Al hablar de reutilizar elementos del hogar, solemos pasar por alto que incluso los residuos orgánicos pueden tener una segunda vida. Lo hemos visto con las cáscaras de naranja y, ahora, descubrimos todo el potencial que tiene la cáscara de plátano.
Con frecuencia, las cáscaras de plátano acaban en la basura, pero lo que muchos desconocen es que pueden ser un recurso valioso. A continuación, exploraremos cinco formas de reutilizarlas para ahorrar dinero y, al mismo tiempo, disminuir la cantidad de residuos que generamos.
Imagen de Steve Buissinne
Dar brillo al cuero y a la piel
¿Sabías que puedes dar brillo a zapatos y otros artículos de cuero sin recurrir a productos específicos? Una alternativa económica es usar la parte interior de las cáscaras de plátano para pulir zapatos, cinturones o bolsos, devolviéndoles su brillo natural.
Ablandar la carne
Para mejorar la textura y jugosidad de la carne, en lugar de usar herramientas como mazos o ablandadores, puedes recurrir a las cáscaras de plátano. Simplemente colócalas en el fondo de una cacerola o directamente sobre la carne mientras se cocina; así se mantendrá más tierna y jugosa.
Alivio para picaduras
Las cáscaras de plátano también son útiles como calmante natural para las picaduras de insectos. Frota la parte interna de la cáscara sobre la zona afectada para aliviar la picazón y reducir la inflamación, aprovechando sus propiedades antiinflamatorias.
Mascarilla facial
En el cuidado de la piel, la cáscara de plátano destaca por sus antioxidantes, que ayudan a hidratar, atenuar manchas y combatir el acné. Incluso puede reducir las ojeras si la aplicas bajo los ojos durante unos minutos. No obstante, antes de incluirla en tu rutina, consulta a un dermatólogo para garantizar que sea segura para tu tipo de piel.
Limpieza de plantas
Otra forma sencilla de aprovechar las cáscaras de plátano es utilizarlas para limpiar las hojas de las plantas. Al frotar la parte interna de la cáscara, eliminarás el polvo y aportarás un brillo natural que realza su apariencia.
Foto de portada | Steve Buissinne en Pixabay
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