El calor ya ha llegado y si tenemos aire a condicionado en casa, tanto fijo como portátil toca ponerlo a punto para poder disfrutar de él durante unos meses. Sin embargo, al ser uno de los electrodomésticos que más luz gastan en su uso diario, puede que nos lo pensemos dos veces al encenderlo.
¿No hay forma de disfrutar al máximo del aire acondicionado sin gastar una pequeña fortuna en la factura de la electricidad a final de mes? A continuación vamos a repasar los consejos y trucos que nos permitirán conseguirlo.
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Encender el aire en el horario más barato
Los equipos de aire acondicionado funcionan mediante un sistema de compresión que realiza un ciclo de intercambio de calor para producir el frío en la unidad interna y expulsarlo mediante un ventilador cilíndrico. Este proceso es el que más electricidad necesita, principalmente cuando encendemos el aparato desde cero y tenemos que comenzar a enfriar la sala.
Por este motivo, lo que más nos conviene para reducir costes es trasladar el momento del encendido a la franja horaria donde el precio por kilovatio sea más reducido cada día. En caso de que nuestra tarifa sea regulada o PVPC y como vimos a fondo en este artículo para el mes de junio de 2024, este momento suele situarse así:
- Días laborables: entre las 14:00 y 17:00 horas y a partir de las 22:00 horas por las noches.
- Sábados, domingos y festivos: en la franja entre las 10:00 de la mañana y las 19:00 horas.
La idea básica es asegurarnos de encender el aire en este horario de precio mínimo de la luz cada día, que será cuando más gastará el equipo, y luego cuando ya esté la casa fresquita podamos bajar la potencia de funcionamiento para gastar menos. Es decir, lo importante es que el pico de consumo al encenderlo se produzca cuando menos nos va a costar cada vatio.
Elegir la temperatura ideal
Otro factor que puede ayudarnos a ahorrar significativamente en el uso diario del aire acondicionado es el relacionado con la temperatura objetivo que seleccionemos. Como ya vimos en su día, la temperatura recomendada en verano para estar en casa ronda los 25 grados y bajar artificialmente esta cifra nos hará gastar entre un 5% y un 10% más en la factura de la luz por cada grado dependiendo del equipo que tengamos.
El mantener el aire en casa en ese rango de temperaturas lo que hace es permitir que el cuerpo se adapte a la temperatura estival, vistiendo ropa acorde al momento y sin sufrir cambios bruscos. Es justo la tendencia opuesta de muchos usuarios que exigen al sistema de aire acondicionado temperaturas lo más bajas posibles, aunque sea de forma puntual y a máxima potencia.
Y, ¿qué pasa si seguimos teniendo calor a pesar de tener el aire en esos 25 grados recomendados?. Pues lo que podemos hacer es complementar el sistema con otro equipo adicional que gaste poca electricidad, como un ventilador o un evaporador, como vimos en este artículo.
No andar encendiéndolo y apagándolo cada pocas horas
Aunque a priori parecer que es mejor apagar completamente el aire cuando no vamos a usarlo durante unos minutos, incluso media hora o más, por ejemplo porque salimos de la habitación para ir al baño, a hacer la comida, etc. Sin embargo, en general esto no es así.
En los modelos clásicos sin tecnología inverter, una vez alcanzada la temperatura ideal el motor de compresión se apaga y vuelve a encenderse cuando pasamos de un rango especificado por cada fabricante (por ejemplo uno o dos grados), activándose se nuevo su funcionamiento al 100% y repitiendo el ciclo cuantas veces sea necesario.
Esto hace que el aire necesite un pico de consumo cada vez que se enciende, siendo menos eficiente. Con este tipo de equipos (modelos en general muy antiguos pero pueden estar funcionando en algunas viviendas) si podemos llegar a notar un cierto ahorro si apagamos el aire cuando salimos un tiempo de la sala mayor de 20-30 minutos.
Sin embargo, si contamos con un compresor de tipo inverter, la principal tendencia ahora mismo, una vez hemos alcanzado la temperatura óptima deseada el equipo va a bajar de potencia y a situarse en un rango de muy bajo consumo durante el cual es capaz de mantener la temperatura con un gasto mínimo, subiendo y bajando en la capacidad de refrigeración si lo necesita.
Esto nos permite que, una vez realizado el máximo consumo eléctrico al arrancar y lograr alcanzar la temperatura solicitada durante un cierto tiempo que puede ser de 30-60 minutos, por muy poco consumo eléctrico más y suponiendo que el resto de condiciones no varían, como la temperatura exterior, el número de personas en la habitación, etc., podemos mantenernos en un entorno térmico de confort con un coste más bajo.
Por ello no merece la pena apagar el aire, ya que subirá la temperatura de forma notable y al arrancar el equipo de nuevo tendrá que comenzar el ciclo desde cero incrementando el gasto eléctrico.
Cuidar la instalación del aire acondicionado portátil
Uno de los principales causantes de las ineficiencias de los aires acondicionados portátiles es cómo lo hemos instalado en la ventana o puerta de casa. Y uno de los problemas más frecuentes suele estar en el tubo encargado de expulsar el aire caliente al exterior de la habitación. Son de plástico, sin aislamiento y emiten una parte del calor hacia la sala calentando el ambiente que queremos refrigerar.
Normalmente suelen ser tubos extensibles con cierta flexibilidad para facilitar su colocación en cualquier tipo de ventana, pero siempre que podamos debemos tratar de usar la menor longitud posible del tubo para minimizar el área de superficie radiante de calor dentro de la habitación. Además, tenemos que tratar de que haya los menores recodos posibles, ya que cada vez que se dobla es un obstáculo para la salida del aire y empeorará el rendimiento del equipo.
También conviene que evitemos instalarlo frente a una puerta o ventana, ya que al tener que expulsar constantemente aire de la sala a la calle se crea una diferencia de presión que producirá corrientes entrantes hacia ella procedentes de las habitaciones o pasillos que la rodeen introduciendo aire caliente no deseado.
Revisar los filtros con frecuencia
Puede parecer obvio, pero un filtro sucio en este tipo de dispositivos puede hacer que la salida de aire vaya taponándose y la eficiencia del equipo disminuya considerablemente. Conviene revisar y limpiar los filtros por lo menos una vez cada temporada de uso o más frecuentemente si vivimos en una región con mucho polvo en suspensión.
En el caso de los modelos portátiles también tenemos que vigilar los recipientes internos donde el dispositivo almacena el agua de condensación para evitar el crecimiento de moho, la corrosión o que implemente se desborden. Y si nuestro modelo es de pared, conviene asegurarse de que el tubo exterior expulsa bien el agua de condensación no habiendo fugas ni obstrucciones.
Activar modo y funciones ECO
Si nuestro modelo cuenta con un modo de funcionamiento de los llamado "ECO" o de bajo consumo conviene usarlo siempre que podamos, ya que se encargará de ajustar la potencia necesaria en cada momento y realizar variaciones en la temperatura para mantener el ambiente ideal en la habitación gastando lo mínimo posible.
En estos modos se suelen incluir por ejemplo sensores de presencia para que el equipo sea capaz de saber cuándo no hay nadie en la habitación y así apagarse parcialmente o bajar la potencia, e incluso detectar si nos hemos dejado las ventanas abiertas para avisarnos de la pérdida de temperatura.
También hay modelos con funciones de detección del número de personas en la sala que incrementan la potencia de funcionamiento cuando estamos acompañados y la bajan si estamos solos. Estas funciones nos permitirá lograr un notable ahorro a final de mes sin renunciar a estar fresquitos en casa.
Otro ejemplo son los diferentes modos nocturnos de los aparatos. Se trata de funciones que debemos activar por las noches, cuando no necesitaremos temperaturas tan bajas y que básicamente incrementarán uno o dos grados el termostato y reducirán la potencia de los ventiladores del equipo para gastar menos y hacer menos ruido.
Imagen portada | TCL
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