Atrás quedaron los tiempos de las teles con diagonales diminutas que ocupaban además mucho espacio en nuestros muebles. Con la proliferación de las pantallas planas que podemos colgar en las paredes y la bajada permanente de precios, generación tras generación, los tamaños de nuestras queridas teles han ido creciendo en los últimos años.
Ya no resulta extraño ver modelos de 65, 75 o más pulgadas en las tiendas que están en oferta por menos de 2.000 euros y claro, nos surge la duda de si merecerá la pena comprarnos uno de estos televisores para tenerlos en casa y usarlos día a día.
En las siguiente líneas voy a tratar de daros mi opinión personal dejando de lado la parte técnica que siempre tratamos relacionada con si podemos aprovechar la resolución de los píxeles y me voy a centrar en dos aspectos que hemos comentado en alguna ocasión pero quizá no en profundidad: la fatiga visual y el consumo energético.
¿Tele grande ande o no ande?
Supongamos que el presupuesto no es problema y que vamos a comprarnos nueva tele. Empezamos a informarnos, a preguntar a conocidos, vendedores, buscamos tutoriales por Internet y seguro que muchos nos dirán algo como: "Compra lo más grande que te quepa en la pared o en poco tiempo se te quedará pequeño". ¿De verdad?, ¿Hay que comprar algo que "encaje en la pared o el mueble" hasta ocupar todo el espacio?
A mi me gustan las pantallas grandes, enormes, inmensas. De hecho, durante muchos años tuvimos en casa un sistema de cine con proyector con una pantalla de 106 pulgadas a 2,8 metros de distancia y resolución HD-Ready y Full HD y no me parecía excesiva... pero para sesiones de cine. Es decir, para ver una película o dos a la semana durante un par de horas seguidas y teniendo en cuenta la baja luminosidad de los proyectores, con menos de 150-200 nits reales en el mejor de los casos.
Con las teles actuales que superan fácilmente los 800-1000 nits y para ver contenido convencional como programas de tertulias, concursos, noticias, novelas, series y también películas, la cosa cambia y depende del tiempo de uso que hagamos de nuestra pantalla.
Si vamos a ver la tele durante muchas horas al día, el tener una fuente de luz tan potente (sí, ya sé que se puede bajar la intensidad, pero aún así es mucho más potente que un proyector) y tan cerca puede llegar a ocasionar molestias visuales.
Además, como ya vimos en su día, hay estudios que nos dicen cómo a partir de 60 grados empezamos a perder percepción cromática y a los 124 grados se deja de ver bien con los dos ojos por lo que hay asociaciones como la SMPTE que proponen considerar un ángulo de visionado óptimo de 30 grados, lo cual nos restringe el tamaño máximo del televisor que debemos instalar en casa.
Esta recomendación tiene también en cuenta el efecto "partido de tenis", es decir, que no tengamos que andar moviendo la cabeza continuamente para ver todas las secciones de la imagen en pantalla. Y la regla general es que la distancia mínima de visionado sea tres veces la altura del televisor o 1,6 veces la diagonal de una pantalla 16:9
Así, por ejemplo, para distancias de menos de 2 metros sería recomendable un tamaño de hasta 50 pulgadas, las 55 pulgadas quedan reservadas para distancias de 2,1 metros, las 65 pulgadas son recomendables para unos 2,5 metros y si queremos meter 75 o más pulgadas deberíamos tener por lo menos 2,9 metros de distancia entre la pantalla y nuestra posición real en la sala.
Distancia mínima=3xaltura | ||
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Diagonal del televisor | Altura en cm | Distancia recomendada en cm |
49 pulgadas | 627 | 1881 |
55 pulgadas | 703 | 2110 |
65 pulgadas | 826 | 2479 |
75 pulgadas | 975 | 2873 |
Más diagonal implica más consumo
Uno de los factores que normalmente no tenemos en consideración a la hora de elegir televisor es el consumo energético. Nos fijamos en la resolución, el brillo, las funcionalidades, la tecnología del panel, pero no en si gasta más o menos vatios.
Sin embargo es, o debería ser, una característica determinante en el caso de que seamos de los que tienen la tele encendida muchas horas al día, ya que sobre todo si compramos un modelo de gran diagonal, el consumo puede llegar a disparar nuestra factura a final de mes.
Si somos de los que encendemos la tele y la tenemos de fondo acompañando todo el día nuestras actividades en casa durante 8 o 10 horas, lo mejor es escoger un modelo con un tamaño moderado, ya que en dimensiones de más de 55 pulgadas el consumo eléctrico se dispara.
Para comprobarlo solo tenemos que ir a las especificaciones de los fabricantes en sus páginas web para un modelo concreto y ver como los valores "estándar" (para un uso intermedio con los valores de brillo y luminosidad en el rango medio) y "nominales o máximos" crecen considerablemente con el tamaño de diagonal.
Por ejemplo, con un televisor de gama media LCD-LED como el Sony XG95 tenemos un consumo estándar/máximo de 145/256 vatios en 55 pulgadas, cifra que asciende a 176/313 vatios en 65 pulgadas, 230/371 vatios en 75 pulgadas y llega a los 282/438 vatios en el modelo de 85 pulgadas.
Con la tecnología OLED el consumo debería bajar algo más pero las cifras reales dicen lo contrario. Por ejemplo con el modelo OLED AG9 de Sony tenemos unos valores de 132/394 vatios en 55 pulgadas, 169/490 vatios en 65 pulgadas y de 211/674 vatios en 77 pulgadas.
Es decir, dependiendo del modelo que compremos, pasar de una diagonal de 55 pulgadas a una de 75-77 pulgadas puede suponer cerca de un 70-80% más de consumo eléctrico, algo que tendremos que considerar si vamos a tener la tele encendida muchas horas al día.
Este consumo influye además en la climatización de la sala. El televisor se comporta como un pequeño calefactor encendido todo el día que en invierno ayuda a calentar la sala pero que en verano lucha contra el aire acondicionado subiendo la temperatura del hogar e incrementando una vez más el gasto en electricidad para rebajar esa temperatura.
Por ejemplo, en mi casa con una tele con un consumo medio de unos 250 vatios en verano fácilmente se incrementa de 1 a 1,5 grados la temperatura de la sala, con lo que el aire acondicionado necesita más tiempo y energía para mantener la habitación fresquita.
Entonces, ¿no me recomendarías una tele grande de por ejemplo 65 o 75 pulgadas para el salón? Pues depende del uso que vayas a hacer de ella. Si la quieres para uso ocasional o moderado (menos de 3-4 horas al día) para ver cine, echar unas partidas, ver unas series o incluso la telenovela y tienes suficiente distancia entre la tele y el sillón, adelante, puede ser una estupenda opción.
Si por el contrario es un dispositivo que vas a tener todo el día encendido y no cumples con el mínimo de distancia que comentábamos al principio, quizá lo más recomendable es optar por un modelo más pequeño, te ahorrarás dinero al comprarla, evitarás problemas de fatiga visual y recudirás el consumo eléctrico abaratando la factura mensual.
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