Llega el invierno, una de las épocas del año en las que más trabajo cuesta secar la ropa después de la colada. El frío y la lluvia son enemigos clásicos que empujan a muchas personas a utilizar la secadora, con el gasto energético que eso conlleva. Lo que muchas personas no saben es que hay un sistema para secar la ropa dentro de casa y, además se encarga de acabar con la humedad dentro de casa.
En invierno suele ocurrir que la humedad en casa se dispara, sobre todo por el uso de la calefacción y la falta de una ventilación adecuada, lo que provoca que no exista una buena circulación del aire. Ya no es solo que haya más humedad, sino que también puede aparecer moho.
Ventajas sobre la secadora
Tender la ropa dentro de casa está muy relacionado con estos condicionantes, pero existe un truco que permite evitar estos problemas y en el que muchas personas no caen. Se trata de aprovechar el deshumidificador que existe en muchos hogares para secar la ropa dentro de casa en la época invernal.
Este truco se basa en el funcionamiento del deshumidificador, un aparato que funciona absorbiendo la humedad, enfriándola y provocando que se condense. Luego, esa condensación se almacena en un depósito o bandeja que se libera de nuevo al ambiente cuando el aire se recalienta.
¿Y qué tiene que ver esto con la ropa tendida? Se trata de un sistema que beneficia al secado de la ropa dentro de casa, ya que, de esta manera, el deshumidificador extrae la humedad del aire, lo que disminuye la cantidad de vapor de agua presente. Al haber menos humedad en el ambiente, el aire puede absorber más humedad de la ropa mojada, facilitando su secado.
Incluso puedes encontrar en el mercado algunos deshumidificadores que tienen un modo de lavado específico, por lo que la máquina funciona continuamente a un nivel de potencia más alto para maximizar su deshumidificación.
Cómo hay que usar un deshumidificador para secar la ropa
Para usar un deshumidificador a la hora de secar la ropa, es importante observar algunas claves para obtener los mejores resultados. Por ejemplo, es importante dónde colocamos el deshumidificador; lo ideal es hacerlo cerca del tendedero o del lugar en el que la ropa está colgada, ya que de esta forma se ayuda a que el aire seco circule a través de las prendas y se acelere la evaporación de la humedad que contiene la ropa.
Además, para mejorar el resultado es importante asegurarse de dejar la habitación cerrada, de forma que el aire húmedo no vuelva a entrar y haga que el deshumidificador tenga que trabajar más tiempo, algo que también hará que la ropa tarde más en secarse. Puedes incluso aprovechar el uso de una ventilación controlada, dejando las ventanas ligeramente abiertas para equilibrar la humedad y mejorar la calidad del aire mientras se seca la ropa.
Además de estos aspectos, es importante vigilar, como ya hemos visto en otras ocasiones, la forma en la que tenemos la ropa. Es fundamental dejar espacio entre las prendas para que el aire pueda circular entre ellas adecuadamente y se facilite el secado y la pérdida de humedad.
Hay que tener en cuenta que, aunque secar la ropa usando un deshumidificador lleva más tiempo que usar una secadora, suele ser un procedimiento mucho más económico.
Expertos estiman que, frente a casi 1,80 euros por carga de ropa, emplear un deshumidificador no costará más de 0,40 céntimos. Al mismo tiempo, evita la acumulación de humedad en el hogar, lo que reduce el riesgo de que aparezcan moho y condensación.
Vía | The Sun
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