De los muchos prototipos y conceptos innovadores que podemos encontrarnos, hay algunos que me descolocan. Lo que a priori te presentan algunos diseñadores como conceptos revolucionarios muchas veces no deja de ser una idea chorra rodeada de mucha pomposidad.
El caso del váter PUSHit es uno de esos conceptos que a mi personalmente me parece una chorrada. No solo no aporta un uso excesivamente inteligente, sino que tiene, a mi parecer, más inconvenientes que ventajas.
Su funcionamiento se basa en una tapa que cierra herméticamente sobre la taza del váter y que además tiene una parte central flexible. Si tenemos un atasco en el váter no tenemos más que cerrar la tapa, tirar de la cisterna y cuando el agua se estanque debido al atasco, presionar fuertemente sobre la tapa empujando el agua con la fuerza de nuestra presión. Básicamente lo mismo que hacemos con un desatascador pero a lo grande.
Con todos mis respetos a Hoe Yeong Jung, el diseñador del váter PUSHit, no quiero decir que la idea sea totalmente tonta, quizá algo regulera, pero lo que está claro es que inteligente no es. ¿Por qué sostengo esta rotunda afirmación? Por dos sencillos motivos, lo poco práctico e higiénico del concepto. Un concepto innovador debe principalmente mejorar el diseño original, pero sin que pierda sus ventajas iniciales.
El PUSHit está muy bien pensado para cuando tenemos un atasco, pero ¿y el resto del tiempo? Por un lado, en lo que a higiene se refiere, no es lo mismo limpiar una tapa de váter solida y lisa que esta que es flexible y rugosa, por poca diferencia que haya ya estamos perdiendo en higiene.
Pero lo que realmente falla en este concepto es que perdemos el uso del váter como asiento, ya que como hemos dicho su superficie es flexible y debe ser muy incómodo sentarse ahí. Por poco uso que le demos al váter como asiento, ya sea para terminar de asearnos o para comodidad de personas mayores, es una perdida a la que no le veo sentido.
Conclusión
No es tan complicado usar un desatacador de toda la vida, quizás no sea tan glamuroso como tenerlo incorporado en un váter de diseño, pero más práctico es, desde luego. No podemos dejarnos abrumar por todos los conceptos innovadores que nos presentan, por muy entusiastas que seamos. Una de las bases más importantes para llegar al verdadero hogar inteligente es ser críticos con todos estos conceptos.
Y para despedirnos quiero aplaudir el ingenio del diseñador a la hora de ponerle el nombre a su váter: PUSHit vendría a significar “pulsalo”, “empujalo”, pero atención al detalle del color de las letras, que agrupa “PU” por un lado y “SHit” por otro. Y todos sabemos lo que significa “shit” en inglés, ¿verdad?
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