El frigorífico es uno de los principales electrodomésticos de casa, pero no siempre le prestamos la atención que merece a pesar de que se encarga de mantener en buenas condiciones nuestros preciados alimentos.
Aunque su consumo instantáneo de energía eléctrica es muy bajo, ya que por lo general no suelen superar los 200-300 vatios, están las 24 horas del día encendidos y no podemos apagarlos, lo que hace que a la larga sean uno de los aparatos que más electricidad gastan a final de mes.
Por ello, conviene tomar una serie de medidas en su uso cotidiano de forma que podamos sacar el máximo partido a sus tecnologías de ahorro y rebajar todo lo posible este gasto energético. ¿Qué podemos hacer para que consuma menos luz y optimizar el funcionamiento de nuestro querido frigorífico?
Medidas para ahorrar luz con tu frigorífico
En el caso de que estemos pensando en comprar un nuevo modelo y barajando diferentes características y funciones, nos va a interesar sobre todo optar por un modelo con capacidades avanzadas de ahorro energético. Son algo más caros pero más eficientes y a la larga nos saldrá rentable.
Sin embargo, como la mayoría no solemos cambiar de frigo mientras el nuestro funcione, aunque se haya quedado algo anticuado en cuanto a prestaciones se refiere, lo habitual es que más que comprar un nuevo aparato lo que nos convenga sea aprovechar al máximo las capacidades del que ya tenemos. Para ello podemos seguir las siguientes recomendaciones:
Elegir bien la temperatura
Como vimos a fondo en su día, el factor más importante para ahorrar en un frigorífico es elegir una temperatura que se mantenga entre los 4-5 grados, aunque de forma puntual, si queremos guardar algún alimento más delicado podemos bajarla ligeramente o mejor aún colocar ese alimento en la parte baja de la nevera que es donde hay siempre más frío.
En cuanto al congelador, depende del tipo de alimentos que almacenemos, pero en general con tenerlo a unos -16 o -18 grados es más que suficiente, a pesar de que nuestro modelo pueda alcanzar los -22 o -24 grados no es necesario ponerlo a tales temperaturas.
Con esta medida logramos en primer lugar que los alimentos se mantengan más tiempo frescos, que duren más y desperdiciemos menos comida, y todo ello sin que el equipo esté trabajando más de la cuenta y gastando luz.
Hacer un buen mantenimiento del frigo
Otro factor importante para ahorrar es hacer un buen mantenimiento de nuestra nevera. El frigorífico es básicamente un intercambiador de calor que genera frío dentro a costa de emitir calor al exterior por medio de unos disipadores que generalmente están situados en la parte trasera del aparato.
Los modelos más modernos vienen con estas rejillas cubiertas por un plástico y no hay mucho que limpiar, pero los antiguos y los de gamas más bajas suelen tener bien visibles estas rejillas traseras que tienden a llenarse de suciedad dificultando la tarea de emitir el calor generado por el compresor. Así, nos convendrá, si podemos acceder a ellas, limpiarlas por lo menos una vez al año o un par de veces si cocinamos mucho en casa y nuestra cocina tienda a acumular grasa y otros residuos con facilidad.
También conviene revisar el estado de los burletes de aislamiento del frigo, esas piezas de goma que rodean la puerta y evitan que salga frío o entre calor del exterior. Si están rajados o despegados perderemos estanqueidad y nuestro frigo tendrá que estar funcionando más de la cuenta.
En algunos modelos son piezas que se pueden sustituir cuando se estropean, aunque puede que el fabricante ya no las venda o que sean fijas y no podamos quitarlas. En estos casos tendremos que recurrir a usar algún pegamento o cinta americana para reducir el problema.
En cuanto al famoso descongelado, en los modelos antiguos sin tecnología "No Frost" hay que hacerlo de vez en cuando para que su gasto eléctrico no se dispare. Por ejemplo, según un estudio de la OCU, tener tres milímetros de escarcha en las paredes del congelador aumentan el consumo eléctrico un 30%.
Llenado inteligente del frigo
Ordenar bien los alimentos en el interior es fundamental para lograr la máxima eficiencia. Para empezar, lo recomendable es tenerlo lo más lleno posible pero sin que estén comprimidos los paquetes, haciendo uso de los compartimentos especiales que nos ofrezca cada modelo para alimentos que requieran temperaturas concretas.
Al llenar el interior del frigo al máximo lo que conseguimos es que haya menos cantidad de aire frío que pueda escapar fuera cada vez que abrimos la puerta perdiendo todo el esfuerzo y gasto eléctrico que hizo la máquina para rebajar la temperatura del interior.
Y si somos pocos en casa, no guardamos mucha comida y nunca hay alimentos suficientes como para llenarlo a tope. No importa, en estos casos podemos recurrir al socorrido truco de utilizar botellas con agua de diferentes tamaños o latas de refresco con las que reducir el número de huecos disponibles. Cuantas más metamos habrá menos huecos y con ello menor pérdida de frío cada vez que abramos la puerta.
Además, hay que tratar de evitar meter alimentos calientes en la nevera o el congelador. Es preferible que se refresquen antes al aire o mediante un baño en agua fría que introducirlos nada más cocinarlos, ya que podemos estropear los alimentos que ya había dentro y además incrementaremos el consumo eléctrico.
Medidas adicionales
Cada vez que abrimos la puerta del frigo estamos perdiendo frío que luego tendremos que recuperar gastando luz. Por ello, conviene que pensemos bien qué queremos sacar y dónde está antes de abrir la puerta.
Además, si nuestro modelo tiene una bombilla antigua en su interior, de tipo incandescente, conviene ver si podemos sustituirla por una LED por dos motivos: esta tecnología además de consumir menos apenas genera calor y por lo tanto no reduce el frío interno de la nevera cada vez que se encienden.
Por último, si vamos a ausentarnos de casa una larga temporada, conviene dejarlo limpio, vacío y desenchufado para evitar gastos innecesarios y problemas.
Imagen portada | Zac Gudakov
En Xataka Smart Home | Esta es la temperatura ideal del frigorífico y congelador para ahorrar en la factura de la luz y conservar bien los alimentos