Cada vez encontramos trucos más inventivos para ahorrar en nuestras facturas. No es para menos, pues una de las metas que solemos ponernos cada mes es la de ahorrar algo de dinero para invertirlo en nuestros quehaceres íntimos o para hacer alguna escapada con nuestros seres queridos. No son precisamente pocas nuestras obligaciones fiscales e impuestos, pero son importantes para que nuestro sistema se sostenga (a veces de aquella manera).
Ante esta situación, también hay aquellos que le sacan el lado positivo de las cosas cuando se trata de trabajar en una oficina durante una jornada completa. Y es que si no estás en casa, menos consumes, y por lo tanto, trabajar también te hace ahorrar, sobre todo si no hay nadie en casa durante las horas laborales.
Trabajar para ahorrar en el día a día
Sí, es una filosofía un tanto simplista, pero tampoco debemos descartarla del todo, ya que hay algo de verdad en ella. En China por ejemplo, para algunos es toda una motivación para ir al trabajo, ya que si lo piensas de esta manera, estar en un puesto de trabajo durante tantas horas, además de hacerte ganar dinero, también te permite ahorrar en los consumos de tu casa.
Un usuario en Weibo comentaba que, tras volver a la vida de desempleado, es cuando verdaderamente se dio cuenta de que, trabajando también le permitía ahorrar en su factura de la luz y en su consumo general, ya que ahora pasa más tiempo en casa, y eso se traduce en un gasto adicional.
Si bien esta visión puede ser contradictoria para muchas personas, lo cierto es que si lo piensas realmente, tiene todo el sentido del mundo. Por ejemplo, cuando trabajas en una oficina durante tantas horas, el tiempo que pasas (que no suele ser precisamente poco) tienes aire acondicionado, luz y agua gratis, por lo que durante esas horas no consumirás nada en casa si no hay nadie. Lógicamente, no en todos los casos es igual, pero creo que se entiende el concepto.
También es más fácil salir y gastar dinero si no vas al trabajo. Comer en la calle, tomarte un refrigerio, realizar viajes y más, son gastos adicionales que hay que añadir cada mes. Lógicamente, si uno no trabaja, no cobra (o al menos para la mayoría de los mortales), por lo que inevitablemente se va a notar el gasto. Ver el trabajo como una fuente de ahorro puede ayudar en nuestro esquema mental a conseguir un mayor bienestar.
Si teletrabajas y no tienes opción a que la empresa te cubra los gastos de luz y herramientas que utilizas en tu día a día, entonces nada de lo que hemos mencionado más arriba te servirá. Lo mismo ocurre si tenemos en cuenta el gasto de transporte y similares cuando nos dirigimos hacia el trabajo, por lo que tendríamos que calcular exactamente de cuánto sería el ahorro para determinados casos.
También cabe decir que, usar esta filosofía como motivación laboral puede ser contraproducente, ya que puede ser también una maniobra o una justificación de más para echar horas extra o para idealizar el trabajo de una manera que puede no gustar. A fin de cuentas, tu bienestar y tu propia realidad siempre dependerán de cómo te tomes las cosas, pero eso es un debate que podemos dejar para otro momento.
Imagen de portada | Cofrico
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