Las regletas eléctricas son un accesorio indispensable en nuestros hogares que nos permite disponer de más tomas de corriente de las que tenemos instaladas en las paredes en poco espacio y de forma sencilla.
Sin embargo, aunque pueden ser muy útiles para pequeños aparatos y electrodomésticos, hay una serie de equipos y dispositivos que no conviene conectar en ellas, o por lo menos si lo hacemos debemos tomar ciertas precauciones para no tener un problema de sobrecarga.
Una cuestión de potencia
A la hora de comprar una regleta lo normal es fijarse en el número de tomas que tiene, su diseño, si tiene extras como tomas USB, interruptores, el precio y poco más, pasando por alto sus especificaciones técnicas. Sin embargo, es en estas especificaciones donde está la clave de la seguridad de la regleta, puesto que nos van a indicar la máxima potencia soportada y qué medidas de seguridad ofrece.
Por ejemplo, un enchufe de tipo Schuko en España tiene una intensidad permitida de unos 16 A y potencia máxima de 3.700 W, pero habitualmente la potencia pico de una regleta convencional suele estar por debajo de este valor, de ahí el problema. Y bajo ningún concepto es conveniente superar esta potencia máxima con la suma de dispositivos que tengamos conectados a la regleta, puesto que podemos tener un problema de sobrecarga.
De hecho, es algo más común de lo que pensamos y que los profesionales del sector suelen comentar de forma recurrente. Por ejemplo el 112 de la Comunidad de Madrid alertó en su cuenta de Twitter/X con un vídeo de una regleta completamente calcinada fruto de un fuego originado por la conexión de un aparato de gran potencia, señalando una clara recomendación: los aparatos eléctricos de gran potencia no deben ir a una regleta sino directamente a un enchufe de pared.
La mayoría de regletas están diseñadas para conectar aparatos de relativamente poca potencia, como puede ser un teléfono, una tableta, un portátil o dispositivos de bajo consumo como una smart TV, una consola, un reproductor o similares.
¿Qué aparatos no conviene conectar nunca a una regleta? Pues en general todos aquellos que puedan llegar a tener un consumo eléctrico elevado que supere las especificaciones de la regleta. Los más habituales son los siguientes:
- Microondas
- Tostadoras y sandwicheras
- Aspiradoras potentes
- Algunos robots de cocina
- Algunas máquinas de café potentes
- Secadores de pelo, rizadores y planchas para el pelo
- Hornos eléctricos
- Placas de inducción
- Placas vitrocerámicas
- Cintas de correr
- Aire acondicionado potente
- Lavavajillas
- Planchas de ropa
- Calentadores de agua
- Bombas de extracción de agua
- Lavadoras y secadoras
- Radiadores y calefactores eléctricos
- Herramientas de bricolaje o jardinería potentes
- Otra regleta
El problema con algunos de estos equipos con aparente menor consumo es que el paso de la corriente eléctrica es continuado y se sitúa muy al límite de la cifra máxima soportada por la regleta (por ejemplo unos 2.000 vatios de un secador frente a los 2.300 que soporta una regleta barata), con lo que algún componente puede fallar y terminar dando un problema.
Además, si hemos optado por una regleta con varias tomas muy probablemente será porque le vamos a conectar más cosas, que al final van sumando vatios haciendo que sobrepasemos el límite.
Y también tenemos el asunto de la humedad, ya que algunos de estos aparatos, como las bombas de agua o los calefactores para el baño suelen funcionar en zonas con mucha humedad, algo para lo que la mayoría de regletas no están preparadas.
Imagen portada | Mike Winkler
En Xataka Home | Así uso una regleta inteligente para ahorrar en la factura de la luz
Ver 0 comentarios