Seguramente si tienes altavoces en casa, te has percatado que en muchos casos estos incluyen un pequeño LED de alerta que nos avisa si el altavoz está o no encendido. Un LED que ahora sabemos puede ser un arma que permite, con los medios adecuados, conocer el audio que está saliendo de los altavoces.
Aunque no lo parezca, una luz tan diminuta es capaz de generar una gran cantidad de información y eso es lo que ha descubierto un un equipo de investigadores israelíes al analizar el parpadeo de los LED del altavoz. De esta forma han sido capaces de descifrar el sonido que sale del altavoz.
Mucho más que un LED de aviso
El equipo formado por Ben Nassi, Yaron Pirutin, Tomer Cohen Galor, Yuval Elovici y Boris Zadov ha sido capaz de "hackear" el altavoz analizando el parpadeo de los LED del altavoz. Y es que aunque es imperceptible para el ojo humano, el pequeño LED emite una serie de destellos que son clave en este descubrimiento.
En base a estos destellos, Ben Nassi y sus compañeros, han logrado conocer qué está reproduciendo el altavoz. Por lo tanto, esos destellos sirven para conocer mucha información y no se quedan sólo en un simple sistema de aviso.
La base del experimento se encuentra en que los parpadeos del altavoz están relacionados con el aumento y disminución del electroimán dentro del altavoz para crear las vibraciones que se encargan de generar el sonido. Por lo tanto, el aumento o disminución de las vibraciones está relacionado con que se reduzca o aumente la intensidad del brillo del LED.
Para el experimento han usado un sensor electroscópico capaz de registrar esos parpadeos, los cuales, como decimos, no son perceptibles para el ojo humano. Con estos cambios en el LED registrados, es cuestión de analizar y descifrar los destellos, relacionando estos cambios de luz con un aumento o disminución de las vibraciones del altavoz. Sólo hace falta a partir de ahí decodificar la señal de ondas en audio.
Según los investigadores, con este sistema han logrado capturar y descifrar con éxito sonidos reproducidos en altavoces a distancias de hasta 35 metros. Lo único que han necesitado es poder observar con claridad y nitidez el brillo del LED del altavoz y aunque el resultado no es perfecto, sí que ofrece bastantes pistas sobre el audio que sale del altavoz.
Y viendo por lo tanto que hasta un simple LED del altavoz puede ser un "chivato", queda la duda de como podemos protegernos. No nos queda más que recurrir al mismo sistema que con las cámaras web y tapar el LED de forma que ningún dispositivo pueda analizar los parpadeos.
Aunque pueda parecer algo novedoso, no es algo nuevo para estos investigadores, pues ya lograron analizar hace un año el brillo de una bombilla en una habitación con un telescopio a decenas de metros de distancia para, a partir de los datos recogidos, descifrar la conversación. El método se llamó "lamphone" y se baba en que la música o cualquier otro sonido produce vibraciones en los objetos circundantes.