Con la llegada del crudo invierno, es hora de prepararse para enfrentarse al frío y aprovechar todo el arsenal de recursos que tenemos en casa. Desde sistemas de climatización hasta ropa de abrigo, tanto para nosotros como en forma de elementos textiles y menaje para el hogar.
En mi caso, siempre he contado con soluciones clásicas para mantener el calor: calefacción tradicional con radiadores, una estufa de resistencias, la bomba de calor del aire acondicionado y, desde el año pasado, un humidificador que también funciona como ventilador de aire frío y caliente. A esta lista, recientemente he añadido un nuevo aliado: un calentador de cama o acumulador de calor.
Con dos minutos me basta
En esas noches de frío extremo, cuando meterse en la cama con sábanas heladas se convierte en un desafío para conciliar el sueño, solía recurrir a remedios tradicionales. Desde usar calcetines hasta calentar una bolsa de agua, soluciones prácticas que me funcionaban bien. Sin embargo, hace unas semanas decidí probar algo diferente y sumé a mi arsenal un calentador de cama.
Este dispositivo tiene un funcionamiento bastante curioso. En su interior alberga una serie de resistencias que, al enchufarse, se calientan y liberan calor de forma progresiva. Con 850 W de potencia (más que una de las resistencias de la estufa del baño), su consumo es mínimo porque solo necesita unos segundos enchufado para calentarse lo suficiente.
Hace años usaba una manta eléctrica. Aunque dejaba la cama tan cálida que parecía más un tostador que un lugar para dormir, no me sentía del todo tranquilo con un cable enchufado cerca mientras dormía. Finalmente, la guardé y quedó en el olvido. Por eso, cuando buscaba una alternativa más moderna y segura, encontré la solución en este calentador de cama.
A diferencia de una bolsa de agua caliente tradicional, que requiere hervir agua y esperar varios minutos (en mi caso, con un hervidor), este dispositivo alcanza la temperatura ideal en apenas unos segundos. En concreto, con solo un par de minutos enchufado, me genera calor suficiente para mantenerme cómodo durante unas tres horas. Sin embargo, este tiempo de carga debe manejarse con cuidado.
La primera vez que lo usé, lo cargué hasta que el piloto indicador se apagó, lo que tardó unos tres minutos (seguí las instrucciones a rajatabla). Sin embargo, ese tiempo resultó excesivo: el calentador alcanzó una temperatura tan alta que apenas podía tocarlo. Por precaución, lo coloqué sobre uno de los fogones de la cocina, ya que no me atreví a meterlo entre las sábanas ni dejarlo sobre el suelo de madera.
De hecho, las instrucciones del fabricante advierten que no debe introducirse en espacios cerrados, donde la disipación del calor sea escasa y un buen ejemplo es entre las sábanas, sin supervisión. Siguiendo estas recomendaciones, lo usé con cuidado, colocándolo entre el edredón y las sábanas mientras lo controlaba. El resultado fue perfecto: calor agradable y sin inconvenientes.
Para usarlo, además de para transportarlo, uso también bolsa de felpa, una forma de evitar quemaduras y trato de no acercarlo a zonas sensibles del cuerpo o partes en las que la piel es más delicada
Este acumulador viene a ser una versión mejorada de las bolsas de agua caliente que nuestros abuelos utilizaban para calentarse en los inviernos más fríos, aunque en este caso es más tecnológico y más rápido de utilizar.
HJM 410 Calentador calientacamas portátil | rápido y Duradero | 850 W | Aluminio | Cierre de Seguridad
En Xataka SmartHome | Sin obras, este sistema es barato, fácil de usar y sirve para que no entre el frío por las ventanas de casa
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