El frigorífico es un electrodoméstico indispensable en nuestras viviendas que por su naturaleza necesita estar encendido las 24 horas del día para conservar los alimentos, estemos en casa o no. Y aunque su consumo eléctrico no es muy elevado, este uso continuado hace que nos planteemos su apagado cuando vamos a irnos unos días fuera de vacaciones.
Si vamos a salir durante un largo periodo de tiempo, por ejemplo más de una semana, la recomendación habitual suele ser que gastemos todos los alimentos perecederos que podamos y que apaguemos el frigo por completo.
Sin embargo, en Semana Santa a diferencia de otras temporadas festivas como las vacaciones de verano lo más probable es que solo estemos fuera unos días, por lo que quizá apagar el frigo sea algo demasiado drástico y tampoco vaya a ahorrarnos una cantidad importante de dinero. ¿Qué conviene hacer y cuánto puedo ahorrar?
Cómo preparar el frigorífico si lo vamos a dejar encendido
Si vamos a salir fuera de casa durante unos días podemos tomar una serie de medidas para adaptar nuestros frigoríficos a este periodo de ausencia. Así, una de las que podemos llevar a cabo consiste en cambiar la temperatura del frigorífico (no del congelador) para seleccionar una más elevada que consuma menos energía y que se sitúe alrededor de los 10 grados.
Esto es algo que algunos modelos ya tienen previsto con un modo especial de funcionamiento denominado "vacaciones", una característica que ya vimos a fondo en este artículo y que no incluyen todos los frigos (conviene consultar el manual de instrucciones para ver si el nuestro la tiene) pero que puede resultar muy útil.
La idea tras esta funcionalidad es que al activarla la temperatura del frigorífico (no del congelador) sube unos grados pasando de los entre 3 o 5 habituales que se corresponderían con la temperatura ideal a entre 10 y 17 grados, dependiendo del fabricante. De este modo se reduce el consumo eléctrico del aparato.
En general activar este modo afecta solo a la parte de la nevera en los modelos combi o side by side, pero no al congelador, lo que nos permite pasar a él todo lo que queramos seguir conservando en perfectas condiciones de frío y dejar en la otra parte alimentos que no necesiten refrigeración.
Subir la temperatura del frigorífico activando este modo lógicamente conservará peor los alimentos que en él almacenemos. Por ello es una medida interesante si solo vamos a dejar cosas no susceptibles de estropearse fácilmente a esa temperatura como bebidas, panes, frutas, verduras, embutidos y similares, pero no si queremos guardar carnes o pescados frescos.
También es conveniente que si estamos pensando en dejarlo conectado, al tener una temperatura más alta de lo normal limpiemos bien el frigo por dentro para evitar la proliferación de bacterias que podrían estropear los alimentos o causar malos olores a nuestra vuelta.
Tampoco debemos olvidarnos de adaptar la cocina a nuestro periodo fuera de casa para que el frigorífico trabaje lo menos posible pero mantenga bien fresquitos los alimentos.
Por ejemplo, si tenemos toldos y persianas conviene dejarlos bajados para que no de el sol, asegurarnos de que la ventana está cerrada e incluso la puerta también para que se cree un microclima donde la temperatura de la cocina no suba en exceso y así el frigo trabajará menos.
Cuánto puedo ahorrar si lo dejo apagado
Muy bien, puede que en nuestro caso no queramos apagar por completo el frigo por diversos motivos, como por ejemplo porque no vamos a estar fuera muchos días, porque tengamos alimentos que queramos conservar en él o simplemente porque queremos tener comida lista para cocinar a la vuelta.
En este caso podemos tratar de averiguar cuánto nos costará dejarlo encendido todos estos días teniendo en cuenta que el consumo del aparato en general será más reducido que el habitual, hayamos puesto el modo vacaciones o no. El motivo es sencillo: no vamos a abrir la puerta y el frío se conservará mucho más en el interior.
No obstante, vamos a considerar el consumo de un frigorífico medio que se sitúa entre los 100-200 vatios hora, dependiendo del tamaño, prestaciones y temperatura que tengamos puesta. Pero este dato no es igual durante todo el día, ya que hay momentos en los que se enciende el compresor al máximo y periodos más tranquilos donde el gasto es cero.
Por ello podemos tomar como dato para los cálculos el consumo medio a lo largo del día, que se sitúa en entre los 500 y 1.100 vatios al día, aunque este dato depende mucho del tamaño del frigo, de la carga que tenga y de la zona ambiental donde vivamos.
Así, si suponemos que vamos a estar fuera siete días eso implicará un consumo de entre 3.500 y 7.700 vatios. Considerando unas tarifas de la luz PVPC medias que rondan últimamente los 0,20 euros el kilovatio hora, entonces el gasto será de entre 0,7 y 1,54 euros por esa semana de vacaciones.
Como vemos, no es un importe elevado, por lo que en muchos casos quizá no nos merezca la pena apagarlo completamente, sino más bien seguir los consejos antes mencionados.
Imagen portada | nrd
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