Llegó el momento de cambiar nuestros relojes y adaptarnos al horario de invierno. Mientras las autoridades en Europa se deciden si eliminamos o no esta práctica, como cada año a finales de octubre, tenemos que cambiar la hora y jugar de nuevo con las manecillas de nuestros relojes y los botones de nuestros dispositivos.
Sin embargo, poco a poco y con la cada vez más presencia de dispositivos que se encuadran dentro del hogar conectado, es un proceso que está variando. Cambiar entre horario de invierno y de verano o viceversa y sus consecuencias en nuestro día a día, ya no es un proceso tan manual, algo que vamos a comprobar en este artículo.
Cambio de hora sí, pero automático
Hoy toca cambiar de nuevo y pasar al horario de invierno en 2022. Concretamente en la madrugada del 29 al 30 de octubre. En ese momento tocará atrasar los relojes, de forma que a las 3 de la madrugada pasarán a ser las 2 de la mañana. Para los más dormilones sí, habrá una hora más de sueño y descanso.
Un proceso que siempre se lleva acabo por la noche, para que interfiera lo menos posible en nuestra actividad diaria, y que además se lleva a cabo en el paso del sábado al domingo, para que no afecte a la actividad laboral.
El cambio de horario, en este caso el paso al horario de invierno, está fundamentado en que con este sistema se pueden aprovechar mejor las horas de sol y por lo tanto, efectuar un menor gasto energético. Un cambio que llevamos aplicando desde el 20 de abril de 1916, cuando Alemania y el Imperio Austrohúngaro decidieron ponerlo en marcha en plena Primera Guerra Mundial y que lleva un tiempo en entredicho.
Y es que cada vez hay más dudas sobre los supuestos beneficios que estos cambios de hora nos aportan. Ventajas que van desde el estado anímico, al poder disfrutar de más luz en verano, al ahorro energético que se presupone al contar con más luz natural durante la jornada laboral, lo que hace que en las empresas no se tenga que usar tanta iluminación artificial.
Pero dejando un lado las motivaciones o no que hay detrás de este cambio, lo que es seguro es que a partir del 30 de octubre amanecerá y anochecerá una hora antes y que la presencia del hogar conectado ha cambiado notoriamente esta práctica.
En todos los dispositivos que tengamos en casa, adaptados al horario europeo, el cambio se aplicará de forma automática. Es un matiz importante, puesto que es el dispositivo lo tienes asociado a otra región, no cambiará de hora y seguirá con el horario que corresponde a ese país.
Los que lo hacen por su cuenta
En el hogar, ya contamos con una buena cantidad de dispositivos conectados a la red, algo que permite que estos puedan cambiar de hora de forma automática sin que tengamos que intervenir en el proceso. Lo primero que se nos puede venir a la cabeza es el ordenador del teléfono, pero esta lista que hace poco era limitada ahora cuenta con más elementos.
Si en casa tienes un despertador conectado al estilo Xiaomi Mi Clock, una Smart TV, un altavoz con reloj, una barra de sonido, una cámara... Cualquiera de estos dispositivos, van a cambiar la hora de forma automática, sin que tú tengas que intervenir.
En todos estos casos, cambian la hora, y del mismo modo, no nos tendremos que preocupar de que las alarmas suenen o no a destiempo, pues todo el mecanismo o programaciones que tengamos establecidas se adaptan con este cambio.
Hablamos de dispositivos conectados, pero también hay algunos otros, aunque pocos, que sin estar conectados también cambian la hora de forma automática por una programación que ya llevan incluida. Es algo que puedes comprobar en algunos mandos a distancia del aire acondicionado o en el programador de la calefacción (ojo, no están conectados a Internet).
Luego, habría que englobar en otra categoría, aquellos dispositivos no conectados que sí que requieren que intervengamos en el proceso del cambio de hora. Una especie de dispositivos "tontos" en la que aparecen televisores sin la palabra Smart, hornos, lavadoras, microondas... o incluso el reloj de la mesita de noche que no tiene conexión Wi-Fi.
Y ojo, que aunque hablamos de dispositivos tontos, en la cocina contamos cada vez más con dispositivos conectados, de forma que quizás tu horno o tu microondas, cambio de hora de forma automática.
En todos estos que no están conectados a la red, tendremos que ir pulsando uno a uno los botones para atrasar o adelantar la hora según el caso y adaptarla al horario en cada momento. Un proceso que tendrá que ser manual.
Es un proceso que con el paso del tiempo y mientras siga presente el cambio, horario, será cada vez menos manual y más automático, debido a la penetración cada vez mayor de dispositivos conectados en casa.