Parece increíble, pero la temperatura en casa influye en nuestra capacidad mental según este estudio: este es el rango óptimo

Desviarnos de esta temperatura ideal puede hacer que tengamos problemas como lapsus y olvidos

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La temperatura ideal dentro de casa dependerá de múltiples factores, como quién vive en ella, si somos muy frioleros o calurosos, la edad y estado de salud de los habitantes, la región donde vivamos, la humedad ambiental o el tiempo que vamos a pasar en su interior.

Hay múltiples estudios al respecto, como los que vimos en este artículo en relación a lograr el mejor confort y el ahorro energético. Sin embargo, hay más factores a tener en cuenta, como demuestra el que hoy traemos.

La temperatura en casa y la función cognitiva de los habitantes

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Se trata del estudio titulado “Temperatura ambiente del hogar y atención autoinformada en adultos mayores que viven en la comunidad” llevado a cabo por científicos del Instituto Hinda y Arthur Marcus para la Investigación del Envejecimiento en el Hebrew SeniorLife, una filial de la Facultad de Medicina de  Harvard.

Según sus responsables se ha identificado una relación significativa entre las  temperaturas interiores dentro de casa y el rendimiento cognitivo en adultos mayores, mostrando así cómo el cambio climático puede suponer un mayor riesgo para la salud cognitiva.

El estudio monitorizó las temperaturas del hogar y las dificultades de atención en 47 adultos de 65 años o más a lo largo de un año, revelando que los adultos mayores experimentan menos dificultades de atención cuando la temperatura en el hogar se mantiene entre los 20 y 24 ºC.

Las desviaciones más allá de este rango duplican el riesgo de lapsos de atención con una variación de 4 ºC en cualquier dirección. Las implicaciones son particularmente preocupantes para las poblaciones de bajos ingresos y marginadas, que pueden tener menos recursos para regular sus entornos domésticos.

El estudio actual se suma a la creciente evidencia de que los efectos del cambio  climático se extienden más allá de la salud física para abarcar el funcionamiento cognitivo de los ciudadanos, lo que enfatiza la necesidad de tomar medidas que traten de minimizar este problema en casa.

Por ejemplo se proponen opciones como la integración de tecnologías domésticas  inteligentes para optimizar las temperaturas interiores, mejorar la eficiencia energética en las viviendas y ampliar el acceso a sistemas de calefacción y refrigeración en los hogares.

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Vía | NeuroScience

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