Los robots aspiradores y friegasuelos son cada vez más populares en nuestros hogares, encargándose de limpiar constantemente la casa sin rechistar (de momento) y liberando así al dueño parte de sus obligaciones cotidianas.
Para funcionar adecuadamente estas máquinas son cada vez más avanzadas e integran todo tipo de tecnologías con las que reconocen la vivienda, crean mapas de los espacios, averiguan qué obstáculos hay en las habitaciones e incluso identifican objetos, animales y personas gracias a sus cámaras integradas.
¿Un riesgo para la privacidad?
Pero son precisamente estas funciones avanzadas las que pueden llegar a suponer un inconveniente para nuestra privacidad según comentan algunos expertos, como es el caso de María Aperador, criminóloga especializada en Gestión del Riesgo Humano en Ciberseguridad quien ha colgado un interesante vídeo en redes sociales donde comenta el asunto.
Según señala, este tipo de robots a la hora de crear un mapa virtual de nuestras casas va a recoger otro tipo de datos pudiendo captar en algunos casos imágenes y vídeos que comparte posteriormente con la empresa fabricante del producto. De hecho, entre los datos habitualmente recogidos por estos dispositivos nos encontramos además con los siguientes:
- Datos de limpieza, duración de batería, misiones completadas y mapas de ubicación
- Nombre de la red WiFi
- Información sobre tiempos de limpieza y vaciado de la papelera.
- Datos de cliente para soporte y facturación.
- Información general como edad e historial de compras.
- Preferencias de uso para mejorar las funciones del robot.
Esto puede llevar a situaciones donde se vea comprometida la privacidad del hogar, como la que sucedió en año pasado cuando se difundió en redes la noticia de que circulaban por Internet las fotos de una mujer usando el inodoro, fotos que había realizado su propio robot aspirador Roomba, concretamente una versión de desarrollo del modelo J7 de iRobot.
Tras conectarse a la nube, dichas fotos habían acabado en manos de Scale AI, una startup dedicada al etiquetado de datos de audio, fotos y videos usados para entrenar IAs. Muchos usuarios se dieron entonces cuenta de que estos robots aspiradores son, en el fondo, un PC con ruedas, con su propio sistema operativo, configurado para conectarse a la nube con independencia de los deseos de su propietario.
Fue un fallo puntual y no hay que ser alarmistas, pero no estamos exentos de que algo similar vuelva a pasar en el futuro. No obstante, actualmente los fabricantes ponen medidas para evitarlo. Por ejemplo según ha comentado la experta en su vídeo, si se capturan imágenes en los modelos iRobot, están completamente cifradas y se eliminan en 30 días. Además, si se detecta la presencia de personas, estas imágenes son eliminadas automáticamente sin ser vistas.
A pesar de ello es conveniente poner todo lo que podamos de nuestra parte para mantener nuestra privacidad, restringiendo los permisos de los aparatos desde la aplicación del fabricante. Por ejemplo, en la mayoría de modelos la opción de capturar imágenes está desactivada de fábrica y es el usuario quien debe activarla específicamente en la app. Por ello, si no la necesitamos quizá se buena idea no encenderla.
O incluso no conectar el robot a la WiFi de casa si no queremos que envíe datos fuera del domicilio. También podemos desactivar la geolocalización, desactivar el envío de datos o la integración con asistentes de voz como Alexa o Google Assitant.
Imagen portada | Cottonbro studio
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