Cuando hablamos de sobremesa, no sólo nos referimos a una práctica común, especialmente cuando estamos rodeados de familia y amigos. Pero lo que mucha gente puede ignorar es que Netflix está detrás de uno de los cambios silenciosos que están transformando nuestro hogar.
No es sólo una crisis inmobiliaria ni la reducción de los metros cuadrados en viviendas cada vez más pequeñas. Hay cambios que tienen su origen en otras causas, y Netflix está detrás de una transformación silenciosa que estamos experimentando en casa.
Pero empecemos por el principio. Hemos visto que la sobremesa está llegando a su fin, y con ella el centro del hogar está cambiando de lugar: del comedor, una estancia que ha sido símbolo de la convivencia familiar, estamos pasando al sofá, y la sobremesa tiene mucho que ver en esto.
La sobremesa, ese término visto con cariño, se refiere a ese tiempo después de comer que se dedica a conversar, relajarse y compartir tras finalizar una comida, especialmente en contextos familiares o entre amigos. Es un momento en el que se prolonga el encuentro en la mesa, permitiendo hablar, intercambiar historias, reír y disfrutar de la compañía, sin prisa por levantarse. Esta práctica, común en muchos países hispanohablantes, es valorada como un espacio de conexión y cercanía, y el comedor es (o era) el centro neurálgico.
Y poco a poco está desapareciendo
El streaming está cambiando nuestros hábitos de vida, algo que nos cuentan en JVTech. Podemos pensar en qué es lo que ahora hacemos después de comer o de cenar. La mesa y el comedor han dejado su lugar al sofá.
El auge de plataformas de streaming tiene la culpa. La Asociación Americana de Arquitectos llevó a cabo un estudio en el que lo dejan claro: existe una tendencia a la desaparición de los comedores.
La culpa la tiene el binge-watching. Este término, asociado a los maratones televisivos (maratonear en español), se refiere al acto de ver varios episodios de una serie de televisión o varios programas de forma continua. Esta práctica se popularizó con la llegada de las plataformas de streaming, como Netflix, que permiten ver temporadas completas sin pausas entre episodios.
La posibilidad de hacer maratones de series ha acelerado el cambio. El centro del hogar ha pasado del comedor al sofá. La razón es la opción de consumir series de forma continuada, a cualquier hora del día o de la noche.
Este fenómeno ha redefinido nuestros hábitos de vida. El sofá, que alguna vez fue un simple mueble, se ha convertido en el trono de un nuevo ritual: el de la serialidad. Dicho de otra forma, el sofá ha dejado de ser solo un lugar de descanso y se ha convertido en el centro de la experiencia televisiva. Tanto es así que los fabricantes de muebles han adaptado sus diseños, ofreciendo sofás más cómodos, modulares y con zonas en las que colocar y guardar snacks y mandos a distancia. Incluso hay modelos con cargador para el móvil incorporado.
Todo gira alrededor de la televisión. Los diseñadores de interiores, por su parte, han transformado los salones en espacios dedicados al streaming, organizándolos alrededor de la pantalla y cuidando la iluminación y acústica para un ambiente sin distracciones.
Este cambio en los hábitos de vida diarios está impactando significativamente el diseño de nuevas viviendas. Arquitectos y decoradores reciben cada vez más solicitudes para incluir salas multimedia, áreas pensadas exclusivamente para ver películas y series. Estos espacios, creados como refugios de comodidad y aislados del exterior, tienden a reemplazar el tradicional comedor.
De esta forma, la sobremesa y el comedor están cambiando. El sofá es el lugar en el que cada vez pasamos más tiempo, y además lo hacemos viendo series o películas en lugar de tener una buena conversación. El sofá está pasando a ser una zona de aislamiento más que de reunión.
Foto de portada | cottonbro studio
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