Llevo más o menos una semana con la Cubieboard, una tarjeta de desarrollo que podríamos considerar como la competencia de la Raspberry Pi. Recordaréis que Pedro Santamaría ya nos puso los dientes largos con esta entrada en la que nos habló de la Cubieboard. Bueno, a mí me gustó tanto que decidí contribuir en indiegogo para que el proyecto viera la luz. En esta entrada veremos mis primeras impresiones y qué tal funciona en la práctica.
Cubieboard, la diferencia de precio con la Raspberry Pi
Las comparaciones son odiosas, pero no me queda más remedio que hacerlas. La Cubieboard tiene un precio de 49 dólares, frente a 35 de la Raspberry Pi modelo B. pero es que por los 14 euros que hay de diferencia tenemos absolutamente todos los aspectos hardware de la Raspberry Pi mejorados. Sólo hay una cosa en la que se queda muy atrás, como veremos más adelante en la entrada, y no es precisamente por hardware. La Raspberry Pi está orientada a la educación y no necesita más (ni falta que le hace), pero por la diferencia de precio hay que ver si merece la pena optar por la Cubieboard.
En la caja nos encontramos además con un cable SATA, uno de los principales aspectos que marcan la diferencia entre ambas. Así, podemos conectar un disco duro SATA, incrementando enormemente las posibilidades de nuestro proyecto. También encontraremos un cable de alimentación USB macho al puerto de alimentación de la Cubieboard. Así, cualquier alimentador USB que tengamos en casa y que dé más de 1 Amperio (2 en caso de conectarle un disco SATA) alimentará nuestra Cubieboard correctamente.
En un tamaño que es sólo un centímetro más largo que la Raspberry Pi, tenemos muchísimas mas opciones de entrada salida, un procesador A8 y una GPU Mali 400 (la GPU es igual que la Raspberry Pi) encapsulados ambos en un chip A10 a un 1 GHz frente a los 700 MHz de la Raspberry Pi sin overclocking. Una memoria de 1 GB que dobla a la de la Raspberry Pi, más 4 GB de almacenamiento en los que viene instalado de serie Android 4.0.4. Así, si queremos probar que funciona, tan sólo tendremos que enchufarla y veremos aparecer Android en todo su esplendor en la pantalla. Para instalar otro sistema operativo, o lo hacemos en una tarjeta microSD o bien machacamos el sistema Android (no lo recomiendo).
Conectando la Cubieboard
La Cubieboard ha demostrado ser bastante más tragona que la Raspberry Pi. De hecho, las baterías del Lapdock que os mostré para hacer el portátil no dan abasto, con lo que tengo que conectar la Cubieboard obligatoriamente a la corriente eléctrica. Eso no es problema ya que el adaptador de la PSP que tengo por casa sirve para su alimentación, ya que tiene exactamente la misma polaridad, conector y tensión y amperaje (2A) necesario.
Aparte de eso, la Cubieboard también tiene un botón de encendido y reinicio que evita tener que estar tirando de los cables para apagarla. Ojo que es un poco débil, y en mi caso se ha soltado un poquito de la placa (puede que viniera defectuosa).
Rendimiento de la Cubieboard frente a la Raspberry Pi
Si os estáis preguntando si se nota la diferencia de rendimiento entre la Cubieboard y la Pi, tengo que remitiros a esta estupenda entrada donde comparan las dos placas en unas cuantas pruebas. La Cubieboard gana en todas ellas y en algunas de las medidas por goleada.
¿Qué distribuciones podemos instalar en la Cubieboard?
La ventaja de la Cubieboard es que tanto por su procesador como por la mayor capacidad de memoria en la placa podemos acceder a distribuciones más completas y potentes como Ubuntu, pero también Android como ya hemos visto, y algún derivado como Cyanogenmod. Otra buena noticia, podemos instalar distribuciones para la Raspberry Pi desde BerryBoot o bien directamente a la tarjeta SD. Hay algunas distribuciones para tener XBMC compiladas por terceros, pero por lo que he visto no están optimizadas, así que sacan poca ventaja (si lo hacen) a las distribuciones que se ejecutan en la Raspberry Pi para tal fin.
¿Cubieboard o Raspberry Pi?
La Raspberry Pi va orientada al sector educativo, lo cual no significa que no se puedan hacer grandes cosas con ella. Ya hemos visto que la Cubieboard le gana en hardware. Pero el más de un millón de Raspberry Pi frente a sólo unos miles de Cubieboards hace que nos planteemos todo de nuevo. El soporte de un millón de personas que hacen proyectos con la Pi no pueden compararse con unos cuantos miles de usuarios de la Cubieboard. Si desde luego queréis soluciones fáciles de usar, la Raspberry Pi, de momento gana de calle. Ojo, la Cubieboard no es manca. Que cuente con Android sin necesidad de hacer nada al venir preinstalado desde luego da mucho juego a aquellos que se conformen con el sistema operativo de Google.
Las espadas no pueden estar más en alto. ¿Quién gana? Salimos ganando nosotros, los usuarios por tener estas dos estupendas opciones para desarrollar, programar y hacer proyectos caseros.
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