Cuando nos proponemos hacernos con unas nuevas cajas acústicas para nuestro equipo de música o cine en casa habitualmente nos fijamos en parámetros como su respuesta en frecuencia, su tasa de distorsión armónica, el número y tipo de altavoces que incorporan, y, por supuesto, su acabado y diseño estético. Curiosamente, pocos usuarios se plantean una elección a la que probablemente deberíamos enfrentarnos antes de sopesar las características que acabo de mencionar: ¿nuestras nuevas cajas acústicas deben ser activas o pasivas?
La diferencia más evidente entre unas y otras consiste en que las activas incorporan en su interior uno o varios amplificadores responsables de excitar los altavoces, mientras que las pasivas carecen de amplificación integrada, por lo que deben ser utilizadas junto a un amplificador externo. Sin embargo, las diferencias entre unas y otras no acaban aquí. El hecho de que la sección de amplificación esté fuera o dentro del recinto de las propias cajas tiene otras implicaciones importantes que merece la pena conocer.
El filtro aquí es esencial
Como probablemente ya sabréis, el filtro divisor de frecuencias es un circuito eléctrico responsable, grosso modo, de dividir la señal musical en varias señales, de manera que las frecuencias de cada una de ellas estén bien delimitadas. Esto significa que su función es conseguir que cada uno de los altavoces de una caja acústica reciba una señal que aglutina únicamente aquellas frecuencias que es capaz de reproducir. He simplificado algo esta definición únicamente por motivos didácticos, pero describe bastante bien el rol que ejerce este filtro sin necesidad de detallar sus tipos y arquitectura.
Fijémonos ahora en la señal que recibe el filtro divisor de frecuencias de cada uno de estos tipos de cajas acústicas. El de las pasivas recibe una señal que ha sido previamente amplificada por el amplificador externo, mientras que el de las activas recibe una señal de nivel de línea (habitualmente mediante una entrada RCA o XLR). Esto quiere decir, sencillamente, que en las cajas acústicas pasivas la señal musical es amplificada antes de ser dividida por el filtro, mientras que en las activas primero es dividida, y después amplificada.
Activas vs pasivas
Habitualmente las cajas acústicas activas incorporan un amplificador para cada altavoz (casi siempre de clase D), lo que permite al fabricante elegir la sección de amplificación óptima para cada transductor. Esto no significa necesariamente que las activas suenen mejor que las pasivas (ambos tipos tienen sus incondicionales y sus detractores). Lo ideal es que las escuchemos y elijamos la que nos ofrezca la estética sonora que más se adecua a nuestros gustos.
Además de lo que acabo de mencionar, hay otras implicaciones de carácter práctico que también debemos sopesar. Algunos fabricantes tienen en su catálogo versiones de sus cajas en modalidad activa y pasiva, y las primeras siempre son más caras debido al coste de los amplificadores que incorporan en su interior. Sin embargo, nos viene bien tener en cuenta que las pasivas nos obligarán a realizar un desembolso adicional en el necesario amplificador, y también en los cables que lo unen a las cajas acústicas.
Espero que esta información os resulte de utilidad cuando os planteéis renovar vuestras cajas acústicas, y que, sobre todo, os ayude a elegir con mayores probabilidades de éxito.
En Xataka Smart Home | Descubre qué es la impedancia y por qué debes tenerla en cuenta para sacar todo el partido a tus altavoces
Ver 3 comentarios