Las redes sociales se han convertido en sólo unos pocos años en una potente herramienta vital que nos acerca a nuestros seres queridos, que nos permite mantenernos conectados, aunque sea de forma virtual, con familiares y amigos.
Sin embargo, toda esta potencia puede volverse en nuestra contra si no tenemos cuidado al utilizarlas. ¿Por qué? Pues porque cada vez son más los que se aprovechan de la información presente en ellas para cometer delitos como robos, asaltos, acosos, estafas, etc. ¿No sabéis como lo hacen? A continuación os lo contamos y sobre todo las mediadas que podemos tomar para evitarlo.
Demasiada información sobre nuestras vidas
Una de las grandes ventajas de los sitios sociales es la facilidad con que podemos subir información sobre nuestras vidas. Las diferentes aplicaciones y plataformas nos facilitan tanto las cosas que muchas veces ni nos damos cuenta de lo que estamos compartiendo.
Aquí reside uno de los principales problemas, ya que en ocasiones no sólo enviamos un sencillo comentario o adjuntamos una foto del menú que estamos degustando. Al mismo tiempo estamos facilitando una serie de "metadatos" tanto de forma implícita como explícita que pueden ser estudiados y aprovechados para conocer detalles de nuestra vida que desearíamos tener ocultos, o por lo menos no al alcance de todo el mundo.
Cada foto que subimos a las redes sociales o a los servicios de almacenamiento online puede estar marcada por metadatos insertados en la propia imagen que muestran información extra sobre nosotros. Aunque webs como Facebook y Twitter los borran antes de almacenar los archivos en sus servidores, no todos los sitios sociales lo hacen, y además incluso nosotros mismos ofrecemos informaciones extra con las opciones de geolocalización y etiquetado de las fotos.
No es de extrañar que todos estos datos sean una magnífica fuente de información para delincuentes. De hecho, hay encuestas realizadas entre ladrones convictos que indican que hasta un 75% de ellos los usa en sus atracos.
¿Por qué? Muy sencillo. Sin tener que tener grandes conocimientos técnicos es posible realizar lo que se conoce como "ingeniería social" y averiguar fácilmente dónde vive una persona o familia, qué tipo de ingresos tienen, qué posesiones, cuándo están en casa, cuántos son, cuándo se van de vacaciones, salen a realizar actividades o a celebrar un acontecimiento, etc.
Con nuestras fotografías, vídeos y comentarios prácticamente estamos haciendo público cuánto ganamos, cuándo estaremos fuera de casa y los bienes que en ella guardamos con tanto cariño. ¿Cómo evitar dar toda esta información y que pueda ser usada en nuestra contra?
Vigila lo que compartes en las redes sociales
Ante todo hay que usar el sentido común y no compartir información que no nos gustaría hacer pública o que no quisiéramos que alguien viera. Debemos ser prudentes y como mínimo tomar las siguientes medidas:
Limitar los datos reales de nuestros perfiles. No es que haya que inventarse un nombre falso, pero no hace falta que la red social sepa nuestra dirección exacta, nombre completo, etc.
Hay que controlar la dispersión de la información configurando adecuadamente quién puede ver lo que publicamos. Un perfil abierto a todo el público es casi como una invitación para que los desconocidos se entrometan en nuestras vidas.
También es conveniente no utilizar continuamente los sistemas de geolocalización por GPS. Sobre todo cuando estemos en casa, ya que cualquiera puede conocer la posición de nuestra vivienda con todo detalle.
No hay que comentar en las redes sociales cuándo vamos a estar fuera del hogar, ni para unas largas vacaciones ni siquiera para celebrar un cumpleaños durante unas horas. Este tipo de información es la que buscan los delincuentes para acceder con total calma a nuestras viviendas.
Tampoco es conveniente subir imágenes fácilmente identificables cuando estamos fuera de casa, ya que daremos pistas de que no hay nadie en la vivienda. Por ejemplo, si nos hacemos una foto junto a un monumento popular o comentando las vistas desde un hotel, todo el mundo sabrá que no estamos en casa.
No debemos compartir en las redes sociales nuestros hábitos periódicos como ir a un gimnasio, a la piscina, a clases extraescolares, etc. Es como estar dando a los delincuentes un horario detallado con nuestras actividades.
Utiliza la domótica y los sistemas de seguridad
Muy bien, ya hemos seguido todas las anteriores recomendaciones, pero aún así no estamos seguros de que algo se nos haya escapado o bien queremos seguir compartiendo como hasta ahora algunos datos personales en redes sociales. ¿Que podemos hacer?
Pues para empezar, instalar algún sistema de seguridad en nuestra vivienda. No sólo porque se avisará a los cuerpos de vigilancia en caso de que entre un intruso, sino porque la mera presencia del cartel avisador en la puerta puede echar para atrás hasta a 9 de cada 10 ladrones.
Pero además, desde hace unos años tenemos la gran ventaja de poder instalar en casa sistemas de domótica capaces de simular la presencia permanente de gente en casa. Seguro que muchos recordaréis los tiempos en los que se encargaba a un vecino que subiese y bajase las persianas de casa cuando nos íbamos fuera.
Ahora podemos hacer eso y mucho más. Podemos programar el encendido y apagado de las luces, electrodomésticos, aparatos de televisión, radio, etc. Controlar la iluminación perimetral, el riego automático, instalar sensores de movimiento que enciendan una luz o nos avisen cuando alguien trate de acceder al jardín, etc.
Podemos instalar cámaras de videovigilancia que nos avisen cuando se produzcan posibles intrusiones y nos manden la información al móvil en cualquier parte del mundo. Incluso es posible instalar cerraduras y mirillas inteligentes desde las que ver a distancia quién está al otro lado de la puerta y actuar en consecuencia.
Como vemos, la tecnología puede ser nuestra mejor aliada ayudándonos a minimizar los riesgos de intrusiones indeseadas en nuestro hogar. Sin embargo, siempre tenemos que ser conscientes de los peligros de compartir información íntima y personal con desconocidos.
Si cuando vamos andando por la calle no comentamos con todo el mundo dónde vivimos, cuánto ganamos, qué posesiones tenemos, ni cuándo nos vamos de vacaciones, ¿por qué lo hacemos despreocupadamente en las redes sociales?
Debemos, como mínimo, ser igual de prudentes en nuestras relaciones sociales virtuales que en las reales, aplicar el sentido común al subir información personal a Internet y permitir que la domótica, la videovigilancia y los sistemas de seguridad nos ayuden a mantener la tranquilidad de nuestro hogar.
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