En anteriores ocasiones hemos hablado de calibración en televisores y monitores, de cómo hacerlo de forma precisa y en detalle o sobre cómo realizar un ajuste rápido usando una serie de patrones de calibración.
Es ambos casos recomendábamos partir de algún modo de visualización previo (cine, deportes, juegos, modo del cineasta, etc.) y realizando ajustes para el uso de la tele de día o de noche, situación que cambiará de forma notable cómo percibiremos la imagen en pantalla.
¿Por qué? Pues porque la luz de la habitación va a competir con la emitida por la tele, de ahí que sea conveniente tener en cuenta un parámetro adicional: la intensidad de la luz de fondo de la tele, tanto en los modelos LCD-LED como en los OLED.
Qué es la "luz de fondo" y en qué se diferencia del "brillo"
En los televisores LCD-LED y todas sus variantes como QLED, así como en los modelos OLED, hay un parámetro en el menú de ajuste de la imagen que conviene tener bien presente: la luz emitida por la pantalla, función que controla directamente la intensidad luminosa que el panel es capaz de proporcionar.
En los modelos basados en tecnología OLED (Organic Light Emitting Diode) o Diodo Orgánico de Emisión de Luz, cada píxel es capaz de generar su propia luz cuando entra en contacto con una carga eléctrica iluminándose de forma independiente.
Actualmente, los modelos OLED que podemos encontrar en las tiendas son de tipo WRGB, lo que significa que la luz se emite desde un píxel blanco (W) que pasa posteriormente por una serie de filtros de color RGB generando el tono de color final correspondiente. Por tanto, en estos televisores el parámetro de la "luz de fondo" o "luz OLED" del menú de la tele controla cómo de intensa será la luz producida por este emisor OLED.
Si nuestra tele está basada en tecnología LCD-LED, habrá una fuente de luz trasera, ahora de tipo LED, que debe iluminar la sección LCD para producir la imagen. Esta sección LCD son una serie de cristales líquidos que o bloquean o permiten que la luz pase a través de ellos, esencialmente ofreciendo diferentes colores y niveles de brillo.
Esta fuente de luz LED puede emitirse y controlarse de muy diferentes formas (por ejemplo con tecnologías Edge LED, Direct LED y FALD), logrando dependiendo de cada caso apagados más o menos efectivos en las zonas donde no se necesite, para obtener negros más profundos.
¿En qué se diferencia entonces la luz de fondo y el brillo? Pues en que como hemos comentado, la luz de fondo controla directamente la potencia luminosa de los diodos OLED o de la luz de fondo LED del panel LCD, mientras que el "brillo" es el ajuste encargado de manejar la profundidad de los negros y los detalles en las zonas oscuras para un valor de la luz de fondo ya seleccionado.
Es decir, son dos ajustes independientes aunque pueda parecer que son lo mismo e incluso algunos fabricantes inducen a errores al nombrar como "brillo OLED" o "brillo del panel" al valor de la luz de fondo, siendo dos cosas completamente distintas.
Cómo ajustar la luz de fondo de la tele
Para ajustar el valor de la luz de fondo de un televisor OLED o LCD-LED solo tenemos que ir al correspondiente menú de configuración de la imagen y buscar dicha opción entre las disponibles, tratando de no confundirnos en el caso de que nuestro modelo lo denomine con el término "brillo" como hemos dicho anteriormente.
No existe un valor óptimo a la hora de ajustar este parámetro, ya que cada modelo de tele, sala y condiciones de visualización nos obligarán a elegir uno u otro valor. No obstante podemos dar algunas recomendaciones y consejos generales.
Para empezar, en salas muy luminosas y para uso de la tele durante el día, conviene subir este parámetro "todo lo que podamos" para mostrar el máximo potencial que el panel sea capaz de ofrecernos, sobre todo si queremos utilizar contenidos con alto rango dinámico o HDR.
Este "todo lo que podamos" entre comillas tiene varias contrapartidas. Para empezar un mayor consumo eléctrico, ya que estaremos forzando a los LED y OLED a utilizar una mayor potencia eléctrica. Pero además, en el caso de que nuestra tele sea OLED estaremos acortando la vida útil de sus píxeles e incrementando el riesgo de retenciones y quemados.
De ahí que debamos valorar en qué situaciones y para qué contenidos nos merece la pena este esfuerzo extra de los píxeles. Por ejemplo, si vamos a ver las noticias o un programa de concursos lleno de logotipos, quizá nos resulte suficiente con poner la luz OLED a entre un tercio y la mitad de su potencia máxima, reservando recursos para cuando queramos ver una serie o película en HDR con su máximo esplendor.
En cuanto a las teles LCD, si seleccionamos un valor demasiado alto de la luz de fondo veremos que la imagen queda sin fuerza, con los colores como lavados, blanquecinos, con negros que parecerán grises y con colores oscuros que están como descoloridos.
Si por el contrario bajamos el valor de la luz de fondo en exceso perderemos detalles en las zonas oscuras y en las tonalidades de grises resultando difícil poder apreciar con detalle la imagen en habitaciones luminosas.
Y si lo nuestro es ver la tele por la tarde-noche, prácticamente a oscuras, entonces podemos optar por valores de la luz de fondo más bajos con los que ahorraremos energía y alargaremos la vida útil de los paneles. Podemos reproducir algún patrón de calibración con zonas oscuras, comenzar por un valor muy bajo del nivel de luz del panel e ir subiendo hasta que podamos apreciar los detalles que correspondan en cada caso y con el que nos sintamos cómodos.
Si nos excedemos con el valor de luz de fondo seleccionado en condiciones de baja luz ambiental, entonces la imagen de la tele será demasiado luminosa, perderemos detalles en zonas oscuras e incluso puede llegar a resultar molesta produciendo fatiga visual si permanecemos muchas horas frente a la pantalla.