Aunque ya no sean tan habituales, como lo eran, hace algunos años, las estufas portátiles que funcionan con gas butano, siguen siendo una opción a la hora de calentar una habitación y de hecho, es posible comprar un modelo en tiendas, tanto online como físicas.
El problema, es que este tipo de estufas, tienen unas características que los hacen especialmente sensibles a la hora de usarlas. Para aprovechar su funcionamiento sin riesgos y sin problemas, es necesario realizar algunas comprobaciones y asumir algunos hábitos de uso que ahora vamos a repasar.
Componentes bajo control
Y es que de entrada, hay algunos aspectos que hay que tener muy controlados para usar una estufa que funciona con gas butano y hacerlo con total seguridad y sin poner en riesgo ya no solo nuestra salud, sino la integridad física de todos los que están cerca.
Y lo primero que hay que revisar antes de ponerla funcionar, es que todas las conexiones y mangueras están ajustadas y se encuentran en buen estado. Es importante comprobar que no se presentan fugas y que las mangueras no tienen ninguna grieta o daño.
En este sentido, en lo referente a la manguera que va desde la bombona de butano, hasta el consagas o regulador de presión, es fundamental, comprobar que no está caducada. Las gomas tienen unas indicaciones en color negro con la fecha de caducidad, y si está caducada o está cerca de hacerlo, es necesario cambiarla por una nueva.
Para comprobar que la manguera y las conexiones están en buen estado, puedes usar una solución jabonosa en agua para buscar burbujas de gas alrededor de las conexiones. Si encuentras alguna fuga, apaga la estufa y cierra la válvula de gas. Luego, realiza las reparaciones necesarias o llama a un profesional para que lo haga.
En lo referente a la válvula de cierre en el consagas, asegúrate de que funciona correctamente, que conoces la ubicación de la válvula de cierre principal del gas en caso de emergencia. Debe estar en un lugar de fácil acceso y en buen estado de funcionamiento.
Si la estufa utiliza un piloto, verifica que esté encendido y funcionando correctamente. Si la estufa cuenta con encendido eléctrico, asegúrate de que funcione adecuadamente.
Se trata, por regla general, de estufas de llama azul. Observa la llama de la estufa cuando está encendida. Una llama azul indica una combustión completa y eficiente. Si la llama es amarilla en lugar de azul, podría indicar una mala combustión o problemas de ventilación y producir monóxido de carbono.
Mientras estás usando la estufa, asegúrate de que haya una adecuada ventilación en la cocina para evitar la acumulación de gases tóxicos. Nunca uses la estufa en espacios cerrados sin ventilación.
Es además importante que uses de forma adecuada el regulador de la llama y que lo ajustes según sea necesario para obtener la temperatura deseada. Antes de hacer un uso prolongado, comprueba que funciona en periodos cortos. Observa cualquier cambio inusual en la llama, como una llama amarilla en lugar de azul, lo cual podría indicar una mala combustión o problemas de ventilación.
Cuando la apagues, comprueba que la llama se haya extinguido y cierra la válvula de gas. Asegúrate de que la estufa se apague correctamente después de su uso. Esto es muy importante.
Para más seguridad, puedes considerar instalar un detector de gas butano en habitación en la que estás usado la estufa. Este dispositivo puede alertarte si detecta niveles peligrosos de gas en el aire.
No olvides que es necesario realizar un mantenimiento regular de la estufa de gas según las recomendaciones del fabricante. La seguridad es fundamental al usar aparatos que involucren gas, y si tienes alguna duda o problema, es aconsejable consultar con un profesional.
Imagen portada | Sogo con IA
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