Una de las funcionalidades más interesantes que han incorporados los televisores inteligentes en los últimos años ha sido el famoso Alto Rango Dinámico o HDR, característica que permite mostrar en pantalla imágenes con mayor brillo de forma simultánea con zonas muy oscuras, abriendo así el rango dinámico o cantidad de información de luminancia que es posible representar.
El resultado de aplicar estas técnicas, ya sea con un formato de metadatos dinámicos como Dolby Vision y HDR10+ o con uno estático como HDR10 es que tenemos imágenes impactantes que se parecen más a lo que vemos en el mundo real, no estando tan apagadas y monótonas como en la televisión clásica.
Más luminosidad implica más consumo eléctrico
Sin embargo, no todo son ventajas con el HDR, ya que su utilización puede implicar un mayor consumo eléctrico puntual de los televisores que procede de dos fuentes: la necesidad de un hardware más potente para procesar los algoritmos, algo que queda patente sobre todo en los modelos 8K, pero sobre todo porque mostrar imágenes más luminosas en pantalla supone que los sistemas generadores de luz necesitan más potencia para producir cada vez un mayor número de nits.
Los fabricantes saben que a mayor cantidad de nits o capacidad de entrega de luminosidad por parte del panel, mayor sensación de espectacularidad y mayores ventas de sus televisores, de ahí la incesante lucha por alcanzar cifras cada vez más elevadas que han ido incrementado el consumo de vatios de las teles. Y es aquí cuando ha llegado el regulador de la Unión Europea (UE) a poner orden.
Como vimos hace unas semanas, la UE quiere que los televisores inteligentes consuman cada vez menos, y como los modelos con HDR son los que más electricidad gastan, según su criterio es necesario fijar unos límites máximos que han de cumplir para que no desperdiciemos energía.
Y parte de razón llevan, puesto que aunque los televisores no son de los aparatos que más electricidad gastan en casa, por ejemplo si los comparamos con placas de cocina, hornos, aires acondicionados, etc., al estar encendidos muchas horas cada día como ya vimos hace tiempo el consumo total sí puede dispararse.
Así que, tras los cambios en el etiquetado energético del año pasado, ahora quieren aplicar también cambios en los televisores, de forma que a partir de 2023, el modo HDR tendrá que disminuir en su consumo.
De hecho, la Unión Europea tiene ya listo un conjunto de parámetros que (figuran en este documento) y que deberá cumplir cualquier televisor que vaya a venderse en terreno comunitario. Es el llamado Índice de Eficiencia Energética (EEI) y será de obligado cumplimiento a partir del 1 de marzo de 2023.
EEIMAX (HD) | EEIMAX (HD-8K) | EEIMAX (>8K Y MICROLED) | |
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A PARTIR DEL 1 DE MARZO DE 2021 | 0,90 | 1,10 | No aplicable |
A PARTIR DEL 1 DE MARZO DE 2023 | 0,75 | 0,90 | 0,90 |
El objetivo con estas medidas es que los fabricantes implementen mejoras en sus aparatos, de forma que optimicen el funcionamiento del HDR, priorizando un menor consumo energético, aunque eso conllevé una merma de la calidad de imagen al bajar el nivel de brillo en la pantalla.
Y todo esto tendría cierto sentido en un mundo en el que la mayor parte de los contenidos los viéramos en HDR y fueran de tipo demostraciones de marcas con el consumo de la pantalla al máximo, pero hoy en día esto no es así.
Para empezar, el contenido con HDR está limitado a discos ópticos y plataformas de streaming como Netflix, Disney, etc., servicios que en general no suponen la mayor parte de horas de visionado de usuarios comunes. O por lo menos no son los causantes de que el consumo eléctrico de la tele se dispare. Si eres de ver un par de series de Netflix al día, una película por la noche, jugar una o dos horas y poco más, entonces tener la tele con un HDR potente no te va a suponer un incremento notable en el consumo eléctrico.
Y si en tu casa sois de tener la tele todo el día puesta para que "haga compañía", entonces lo más probable es que tengáis sintonizado durante la mayoría del tiempo algún canal de la TDT, que precisamente no brillan por su calidad de imagen y por supuesto no tienen HDR, por lo menos en España.
La importancia de configurar bien la tele
Pero además está el asunto de que tener HDR con muchos nits en la tele no quiere decir que tengan que usarse. Tal y como se graba el cine actualmente, la mayoría de películas y series con HDR usan esta tecnología solo en puntos muy concretos de la imagen, para resaltar luces, focos, la salida del sol, ciertos brillos, etc. Esto hace que el consumo no sea tan excesivo como sí lo es por ejemplo en las clásicas demostraciones de las marcas que vemos en las tiendas o por Internet.
Además, incluso puede llegar a gastar más un televisor al verlo en SDR que en HDR. Por ejemplo si vemos muchas horas al día la TDT y tenemos configurada la luminosidad en los valores más altos que es capaz de proporcionar el panel (modo "vívido" o "dinámico" por ejemplo) probablemente gastaremos más electricidad que si solo vemos una serie o película con HDR al día. Pongamos algunos ejemplos.
En nuestro caso hemos probado una serie de vídeos en un televisor OLED de 2019 modelo LG C9 de 65 pulgadas, donde podemos seleccionar diferentes niveles para la luz del panel entre cero y cien y además elegir distintos modos de configuración como "cine", "cineasta" o "vívido", y medido el consumo eléctrico.
Con el panel puesto al mínimo de entrega de luz el consumo de la tele se situaba en entre 75-85 vatios de media al ver la TDT. A partir de ahí si por ejemplo subíamos la luz OLED al valor 25 (que se corresponde aproximadamente con un valor de luminosidad de 100 nits, la norma de SDR), el consumo ascendía a entre 108 y 125 vatios.
Con la luz OLED en 50 el consumo sube hasta entre 140 y 160 vatios, y así progresivamente hasta llegar al máximo valor con la luz OLED al 100% y modo "vívido" con un consumo de 232 vatios, todo esto con la TDT en SDR. Sin embargo, al ver contenidos en HDR estos consumos se moderan.
Por ejemplo, esta demo de LG originalmente grabada en HDR pero que tiene una versión reconvertida en SDR accesible desde aquí, el consumo en modo "vívido" en SDR alcanzó un pico de 342 vatios frente a los 280 vatios del HDR también en modo "vívido".
En la famosa demo Samsung chasing the light tenemos una respuesta similar, alcanzando los 445 vatios de pico en SDR frente a los 430 vatios de pico en HDR, ambos en modo "vívido". Y lo mismo sucede al ver cine.
¿Tiene entonces sentido limitar las capacidades de entrega de brillo de los televisores que se venderán en los próximos dos o tres años? Pues probablemente poco, por lo menos en países como España donde la TDT en 4K HDR todavía no está ni se la espera en el corto plazo. De hecho, no tiene sentido culpar del consumo eléctrico solo al HDR, cuando muchos televisores vienen configurados de fábrica con modos de imagen muy llamativos para atraer nuestro interés pero que consumen demasiada energía si no los ajustamos correctamente.
Además, limitar la capacidad de entrega de brillo de los paneles en HDR puede hacer que perdamos detalles especulares en las zonas más brillantes de la imagen, quedándonos sin una de las grandes ventajas del alto rango dinámico y desperdiciando el esfuerzo que están realizando los fabricantes por lograr tecnologías de paneles cada vez más luminosos, como QD-OLED, que puedan ir acercándose cada vez más a las capacidades de los monitores de masterización profesionales.
Quizá si la intención es bajar el consumo sería más conveniente obligar a incluir algún botón bien visible en el mando con unas letras como "ECO" o algo similar que bajara el brillo de la tele y nos permitiera reducir el gasto sin tener que andar metiéndonos en las configuraciones internas desde los diferentes menús.
Pero mientras tanto, la forma más efectiva para bajar el consumo eléctrico de nuestras pantallas es configurar correctamente la luz de los paneles, tanto en los LCD como OLED, bajando el nivel de la iluminación cuando no sea necesario tenerla al máximo, como en la TDT, pero sí dejándola al 100% en los contenidos de HDR para que la tele pueda extraer todo el potencial del panel.
Por último, es de lo más recomendable seleccionar un modo de visionado adecuado que se adapte al contenido que estamos reproduciendo (cine, modo cineasta, etc) y sobre todo huir de los que suelen venir activados por defecto para llamar la atención del usuario como "vivido", "dinámico", etc.