A la hora de controlar la seguridad de los dispositivos que tenemos conectados en casa, una de las claves es vigilar quien pueda acceder a nuestro router y a la vez quien tiene acceso a nuestra red Wi-Fi. Las claves de acceso son el punto fundamental y aquí siempre nos puede surgir la duda, de si es conveniente cambiarla de forma periódica.
De hecho, es siempre aconsejable cambiar la clave que viene fijada por defecto, tanto la que ofrece acceso al router, Como la que se corresponde con la red o redes que el router puede generar. La duda surge cuando nos planteamos si es conveniente cambiar esas claves de forma periódica.
Cambiar la clave sí, pero cuando
Y vamos a partir suponiendo que hemos cambiado las claves que viene fijadas por defecto en el router. Hemos puesto nuestra propia clave y pasado un tiempo. Tenemos la duda de si alguien ha podido descifrarla y conectarse a nuestra red Wi-Fi.
Para evitar dejar a merced de terceros la contraseña de tu red hay apps que, cómo ¿Quién está en mi WiFi o Fing, permiten conocer los dispositivos que están enganchados a nuestra red inalámbrica. Y en caso de percibir que hay algún "cacharro" no deseado, proceder con el cambio de clave.
Un cambio puntual, ante la duda de que hay intrusos en nuestra red Wi-Fi, es de hecho lo más aconsejable. Pero además, hay situaciones en las que puede ser. También recomendable cambiar la clave aunque no nos vemos que hay extraños conectados a nuestra red.
Eso en el caso de que haya ha pasado excesivo tiempo desde que creamos la clave que estamos usando, y aquí hablamos quizás de años, puede ser interesante cambiarla por otra nueva. Y sí, sabemos lo que eso puede suponer cuando tenemos múltiples dispositivos conectados. Ir cambiando uno por uno la contraseña para poder acceder de nuevo al Wi-Fi. Pero es un mal necesario.
La contraseña ideal
Llegado este punto, queda la duda de cuál y cómo debe ser la contraseña ideal que debemos establecer. A grandes rasgos, la contraseña escogida debe ser tan larga y variada como sea posible. Que sea poco intuitiva y difícil de recordar y que contenga mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales y todos mezclados.
De hecho, para hacerlo todo más fácil, puedes recurrir a generadores de contraseñas aleatorias que ofrecen una clave segura en atención a todo lo que hemos dicho antes.
Dicho lo que debemos hacer, también es conveniente indicar los pasos que hay que evitar. Pese a los sugerentes que pueda aparecer, no hay que usar claves cortas y que sean fáciles de recordar o deducir. En este sentido, nada de usar contraseñas relacionadas con fechas señaladas, matrículas o datos personales. Esto incluye las contraseñas predecibles, como las de tipo 12345678, 0000 y así un largo etcétera.
Así que nos encontramos con una clave que debe ser difícil de recordar, de manera que para que no lo olvidemos y la tengamos siempre a mano, puede ser interesante almacenarla de forma segura, vienen encriptada en alguna aplicación integrada en alguno de nuestros equipos, o apuntada en algún lugar seguro.