Durante la última década, China ha logrado convertirse en el país que más está apostando por la generación solar y eólica. Lo demuestran sus macroproyectos fotovoltaicos y aerogeneradores instalados por toda la superficie del país, un intento por suplir, de manera definitiva, el uso de combustibles fósiles.
Uno de sus últimos proyectos ha sido el de haber conectado el aerogenerador terrestre más grande del mundo, un portento técnico que, dadas sus características, la empresa que hizo posible el proyecto se ha dado cuenta de que está afectando el microclima local.
Unas palas que forman un diámetro superior al edificio más alto de España
El aerogenerador de Sany Renewable Energy cuenta con una capacidad de unos 15 MW. Sus palas alcanzan los 131 metros de longitud y forman un rotor de 270 metros de diámetro, el más grande del mundo. Este diámetro supera incluso la Torre de Cristal, el edificio más alto de España con 249 metros. Tal y como mencionan nuestros compañeros de Xataka, cabrían tres campos de fútbol si fuesen construidos de punta a punta.
Al año, este aerogenerador es capaz de producir hasta 56 millones de kWh de electricidad. El pasado 16 de noviembre la turbina SI-270150 se puso en funcionamiento a potencia nominal, un mes después de haber sido conectada a la red.
China va de récord en récord mundial. Y es que estos macroproyectos son un ejemplo de la capacidad que alberga el país para desplegar todo su potencial energético. Este aerogenerador ha establecido un nuevo récord mundial con la turbina a pleno rendimiento. Eso sí, lo que nadie esperaba es que sus palas acabaran afectando al microclima local.
La instalación, que se encuentra en el parque eólico de pruebas de Tongyu, provincia de Jilin, al sureste de china, ha causado un efecto inesperado en la zona: está alterando el microclima cercano y los patrones locales del viento.
La hipótesis de sus responsables es que los rotores están produciendo variaciones en la velocidad del viento, lo que provoca un cambio en la distribución de las temperaturas a nivel local. A pesar de que no están del todo claras las implicaciones en términos de sostenibilidad, los científicos planean seguir investigando los cambios producidos para conocer el impacto que pueda causar este aerogenerador a largo plazo.
Según sus responsables, el aerogenerador tendrá una vida útil de en torno a 25 y 30 años. A pesar de ello, aún no está en venta, por lo que todavía tendrá que pasar más de un año en pruebas. Este proceso pasará por más de 2.000 tests de rendimiento para cerciorarse de la fiabilidad y calidad del proyecto y sus componentes en condiciones reales. De hecho, el impacto que ha causado en el microclima será uno de los factores a tener en cuenta para dichas pruebas.
China ya posee el 65% de la capacidad eólica global y cuatro de los cinco principales fabricantes de aerogeneradores en el mundo. Este modelo terrestre lo acompaña el de Mingyang en la costa, siendo este último el aerogenerador offshore más grande del mundo con una capacidad de 20 MW.
Este tipo de proyectos no son viables actualmente en Europa, simplemente por el desafío logístico que conlleva y la burocracia que habría detrás para validar el proyecto en tierras del continente.
Imagen de portada | reNews
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