Si hay un cambio que hemos notado los consumidores el ya pasado 2024 fue la llegada masiva de las botellas con tapones que no se quitan, una medida polémica a la que más de uno le ha costado acostumbrase por añadir una cierta incomodidad al servir o consumir ciertas bebidas.
No obstante, la obligatoriedad que tienen las empresas para hacer que los tapones de plástico de las botellas vayan adheridos al resto del envase tiene su lógica. Se trata de una medida para facilitar el reciclaje que afecta a refrescos, agua, briks de leche, etc., y que a partir de este 2025 tendrá medidas adicionales.
Generando menos residuos y aumentando el reciclaje
En España esta medida de los tapones que no se quitan por completo es fruto de la Ley 7/2022 de residuos cuyo origen está en la directiva de 2019, una norma que indica que los tapones deberán quedar unidos a las botellas o briks, para así asegurar que el tapón se recicla con el resto del envase.
Se busca así evitar que muchos de estos tapones terminen afectando al medio ambiente cuando los usuarios los tiran en el campo, en playas, mares, etc. De hecho, los investigadores afirman que la producción e incineración de plástico provocó más de 850 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en 2019.
Una medida que afecta a los recipientes con capacidad de hasta 3 litros y que busca reducir los residuos de plástico de un solo uso, ya que una inmensa mayoría de estos tapones se fabrica a partir de dos tipos de plástico: el polietileno o PET y el polipropileno, dos materiales reciclables.
Y es precisamente en este proceso de reciclaje en el que la norma incide para este nuevo año, ya que la directiva señala que a partir de 2025 las botellas de plástico fabricadas con tereftalato de polietileno (botellas PET) deberán contener por lo menos un 25% de plástico reciclado.
El cambio afecta a los mismos recipientes que ya se veían afectados por el cambio de los tapones, como botellas de agua, de zumos, refrescos, etc., y en teoría no debería notarse por el usuario final (salvo que ahora no "estrenamos" el plástico de las botellas). No obstante, los fabricantes de los envases probablemente tendrán que hacer ajustes en sus cadenas de suministros para cumplir con la normativa.
Además, el diseño de las botellas también cambiará para facilitar su reciclaje. Se prevé que esto conlleve que las etiquetas serán más fáciles de separar, y los materiales serán compatibles con los sistemas de reciclaje actuales. Esto permitirá una mayor recuperación de plásticos en buen estado, disminuyendo la cantidad de residuos que terminan en vertederos o en la naturaleza.
Imagen portada | mali maeder
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