En los últimos años las tecnologías de nuestras pantallas domésticas han evolucionado poco a poco hacia modelos cada vez con más resolución, tamaño y prestaciones visuales, dando en ocasiones pequeños pasos laterales o incluso retrocediendo al incorporar supuestas mejoras que no han terminado de conquistar al usuario final, como ha sido por ejemplo el caso de las teles 3D o de los modelos curvos.
Una de las nuevas iteraciones en esta vorágine de adelantos técnicos la está gobernando la transparencia en los paneles OLED de nueva generación, capaces de generar imágenes sobre una lámina translúcida que deja ver lo que hay detrás de la pantalla. ¿Es una tecnología realmente interesante para el consumidor doméstico?, ¿tendremos teles transparentes en el salón de casa o para qué podremos usar esta propuesta tecnológica en el hogar?
Las últimas ferias tecnológicas hasta enero de 2020 han estado marcadas por una constante publicitaria que llamaba la atención de los asistentes y visitantes virtuales: los televisores transparentes ya eran una realidad, con flamantes paneles OLED primero Full HD y luego 4K con capacidad para lograr incluso imágenes con un contraste notable (sin dar cifras por supuesto) en ciertos entornos de visualización.
Marcas como LG, Samsung o Panasonic han venido mostrando en los últimos años sus propuestas en un nuevo sector que crea muchas expectativas pero cuya utilidad real está todavía por determinar, o por lo menos dentro de nuestros hogares.
La última en sumarse a este movimiento ha sido Xiaomi, que esta misma semana ha anunciado el lanzamiento de la Mi TV LUX Transparent Edition, su versión de televisor transparente para las "masas" basado en tecnología OLED, con 55 pulgadas y panel de 120 Hz.
Cómo funcionan los televisores OLED transparentes
Aunque los diferentes fabricantes no han desvelado con detalle cómo funcionan sus paneles, la tecnología de OLEDs transparentes o TOLED es básicamente una modificación de los OLED (Organic Light Emitting Diodes) convencionales donde se ha sustituido el sustrato metálico reflexivo tradicional del cátodo por un material transparente que deja pasar una cierta cantidad de la luz generada por los píxeles autoiluminados de OLED.
Siguen siendo paneles con píxeles capaces de generar luz propia gracias a una serie de capas con compuestos orgánicos situados entre dos conductores metálicos, solo que ahora estos materiales conductores dejan pasar una cantidad de luz a su través logrando así un cierto grado de transparencia.
El resultado es una especie de cristal semitransparente a simple vista, con unos pocos milímetros de grosor pero que es capaz de funcionar como una pantalla de alta definición mientras está encendido, comportándose como un cristal semi-opaco si está apagado y que incluso puede añadir en algunos casos funcionalidades táctiles o adaptarse a muy diferentes usos domésticos y profesionales.
Por ejemplo, es posible integrarlos en ventanas, mostradores, escaparates y superficies u objetos de cara al público expuestos al deterioro diario, gracias a la posibilidad de añadir capas de cristal protectoras transparentes en ambas caras del panel.
Las teles OLED transparentes siguen manteniendo algunas de las cualidades clásicas de OLED frente a LCD, como por ejemplo un menor grosor ya que no necesitan de retroiluminación o una mayor velocidad de respuesta en el encendido y apagado de los píxeles, lo que elimina el molesto efecto ghosting. Pero pierden la mejor cualidad que sí ofrecen las teles OLED convencionales y que es su contraste infinito con negros profundos.
Teles transparentes no, pero sí pantallas
Suena muy espectacular pero, ¿tienen realmente sentido este tipo de televisores transparentes para casa? Pues en mi opinión por ahora (y quizá durante mucho tiempo) no. Los fabricantes y consumidores llevamos años luchando por conseguir tener teles con gran capacidad de brillo y contrastes infinitos que ofrezcan imágenes luminosas con un negro puro. Ambas cualidades desaparecen con las teles transparentes, ya que el no contar con una superficie trasera opaca hace que la imagen pierda fuerza, presencia, viveza en el color y aunque parezca mentira tridimensionalidad.
Seguro que os estaréis preguntando ¿para qué querríamos colgar una tele transparente en la pared o ponerla sobre el mueble del salón si no hay nada interesante que ver tras ella? Pues probablemente para nada, ya que aunque seamos unos admiradores de los cableados analógicos y digitales de nuestros equipos, tenerlos a la vista no suele ser lo más recomendable para mantener la cordura estética.
Las teles transparentes no son para esto, ni siquiera para grandes salones de usuarios solventes que pueden instalarla en medio de una habitación de 50 m2 para llamar la atención de las visitas. De hecho, aunque las llamemos "teles" deberíamos hablar más bien de "pantallas", ya que su objetivo principal no es ver la televisión, cine, series ni echar unas partidas a la consola, sino más bien mostrar información multimedia en ciertos casos de uso, muchos de los cuales están aún por definir.
Si las teles transparentes no tienen mucho sentido como sistema para ver la tele, ¿para qué pueden usarse? Pues en algunas de las presentaciones de los últimos años se han dado algunas ideas al respecto. Por ejemplo, en la Panasonic Convention 2017 el fabricante japonés nos avanzaba su intención de poner este tipo de pantallas o paneles translúcidos en la cocina y el salón por ejemplo insertadas en muebles a modo de cristal protector de una vitrina.
LG va un paso más allá y nos ofrece la posibilidad gracias a su Transparent OLED Touch de una pantalla con panel transparente a la que añade la funcionalidad táctil. De este modo es posible contar con una interfaz más avanzada y sencilla de controlar sin necesidad de usar un mando a distancia o el móvil.
Esta tecnología resulta ideal para dotar de interfaz gráfica a electrodomésticos como frigoríficos con puertas semitransparentes que dejan ver los alimentos y muestran información superpuesta, campanas extractoras de diseño, espejos de realidad aumentada, mesas de cristal multimedia y vitrinas para el salón, así como otro tipo de objetos conectados que aún están por llegar.
Pero sobre todo son estupendas como capa de información y pantalla adicional que se puede añadir a una ventana en la que superponer datos de cuantificación personal, mensajes, notificaciones, mostrar vídeos, incluso poder hacer videollamadas. Por supuesto las pantallas OLED transparentes jugarán también un papel fundamental en aplicaciones de realidad virtual y como HUD de nueva generación para muy diferentes usos, especialmente en automóviles.
Como vemos, la tecnología de pantallas transparentes tiene mucho potencial dentro del hogar que va más allá del televisor. De hecho, aunque de momento se llamen "teles transparentes" su uso real posiblemente se aleje de la visualización de televisión y se acerque más a un display multifuncional con el que estar al tanto de nuestra vida digital.
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