituales del mercado. El problema es que esta sociedad que se va acumulando, con el tiempo puede pasar a la ruta en el momento de hacer la colada.
Eso por no hablar de los restos de humedad y de jabón, que pueden crear un ambiente propicio para el crecimiento de moho y hongos en las juntas de la lavadora. Esto no solo puede causar malos olores, sino que también puede ser perjudicial para la salud si se inhala.
De ahí que sea fundamental mantener limpias las juntas de goma de la lavadora. Y la usuaria @rbr_decohome ha explicado en su perfil un truco casero para limpiar esta zona con ingredientes que tenemos en casa. Se trata de aprovechar el poder de limpieza de dos clásicos como son el vinagre y el bicarbonato.
Para aplicar estos ingredientes lo primero que hay que hacer es asegurarse de que la lavadora está desenchufada y luego abrir la puerta y añadir una cucharada de bicarbonato en las juntas. Luego añade un poco de vinagre blanco y con la mezcla hecha, cierra la puerta y pon un programa corto.
De esta forma y con el lavado, se limpiarán las juntas por completo. Luego sólo debes abrir la puerta y eliminar los restos de las juntas con un paño seco. Cómo extra puedes siempre intentar dejar abierta la puerta tras los lavados para ayudar a que se seque tanto el interior como las juntas y de esta forma evitar la aparición de moho y la acumulación de bacterias.
No hay que olvidar además que la suciedad que se acumula en las juntas de la lavadora pueden obstaculizar el sellado adecuado de la puerta, lo que puede provocar fugas de agua durante el ciclo de lavado y además, esta acumulación de residuos podrían terminar pasando a otras partes internas de la lavadora con el tiempo.
Vía | El Mueble
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