Los altavoces son una parte fundamental de nuestra temática y da igual la marca, modelo, si son grandes, pequeños, activos o pasivos, todos ellos se basan en el principio de hacer vibrar una superficie (generalmente una membrana) para generar ondas sonoras. ¿No hay otra forma de hacerlo?
Investigadores de la Universidad de Exeter han descubierto una nueva aplicación del grafeno, ese mágico material que teóricamente sirve para casi todo, que permite lograr ondas de sonido sin vibración sino usando el fenómeno conocido como termo-acústica.
Como podemos deducir por el nombre, se trata de crear sonidos usando cambios en la temperatura de un material, que en esta ocasión es un compuesto de grafeno. Su buena conductividad permite que puedan crearse ciertos circuitos eléctricos que se calientan y enfrían muy rápidamente con el paso de la corriente eléctrica, generando a su vez sonidos.
Pero esa no es la principal ventaja del invento, sino que lo realmente interesante es que en un mismo chip del tamaño de un pulgar puede integrarse tanto el altavoz como el amplificador y un ecualizador de frecuencias. ¿Cómo de bueno será el altavoz? Pues no está claro, ya que se necesita más investigación para conocer su respuesta en frecuencia real y la potencia que sería capaz de soportar, pero las aplicaciones para la Internet de las cosas serían innumerables.
Podríamos tener un de estos altavoces en cada dispositivo de la IoT en casa que desde ese momento podrían comunicarse con nosotros usando sonidos y sin gastar casi energía, ya que al no necesitar mover mecánicamente ninguna membrana el consumo sería mínimo.
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