Limpiar las persianas es fundamental, no solo por estética, sino también para que funcionen mejor al no acumular residuos que puedan perjudicar su funcionamiento e incluso para mejorar la calidad del aire. Sin embargo, no todo el mundo conoce el truco del calcetín para lograrlo.
A la hora de mantener la persiana limpia, hemos visto distintos sistemas, algunos ideales incluso para pisos altos donde no hay acceso fácil. Este método, que utiliza un calcetín, es ideal; lo usaban nuestras abuelas y, además, funciona muy bien.
El truco de la abuela
Limpiar las persianas ofrece varias ventajas que impactan tanto en la estética como en el mantenimiento general de tu hogar. Desde mejorar la apariencia al mantener la persiana limpia y evitar que la vivienda luzca descuidada, hasta prevenir que el polvo acumulado contribuya a la contaminación del aire en interiores, afectando a personas con alergias o problemas respiratorios.
Para facilitar la limpieza, existe un truco que hace que todo el proceso sea más sencillo: un método que recurre a la sabiduría popular mediante un sistema ya empleado por nuestras abuelas con un calcetín.
Para aplicar el truco del calcetín en casa con la persiana, solo necesitarás calcetines viejos que ya no uses (lo ideal es que sean de algodón), vinagre de limpieza y un pulverizador.
Para dejar la persiana como nueva, mezcla agua y vinagre blanco (o, si prefieres, agua con lavavajillas) a partes iguales en un pulverizador. Luego, toma el calcetín y colócalo en la mano como si fuera un guante o una manopla, y pulveriza la mezcla sobre las láminas de la persiana o directamente sobre el calcetín.
Procede a limpiar suavemente cada lámina de arriba a abajo; la mezcla que has pulverizado ayudará a eliminar la suciedad y el algodón del calcetín atrapará el polvo.
En caso de que haya suciedad persistente, puedes repetir el proceso aplicando el producto al calcetín. Si notas que está muy sucio, cámbialo por otro limpio. Para finalizar, pasa un paño seco o un calcetín limpio para eliminar cualquier exceso de humedad, dejando las persianas impecables y libres de polvo.
Si quieres limpiar la parte exterior
Puedes usar este truco también para limpiar la persiana en la parte exterior. Solo necesitas abrir la tapa de la caja, quitar los tres o cuatro tornillos que la sujetan, los cuales son fáciles de desatornillar. Una vez quitada la tapa, tendrás acceso directo al exterior de la persiana.
El procedimiento es simple: sube la persiana completamente para que quede enrollada y, utilizando el calcetín para eliminar la suciedad más incrustada, junto con la mezcla de agua y vinagre, comienza a limpiar el exterior. Mientras limpias, baja la persiana poco a poco hasta que toda la superficie quede impecable. Una vez limpia y seca, vuelve a colocar la tapa y procede a limpiar el interior.
Además, es recomendable limpiar el interior de la caja y de paso asegurarte de que no haya grietas o ranuras que puedan permitir la entrada de aire o pequeños insectos. Si es necesario, aprovecha para sellarlas.
Limpiar la persiana, además de alargar su vida útil al evitar la acumulación de polvo, suciedad y otros contaminantes, optimiza el funcionamiento, ya que no habrá suciedad en mecanismos y rieles. También ayuda a cuidar la calidad del aire, lo cual puede beneficiar a personas con enfermedades respiratorias, mejora la entrada de luz natural que puede verse bloqueada por el polvo y afecta el aislamiento térmico, y evita la aparición de moho y hongos en lugares húmedos.
Vía | Cuerpo y mente
En Xataka SmartHome | Persianas y estores: cómo proteger nuestra casa del calor (y del frío) sin tener que gastar un euro con aparatos enchufados
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