La energía solar lleva ya muchos años entre nosotros, al principio en la forma de grandes y caros paneles captadores de la luz del Sol y posteriormente con celdas más pequeñas que se aplican a todo tipo de dispositivos portátiles como linternas, cargadores para el móvil, bombillas LED, etc.
Sin embargo todas ellas tienen un gran inconveniente: su funcionamiento en interiores es muy pobre, ya que a no ser que coloquemos el panel o la célula solar junto a una ventana para que le dé directamente la luz, la capacidad para captar energía es muy reducida. ¿No hay ninguna solución?
Pues parece que podría haberla, o eso es lo que han propuesto unos investigadores de la Kyushu University en Japón con su tecnología Organic Photovoltaics (OPVs) que promete revolucionar el sector de la captación energética dentro del hogar y en general en entornos cerrados en los que no llega la luz del Sol pero sí hay luz artificial.
La razón de ser de OPV es la captación de fotones procedentes de una fuente de luz artificial como la iluminación LED y OLED de forma mucho más eficiente que los paneles actuales. De hecho, los primeros prototipos alcanzan una eficiencia cercana al 16% bajo una iluminación LED convencional, siendo comparable a la capacidad de absorción de los paneles fotovoltaicos de exterior.
Las primeras células OPV son flexibles, de pequeño tamaño con una superficie de unas 4 pulgadas cuadradas y capaces de producir un voltaje de 4,2 voltios pero eso sí, de momento con una muy limitada capacidad de corriente eléctrica en el rango de los milivatios, por lo que quedan lejos de las necesidades de los dispositivos actuales como smartphones, altavoces portátiles, etc.
Sin embargo, cuando esta tecnología se desarrolle podría ayudarnos a recolectar la energía de nuestras lámparas para por ejemplo recargar las baterías y alimentar a todo tipo de objetos del hogar conectado como sensores, cámaras, altavoces, etc.
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