Contar en casa con una chimenea para estar calentitos y no pasar frío en invierno, es algo que asociamos a casa grandes y a un cierto nivel económico. Pero además, hay que tener en cuenta que aunque podamos tener una chimenea en casa, no en todos los domicilios, podemos tener un sistema de calefacción de este tipo. Es imprescindible contar con una salida de humos, algo que no siempre es posible.
Y sin embargo y pese a esta limitación, esto no quiere decir que no podamos contar con una chimenea en casa. Y es que hay alternativas que permiten tener un sistema de este tipo en casa gracias a que prescinden de chimenea para sacar los humos. Son los modelos que no tienen salida de humo y ahora vamos a conocerlas en profundidad.
Qué son las chimeneas sin salida de humo
Las chimeneas sin salida de humo, también conocidas como chimeneas de bioetanol o chimeneas de gas sin conducto, son sistemas de calefacción que no requieren una salida de humo tradicional a través de una chimenea o conducto. Estos dispositivos son una opción popular para aquellos que desean disfrutar del calor y la atmósfera de una chimenea sin tener que lidiar con la instalación de una chimenea tradicional.
Se trata de sistemas y dispositivos que no necesitan evacuar clases de ningún tipo y para ello se basan en el uso de combustibles que no generan residuos en forma de gases. Son la alternativa a las chimeneas clásicas que funcionan con leña o pellets.
Tipos de chimeneas sin salida de humo
Por lo tanto, hemos visto que la clave está en el tipo del combustible que usan estas chimeneas y que hacen posible que se puedan instalar en viviendas que no tengan una salida de humo.
Chimeneas de bioetanol
Utilizan bioetanol como combustible. El bioetanol es un alcohol derivado de fuentes renovables como el maíz o la caña de azúcar. El bioetanol se quema de manera limpia, produciendo vapor de agua y dióxido de carbono en cantidades mínimas, lo que hace que estas chimeneas sean una opción más ecológica en comparación con las chimeneas tradicionales que queman leña o pellets.
Estas chimeneas a menudo se presentan en diseños modernos y en algunos casos incluso cuentan con una llama decorativa para crear un ambiente acogedor o permiten ajustar la intensidad de la llama para adaptarse a las preferencias del usuario. Además suelen ser portátiles, lo que permite su ubicación en diversas áreas de la casa.
Chimeneas de gas sin conducto
Utilizan gas como combustible (pueden ser de gas propano o gas natural) y no requieren una chimenea tradicional. Suelen incluir un filtro catalizador que se encarga de eliminar las impurezas de los humos. Estas chimeneas a menudo se conectan directamente al suministro de gas de la casa o utilizan bombonas de gas. Pueden ser controladas con interruptores o controles remotos para encender, apagar y ajustar la intensidad de la llama.
Chimeneas eléctricas
El tercer tipo viene en forma de aparatos que funcionan gracias a la energía eléctrica. Incluyen un elemento calefactor eléctrico que produce calor para calentar la habitación.
Son los modelos que más prestaciones ofrecen, pues las hay que tienen opciones para encender o apagar el calor, pantallas para una simulación y así crear un efecto visual de llama realista que permiten hasta cambio de color incluir opciones de cambio de color para personalizar la apariencia o la posibilidad de contar con controles remotos para facilitar la operación y la programación. De esta forma permiten ajustar la temperatura, la intensidad de la llama y programar temporizadores para que la chimenea se apague automáticamente.
Por su diseño
Además de por el tipo de combustible que usan, también hay diferencias en cuanto a las modalidades de chimeneas si atendemos al diseño y es que las hay que se cuelgan en la pared, las que van de pie, para ponerlas sobre la mesa...
- Autoportante (o de pie): es el modelo que más se parece a las chimeneas tradicionales, ya que van directamente en el suelo y a diferencia de estas, no tienen un conducto para evacuar los gases
- De sobremesa: es una variante más compacta de las chimeneas, pensada para colocarse sobre la mesa o sobre un mueble. Suelen tener un diseño rectangular o cilíndrico con un cristal templado para repartir el calor de forma uniforme.
- De encastre: otros modelos están pensados para aprovechar los huecos en la pared. Son las chimeneas encastradas en las que sólo el marco se queda fuera de la pared mientras que el resto de la chimenea permanece a ras.
- Mural: por último, este tipo de chimeneas es la que va colgada en la pared y no necesita de un hueco un encastre en el que colocarse. Suelen tener un diseño rectangular y un tamaño más reducido para facilitar su ubicación en cualquier lugar.
Además, si como extra, hay que tener en cuenta otros aspectos como los materiales de fabricación, que sean resistentes a las altas temperaturas. En el mercado se pueden encontrar maderas fabricadas en acero con interiores en diferentes tipos de madera y rematadas con un panel de vidrio templado para hacerlas más seguras.
Además, tendremos que fijarnos en el tamaño, un aspecto que también estará condicionado por las dimensiones de la habitación en la que queremos instalar la chimenea. Desde modelos más pequeños a otros más grandes, en función de la capacidad también tendrá un mayor poder de climatización y una mayor autonomía.
Y para terminar no se puede olvidar la potencia, uno de los parámetros clave para elegir la chimenea de bioetanol adecuada. Se recomienda 1 kW por cada 10 metros cuadrados.
Dicho todo esto, es importante tener en cuenta que, aunque estas chimeneas son plenamente funcionales y ofrecen flexibilidad en términos de ubicación, no proporcionan la misma experiencia a la hora de climatizar una casa o estancia que una chimenea tradicional en términos de aroma y sonido crepitante del fuego. Además, si estás interesado en instalar una, nunca olvides seguir las instrucciones del fabricante y las normativas locales para garantizar un uso seguro y eficiente.
Imagen portada | Leroy Merlin
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