Los cables submarinos son la base de las telecomunicaciones de la actualidad, ya que permiten ofrecer banda ancha y fibra óptica a todas las naciones conectadas a ellos. Se estima que hoy día hay más de mil millones de metros de cable submarino. De esta manera, que tengas Internet con fibra óptica en tu casa se debe a esta colosal red de cables submarinos, por lo que cualquier intento de sabotaje puede dejar graves consecuencias.
En este sentido, el Reino Unido ha encendido las alarmas ante el regreso del buque ruso Yantar a sus aguas territoriales, un hecho que refuerza las preocupaciones sobre la seguridad de las infraestructuras submarinas críticas en Europa. Este buque, diseñado para recopilar información y mapear cables de comunicación y energía, fue nuevamente detectado cerca de estos elementos esenciales para la conectividad y el suministro energético del continente.
Un buque ruso, sospechoso del sabotaje de cables submarinos
El buque Yantar fue interceptado por segunda vez en tres meses en aguas británicas, lo que ha sido interpretado como una acción de Rusia para evaluar la respuesta defensiva del Reino Unido. En esta ocasión, el despliegue incluyó un submarino nuclear y dos buques de la Royal Navy, que supervisaron las actividades del buque ruso durante dos días. Estas acciones se enmarcan en un contexto de tensiones crecientes tras la guerra en Ucrania y el temor a posibles sabotajes en infraestructuras clave.
El secretario de Defensa británico, John Healey, confirmó que las fuerzas armadas monitorearon de cerca los movimientos del Yantar. Este buque no operó solo, sino que estuvo acompañado por la fragata rusa Admiral Golovko y el buque cisterna Vyazma. La respuesta británica fue clara y efectiva, obligando a las embarcaciones rusas a abandonar la zona tras su escolta hacia aguas holandesas.
El Yantar lo opera la Dirección Principal de Investigación en Aguas Profundas de la Armada Rusa y está clasificado oficialmente como un buque de investigación oceanográfica. Sin embargo, su diseño lo hace ideal para operaciones de inteligencia. Equipado con sumergibles autónomos que pueden alcanzar profundidades de hasta 5.500 metros, el buque tiene la capacidad de localizar, mapear y manipular infraestructuras submarinas, lo que plantea serias preocupaciones sobre su posible uso para sabotajes.
Expertos en seguridad, como Justin Crump, han señalado que el objetivo principal del Yantar parece ser recopilar información estratégica para operaciones futuras, más que realizar actos directos de sabotaje. Aun así, el potencial de daño es significativo, dado que los cables submarinos son vitales para las telecomunicaciones y la energía en Europa.
La inquietud por las actividades del Yantar se suma a una serie de incidentes recientes en el Mar Báltico, donde cables submarinos aparecieron cortados. Aunque las investigaciones oficiales han atribuido algunos de estos casos a errores técnicos o inexperiencia, persisten las sospechas de sabotaje deliberado. En respuesta, la OTAN ha intensificado su presencia en la región con la operación Baltic Sentry, que incluye el despliegue de buques de guerra, patrullas aéreas y drones para proteger infraestructuras submarinas críticas.
El gobierno británico ha reforzado su compromiso con la seguridad nacional y considera a Rusia como la amenaza más inmediata y significativa. Como parte de esta estrategia, se han actualizado las reglas de enfrentamiento de la Royal Navy para permitir un seguimiento más estrecho de buques sospechosos.
Imagen de portada | Red Eléctrica de España
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