Desmontando el mito de las bombas de calor en climas fríos: la experiencia de Noruega, Suecia y Finlandia

  • En los tres países, Noruega, Suecia y Finlandia, el uso de bombas de calor ha desplazado a otros sistemas de climatización

  • Ofrecen múltiples ventajas e incluso con el precio de la electricidad disparado, su eficiencia las hacía más recomendables

Bomba
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Hemos hablado ocasiones de las bombas de calor, sobre todo por la normativa europea que va a prohibir el uso de las calderas de gas y va a impulsar el mercado de estos sistemas de climatización en los edificios de nueva construcción y nuevas instalaciones.

Unas bombas de las que ya hemos explicado su funcionamiento y que en los países del norte de Europa (Suecia, pero también Noruega y Finlandia) están copando el mercado para desmentir el mito sobre su mal funcionamiento en climas fríos.

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Qué es una bomba de calor

Bomba Imagen | Daikin

Pero empecemos por el principio, por la teoría. Una bomba de calor es un dispositivo que transfiere calor de un lugar a otro. Su función principal es extraer calor de una fuente de baja temperatura y transferirlo a otra de temperatura más alta. Esto se logra utilizando un ciclo termodinámico que implica la compresión y expansión de un refrigerante.

Dicho de otra forma, una bomba de calor lo que hace es usar la energía térmica presente en el aire exterior para calentar o enfriar un espacio interior. Funciona mediante un ciclo termodinámico que involucra la compresión y expansión de un refrigerante.

Cómo funciona

Lo que hace es que capta el calor que hay en aire o en el agua y lo traslada al interior para usarse como calefacción, pero también para enfriar. Lo que hace es absorber calor latente en el cambio de fase.

En torno a las bombas de calor siempre ha existido la creencia de que no podían funcionar eficazmente en climas fríos, un mito que los países nórdicos han desmentido ampliamente mediante numerosas instalaciones exitosas.

El "éxito" nórdico

Heat pump Imagen | EnergySave

Lo que llama la atención, es que en estos países con climas tan extremos y dónde reina el frío, también reinan las bombas de calor. En Noruega, por ejemplo, un país en el que se prohibieron las calderas de petróleo en 2020 y también el gas.

Un país en el que el petróleo abunda y en el que sin embargo hay más vehículos eléctricos per capita (al menos hasta ahora) que en el resto de países de Europa para aprovechar sus enormes recursos en energía hidroeléctrica.

Noruega es uno de los países que tiene un mayor parque de bombas de calor instaladas, junto con sus vecinos, Finlandia y Suecia

Con una bomba de calor se puede alcanzar hasta un 400% más de eficiencia energética, de forma que por cada kWh utilizado de electricidad, se pueden generar 3 y 4 kWh de energía calorífica. De esta forma, pese al desembolso inicial, a la larga salen rentables al consumir menos y ser más eficientes energéticamente.

De hecho, llama la atención que, cómo cuentan en Euronews, cuando la electricidad y su precio estaba por las nubes, gracias entre otros motivos a la guerra en Ucrania, "las ventas de bombas de calor alcanzaron un récord en Noruega, aumentando un 25 por ciento".

Desmontando mitos

Bomba Imagen | Junkers Bosch

Hasta ahora, la creencia popular y lo que siempre se escuchaba es que una bomba de calor no podía funcionar si la temperatura exterior era demasiado baja. Imaginemos los grados que suele haber en esos países del norte del continente.

Y todo lo contrario,  las bombas de calor pueden funcionar eficientemente en climas fríos. Aunque es cierto que la eficiencia de una bomba de calor puede disminuir a medida que la temperatura exterior desciende, muchos modelos modernos están diseñados para operar de manera efectiva incluso en condiciones frías.

Incluso en climas fríos, todavía hay calor disponible en el aire, y las bombas de calor pueden extraerlo para proporcionar calefacción. Algunas bombas de calor están diseñadas específicamente para funcionar en temperaturas muy bajas y siguen siendo eficientes incluso en inviernos fríos.

El motivo es que este tipo de dispositivos ha ido perfeccionándose con el tiempo. Nada tienen que ver las más modernas con los modelos primitivos, ya que ahora cuentan con sistemas de descongelación o compresores de velocidad variable que  les permiten funcionar de manera más eficiente en un rango más amplio de temperaturas.

Es algo que ya explican los expertos. Según un estudio del grupo Regulatory Assistance Project (RAP),  el empleo de una bomba de calor puede marcar la diferencia frente a otras tecnologías y sistemas empleados, tanto así que pueden ser hasta dos veces más eficientes que la calefacción eléctrica incluso con temperaturas externas que rodean los 30º grados bajo cero.

Bomba Imagen | Daikin

Lo cierto es que las bombas de calor han evolucionado tanto que incluso la Agencia Internacional de Energía (AIE) las considera fundamentales para combatir el cambio climático, tanto como los vehículos eléctricos y de esta forma reemplazar al uso del gas, el carbón o el petróleo.

Alrededor del 10% de las necesidades de calefacción de espacios a nivel mundial se cubrieron con bombas de calor en 2021, pero el ritmo de instalación está creciendo rápidamente con las ventas a niveles récord

Se han enfrentado a un lobby poderoso. El uso de bombas de calor ha tenido que enfrentar la resistencia de sectores económicos muy influyentes. Según Caroline Haglund Stignor, investigadora de los RISE Research Institutes en Suecia, algunos países productores de combustibles fósiles, como Rusia en el caso del petróleo, y “algunas empresas, no desean ver esta transición”.

Además, está la corriente que propaga el que las bombas de calor consumen demasiada electricidad, requieren una instalación más cara y no funcionan en casas mal aisladas (en una casa mal aislada, cualquier sistema de climatización funcionará mal).

Eficiencia, eficiencia, eficiencia

Bomba

Ya hemos visto cómo el principal atributo de las bombas de calor es su alta eficiencia. Las bombas de calor son consideradas más eficientes que otros sistemas de climatización porque aprovechan fuentes de energía renovables, como el calor presente en el aire, el suelo o el agua. Esto contrasta con los sistemas convencionales que dependen de combustibles fósiles, como el gas o el petróleo.

Además, al reducir la dependencia de combustibles fósiles, las bombas de calor contribuyen a disminuir el impacto ambiental en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que las hace una opción más sostenible en comparación con los sistemas tradicionales de climatización.

Además, las bombas de calor no generan calor directamente, sino que transfieren calor de un lugar a otro, un proceso más eficiente en términos energéticos que la generación de calor a partir de combustibles.

Asimismo, cumplen dos funciones en un solo aparato. Las bombas de calor son capaces de proporcionar tanto calefacción como refrigeración al invertir su ciclo termodinámico. En verano, pueden extraer calor del interior del edificio y liberarlo al exterior, proporcionando así refrigeración, incluso en condiciones climáticas adversas, gracias al empleo de tecnologías como los compresores inverter, que ajustan la capacidad de operación según la demanda, mejorando la eficiencia en comparación con los sistemas de encendido y apagado convencionales.

Por lo tanto, y en resumen, se trata de un sistema que permite emplear la energía térmica del aire para producir tanto aire acondicionado como calefacción o agua caliente, siendo además una excelente opción para quienes quieran apostar por el autoconsumo.

Imagen portada | Daikin

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