Con el coste de la energía eléctrica disparado y dada la creciente dependencia eléctrica en nuestros hogares con cada vez más equipos, electrodomésticos y dispositivos que tenemos que tener conectados a la corriente, rebajar al mínimo el consumo de electricidad se ha vuelto más importante que nunca si no queremos tener que pagar una pequeña fortuna a final de mes.
¿Cómo podemos hacerlo? Pues una forma rápida sería cambiar todos los aparatos de casa por unos nuevos con mejor eficiencia energética y opciones de consumo inteligente integradas, aunque claro está, supondría un elevado coste que no muchos estamos dispuestos a asumir.
Otra posibilidad pasa por añadir en los hogares algún dispositivo que nos permita el encendido y apagado inteligente de los electrodomésticos, ayudándonos así a ahorrar unos eurillos cada mes. Este es justo el objetivo de los denominados enchufes inteligentes y a continuación vamos a repasar algunos de los usos reales que podemos hacer de ellos que nos ayuden a rebajar la factura de la luz.
Qué es un enchufe inteligente y para qué sirve
Antes de entrar en materia, y por si no sabéis qué es exactamente un enchufe inteligente, señalar que son pequeños dispositivos con la forma de un enchufe hembra que conectamos a una toma eléctrica de la pared y cuya funcionalidad radica en la posibilidad de controlar el paso de corriente a través de él de forma remota.
La mayoría de estos dispositivos se conectan mediante WiFi (banda de 2,4 GHz), pero también los hay con Bluetooth y con Zigbee y Z-Wave. En los dos últimos casos requerirán de un hub adicional para actuar como intermediario entre el router y el dispositivo.
Una vez concluida su instalación y configuración, podremos manejar el enchufe desde el móvil, pero también los hay que permiten controlarlos con la voz y son compatibles con los respectivos ecosistemas y asistentes, como Alexa, Google Assistant o Siri.
Esto nos permitirá básicamente permitir o no permitir el paso de electricidad a través del dispositivo, programar horarios para que pase la corriente y monitorizar el consumo eléctrico en algunos modelos.
Son ideales para encender, apagar, programar dispositivos sencillos, que funcionan al conectarse directamente a la corriente, o que cuentan con un interruptor manual mecánico que deberemos dejar activado.
Cómo ahorrar en la factura de la luz con un enchufe inteligente
Muy bien, una vez que tenemos claro qué es un enchufe inteligente y las funciones básicas que ofrece, vamos a señalar algunas de las opciones de uso más habituales que pueden ayudarnos a ahorrar en la factura de la luz.
Para empezar, si tenemos un sistema de calefacción con radiadores eléctricos de tipo clásico, sin programador integrado como sucede en los modelos más modernos, podemos usar el enchufe para decidir a qué horas se encienden de forma que por ejemplo se apaguen cuando no los vayamos a usar, como por la noche, o que comiencen a estar funcionales unos minutos antes de que vayamos a entrar en casa. Eso sí, deberemos comprobar antes de conectar los radiadores al enchufe que éste puede trabajar con la potencia suficiente.
La mayoría de nosotros tenemos varios equipos de red que solemos dejar encendidos por la noche porque al levantarnos por la mañana es un incordio tener que ir a donde están instalados para encenderlos de forma manual. Es por ejemplo el caso del router, NAS, adaptadores WiFi o PLC. Con un enchufe inteligente podemos dejarlos todos conectados en una regleta y programar para que se apaguen por la noche y enciendan a primera hora de la mañana.
También consumen y desperdician energía los electrodomésticos que se quedan en modo de espera tras realizar su función, como por ejemplo la lavadora, el lavavajillas, etc. Forma parte del llamado "consumo fantasma" y conectándolos a un enchufe inteligente podrás evitar que permanezcan mucho rato en stand by cuando han terminado su programa.
Si tenemos un termo eléctrico como sistema para calentar el agua de casa y no cuenta con funciones avanzadas de programación, podemos usar un enchufe inteligente para que se apague por la noche y se encienda un par de horas antes de levantarnos, teniendo así agua caliente para la ducha sin dejarlo toda la noche funcionando. En este caso hay que asegurarse de que el termo se enciende y apaga de forma directa, es decir que no se queda en modo de espera cuando se va la luz.
Algo similar sucede con otros sistemas de calefacción y aire acondicionado cuyo encendido y apagado podremos programar siempre que no cuenten con ese modo de espera tras irse la corriente eléctrica.
Si tenemos muchos dispositivos en casa que requieran de recarga eléctrica, una buena forma de ahorrar es conectar a un enchufe inteligente una regleta con todos los cargadores que necesitemos. Programamos el enchufe para que se encienda de madrugada, cuando el precio de la electricidad es más barato, y todos los equipos se recargarán en ese horario ahorrando unos céntimos cada día.
Por supuesto, nos sirven para monitorizar el consumo eléctrico de los diferentes aparatos que les conectemos (función que tienen los enchufes más avanzados), algo que puede ayudar a concienciarnos sobre cuánto estamos gastando en cada momento y que seguro a la larga nos permitirá ahorrar unos eurillos.
¿Nos hemos dejado algún aparato encendido al irnos de casa? Es una duda que nos ha pasado más de una vez. Si usamos enchufes inteligentes en los equipos de uso más habitual podremos comprobarlo a distancia y verificar que no están desperdiciando valiosos vatios.
Si somos de usar mantas eléctricas por la noche, ya sean de pequeño o gran tamaño, podemos utilizar un enchufe inteligente para evitar que estén demasiado tiempo encendidas o que se nos olvide que las tenemos puestas.
También pueden ayudarnos en el caso de que tengamos algún sistema de iluminación exterior o interior que queramos dejar encendido solo durante unas horas o momentos determinados. Por ejemplo podemos programar que las luces del jardín se encienda solas cuando empieza a atardecer y que se apaguen de madrugada o a primera hora de la mañana sin gastar en exceso.
Podemos además automatizar las luces de Navidad y otras festividades como Halloween, de forma que no se queden encendidas por la noche gastando energía sin que nos demos cuenta.