Los aires acondicionados son equipos imprescindibles en muchos hogares, no solo para genera un ambiente fresco en verano, sino también como sistema de calefacción en invierno gracias a sus bombas de calor.
Sin embargo, como todo aparato que usemos con frecuencia en casa, su uso no está exento de que tengamos que hacer un mínimo mantenimiento regular o si no podremos encontrarnos con problemas diversos que van desde averías de alguno de los sistemas a un funcionamiento incorrecto.
La importancia de tener limpios los filtros del aire acondicionado
En este sentido, resulta frecuente que algunos usuarios se quejen de que el aire acondicionado no enfría o calienta como esperaban, incluso que se para o emite malos olores en cuanto lo encienden, haciendo que el ambiente sea irrespirable, generando picores de garganta o en los ojos.
Es por ejemplo el caso del usuario @levelsio en X que muestra varias fotografías sobre una sorpresa desagradable que se llevó por el mal mantenimiento del aire acondicionado en alojamientos tipo Airbnb y hoteles donde al revisar los filtros del split se dio cuenta de que estaban llenos de mugre. De suciedad con restos de partículas de decenas de anteriores inquilinos y listos casi para que creciese un pequeño jardín vertical en la pared.
¿El resultado de esta suciedad acumulada en los filtros? Pues desde mal olor a sensación de agobio por la mala calidad del aire e incluso problemas de salud en personas con alergia al polvo, ácaros y polen que sin motivo aparente comienzan a sentir inflamación y picor en las vías respiratorias. Pero también puede haber consecuencias más importantes ya que es posible una mayor distribución de virus y bacterias por toda la sala.
¿Qué se puede hacer al respecto? Pues lógicamente en un hotel o alojamiento pedir que se haga un buen mantenimiento de los equipos y si ya no podemos irnos no usarlo durante nuestra estancia. Pero si estamos en casa, en general con unos mínimos cuidados que podemos realizar nosotros mismos mantendremos una buena higiene de los aparatos.
Es algo especialmente importante cada vez que se acaba la temporada de frío o calor (dependiendo de si usamos la bomba de calor, claro), ya que así nos aseguramos de que no dejamos suciedad estancada que pueda acumular hongos y otros microorganismos.
El proceso es en general sencillo, aunque conviene leer las instrucciones de cada modelo de aire acondicionado para asegurarse de que lo hacemos bien. No obstante, como norma básica hay que apagar el aparato, tanto si es fijo como portátil, levantar la tapa de plástico para acceder a los filtros, quitarlos y limpiarlos primero con una aspiradora o brocha y luego, si el modelo lo permite, es posible también pasar a una limpieza más profunda.
Podemos usar agua y jabón suave si los filtros están muy sucios, sumergiéndolos en la solución jabonosa y frotándolos suavemente con las manos o con un cepillo de cerdas suaves para eliminar la suciedad. Incluso algunos filtros pueden limpiarse en el lavavajillas.
Después solo hay que esperar a que se sequen completamente antes de volver a colocarlos en el aparato, cerramos la carcasa y ya lo tenemos listo para un nuevo uso.
Imagen portada | Elaboración propia
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